En esta nota te contamos las cinco tendencias en vinos que marcarán la agenda nacional. Desde vinos tirados hasta cepas muy poco tradicionales
1. Vinos "auténticos"
Volver a las fuentes, a lo auténtico, al vino que tomaba hace décadas el dueño de una finca con su familia. Recuperar un poco la esencia. Esa es la propuesta que están encarando muchos enólogos que, en paralelo a sus líneas de alta gama, vienen presentando ejemplares más despojados y que, incluso, provienen de zonas donde históricamente se hicieron vinos nobles pero que no están en la "elite" del terroir.
Un ejemplo de esto es lo que están haciendo los hermanos Héctor y Pablo Durigutti que, tras lanzar su línea de vinos del Proyecto Las Compuertas, para la cual trabajan con viejos viñedos, ahora rescatan la esencia de los vinos de la zona de Rivadavia, con un ejemplar elaborado a partir de un antiguo parral de uva Cereza, llamado Cara Sucia.
Otro ejemplo es el de la comunicadora del vino, Lis Clément, que lanzó recientemente un blend en formato bag in box con uvas provenientes de Santa Rosa, con la idea de alumbrar un ejemplar honesto y fácil de beber.
La reivindicación de zonas clásicas sin tanto pedigrí para producir vinos simples y bebibles es, incluso, parte de una visión más sustentable por parte de la industria, más en un contexto en el que el consumo viene de cerrar el 2018 con el menor consumo per cápita del que se tenga registro.
2. Vinos tirados
En octubre último, el INV publicó una resolución que da vía libre a las bodegas argentinas comercializar vinos para venta directa al público en envases de acero inoxidable, es decir, que se puede vender en “tanquecitos, garrafas o latas” de hasta 50 litros como lo hace la cerveza.
La resolución sostiene que “este tipo de recipiente permite mantener al vino bajo una atmósfera inerte, evitando alteraciones del mismo y conservando las características físico-químicas y organolépticas del producto original”.
Aprovechando esta medida, que era reclamada por la industria, una bodega lanzó para este verano espacios en Córdoba y Mar del Plata en el que se ofrecen vinos tirados. También hay bares de Mendoza en los que está comenzando a popularizarse esta alternativa, en un contexto en el que la industria viene peléandole a la baja de consumo.
3. Vinos con soda
En los últimos años, buena parte de la industria comenzó a preguntarse por qué estaban perdiendo la pulseada frente a la cerveza.
El diagnóstico que hicieron muchos fue que se había complejizado demasiado el vino –argumento claramente discutible- y que había que volver a acercarlo a la mesa de los argentinos.
Así fue como se hicieron campañas nacionales para promover el consumo de maneras más relajadas, incluyendo la opción de agregarle soda y hielo.
En enero, una clásica marca de vino en tetrabrik lanzó el "Acuerdo Sodeado", en la que proponen sumarle burbujas al vino con dos fines: hacerlo rendir más y hacerlo más refrescante.
Incluso, los enólogos se están plegando a la tendencia, posteando en las redes fotos de copas con cubos de hielo, generando algún que otro debate entre los consumidores más puristas.
4. Vinos "raros"
En la búsqueda de comunicar algo diferente, y también como parte de la inquietud natural de los enólogos, que intentan generar algo distinto y salir de la zona de confort que propone el Malbec, en este último período se lanzaron numerosos vinos"raros".
Básicamente, elaborados con cepas no tradicionales. No necesariamente desconocidas, pero sí no tan comunes para la producción de vinos de alta gama. Un buen ejemplo de esto es la proliferación de vinos hechos con uva Criolla, muy común en la producción masiva pero definitivamente novedosa en los segmentos de precios medios y altos.
En esta línea, Durigutti viene de lanzar un vino hecho con Cordisco; bajo la línea de vinos La Liga de los Enólogos se presentó hace poco un blend hecho con cepas de origen italiano poco conocidas por la mayoría de los argentinos: Raboso Verones, Freisa, Sangiovetto, Nebbiolo y Lambrusco.
En las últimas semanas, en tanto, la clásica bodega Roca, de San Rafael, presentó un blanco hecho con uva Glera, antes denominada Prosecco. Dentro de la categoría blancos, la bodega De Moño Rojo, del Valle de Uco, viene de hacer lo suyo con un blend de Marsanne, Roussanne y Viognier. Y los ejemplos siguen.
5. Vinos naturales
Orgánicos o biodinámicos, los vinos naturales no son nuevos ni son moda. De hecho, uno de los bodegueros que más firmemente y desde hace años viene trabajando en la producción de vinos naturales y sustentables es Ernesto Catena, con sus diferentes proyectos nucleados bajo el paraguas de Wine is Art!
Pero también es cierto que más bodegas vienen poniendo el foco en comunicar el no uso de agroquímicos en los viñedos, como es el caso de Casa de Uco, que acaba de lanzar los nuevos orgánicos de la línea El Salvaje.
En la Argentina hay cerca de 65 productores de uva orgánica certificados. La mayor parte de ellos se emplazan en Mendoza. En total, existen unas 2.500 hectáreas destinadas a las prácticas orgánicas y biodinámicas, lo que equivale a menos del 2% del total. Todavía es poco, pero la tendencia de hablar más sobre vinos naturales es irreversible.
Juan Diego Wasilevsky
Fuente: IProfesional
No hay comentarios. :
Publicar un comentario