Para no hacerte un lío con las denominaciones te explicamos las diferencias
La cerveza por excelencia es la que no tiene otro calificativo junto a su nombre, como “free”,”0,0” o “light”, y durante muchos años la única elección que cabía hacer era entre la de botella o de presión, ambas con idénticas calorías y graduación alcohólica.
AURORA SEGURA
Pero los tiempos cambian y, debido a la obsesión por mantener una figura esbelta o la necesidad de evitar el alcohol por los más variados motivos, los fabricantes ingeniaron tipos de cerveza que fueran compatibles con la sobriedad o con una dieta adelgazante. Y así nacieron las “0,0”, las “free” y las “light”. Una iniciativa muy exitosa en España, que es el país de la Unión Europea donde más se produce y se consume.
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Todas esas denominaciones hacen que exista una cierta confusión para los aficionados a la cerveza que pretenden reducir la ingesta de alcohol o están haciendo dietas de adelgazamiento y no quieren renunciar a ese refresco tan popular.
El lío de las denominaciones
No es lo mismo una “light” que una “sin” o una “0,0”, aunquetampoco son enormes las diferencias entre ellas. La principal, la cantidad de alcohol que contienen, que va desde entre un 4,5 y un 5% en las normales más habituales, a menos del 1% en las 0,0; 0,6% en las “sin” y entre un 2 y un 3% de alcohol las “light”.
"Las cervezas normales contienen entre un 4,5% y un 5% de alcohol mientras que en las 0,0 menos del 1%"
Para decidir entre unas y otras, lo primero es saber cuáles son las motivaciones que nos llevan a sustituir la cerveza de toda la vida por una de estas relativamente nuevas versiones de una bebida tan popular.Si la idea es dejar por completo el alcohol, la opción es olvidarse de ella, porque no existe la que no tiene ni una gota.
Si lo que se quiere es adelgazar, o por lo menos, no ganar peso, se puede optar por cualquiera de ellas. Porque si bien las “light” son las que se supone que contienen menos calorías (entre 25 y 30 kcal por 100 mililitros, el doble por una caña), la realidad es que es aún menor en las “sin” (entre 15 y 20).
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Eso es así porque en el caso de la primera, las calorías se reducen de lo que se conoce como “extracto seco”, es decir los cereales, mientras que en la “sin” lo que disminuye es el alcohol, que también aporta muchas calorías. La 0,0 por su parte se queda a medio camino, con entre 20 y 24 kcal, y la normal, unas 43 kcal.
El alcohol también engorda
En todos los casos, la mayor parte de las calorías proceden del alcohol, el resto de carbohidratos (13 gramos y 52 calorías en las normales frente a 5 gramos y 20 calorías en las ligeras), aunque la cerveza no puede considerarse un alimento, porque su aportación nutritiva es escasa.
"Para elaborar las cervezas “light” se utilizan dos sistemas, uno consiste en utilizar menos cereales para que haya menos azúcares fermentables, lo que reduce el alcohol y las calorías"
La principal, el ácido fólico o vitamina B9, que está en todas las cervezas pero de forma poco significativa, apenas entre 5 y 10 microgramos por cada 100 mililitros de bebida, cuando un adulto necesita diariamente unos 400; 600 si se trata de una embarazada y 500 si la mujer está amamantando.
Para elaborar las cervezas “light” se utilizan dos sistemas, uno consiste en utilizar menos cereales para que haya menos azúcares fermentables, lo que reduce el alcohol y las calorías.
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El otro, en emplear la misma cantidad de cereales que en las normales, pero jugando con las temperaturas de maceración, lo que inhibe a las enzimas responsables de extraer azúcares fermentables.Así se obtiene el sabor, aroma y color de los componentes, pero con menos azúcares y etanol.
La cerveza baja en alcohol, o “light”, se elabora haciendo hervir la normal para conseguir la evaporación del alcohol. Eso es posible porque este es más volátil que el agua, uno de los principales componentes de esa bebida. En las factorías más modernas se usan sistemas al vacío para mantener el sabor y los aromas, y en ese caso incluso puede evitarse el calentamiento previo.
"La cerveza baja en alcohol, o “light”, se elabora haciendo hervir la normal para conseguir la evaporación del alcohol"
La conversión de una cerveza normal en una 0,0 se hace tras el séptimo y penúltimo paso de la elaboración. La bebida, aún sin añadirle el carbónico que provoca las burbujas, se calienta hasta el punto de ebullición. Al hacerlo en un momento tan tardío del proceso se consigue mantener mejor el gusto y aroma.
El problema para el consumidor es que en los bares o restaurantes donde se toma cerveza no suelen tener todas las modalidades ni todas las marcas que existen. Así que la única opción para saber con toda seguridad la cantidad de alcohol y de calorías es leer las etiquetas o llevarlas aprendidas de casa y pedir la cerveza que cumple con los requisitos que cada uno exige.
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Más fácil es hacer la selección en las tiendas, donde se ofrece una mayor variedad de tipos y marcas. Para los elaboradores, el reto consiste en conseguir una cerveza lo más parecida en sabor, color y aroma a la original y contentar al mismo tiempo a quienes quieren reducir el consumo de alcohol y calorías.
Un poco de historia
Si bien decía al principio que reducir el alcohol de la cerveza es una práctica que se ha desarrollado hace apenas unas décadas, lo cierto, es que la historia lo desmiente. En la época medieval existían refrescos alternativos al agua, entonces muy peligrosos, que se pueden considerar un tipo de cerveza no alcohólica.
"El reto consiste en conseguir una cerveza lo más parecida en sabor, color y aroma a la original y contentar al mismo tiempo a quienes quieren reducir el consumo de alcohol y calorías"
Pero fue durante la época de la “ley seca” cuando los elaboradores estadounidenses tuvieron que ingeniárselas para evitar las restricciones impuestas por las autoridades. En 1917 se aprobó limitar el contenido de alcohol de las bebidas de malta al 2,75%para apaciguar a los prohibicionistas, pero dos años más tarde se vieron obligados a reducir esa tasa al 0,5%, lo que se conseguía por el método de ebullición de la bebida justo antes de añadir el gas carbónico.
Las actuales bebidas “light” y similares empezaron a asomar en el mercado en los años 80 y ahora el mayor reto para los fabricantes es ofrecer productos que contrarresten la cada vez más extendida producción de cervezas artesanas en pequeñas factorías e incluso las que se preparan en casa.
Fuente: La Vanguardia
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