- El periodista especializado Aitor Labrador ha adaptado al castellano el libro 'Cerveza para Dummies'
- Datos, curiosidades y anécdotas desconocidas de una de las bebidas más consumida por los españoles
Hay pocas dudas de que España es un país cervecero. No sólo porque a tomar algo lo llamemos salir de cañas. Los datos también lo demuestran: cada vez se gasta más cerveza. Tanto en casa como en bares y restaurantes. Por primera vez, el consumo de esta bebida alcanzó los 40 millones de hectolitros, según el último informe presentado por Cerveceros de España. Parece claro que nos gusta la cerveza, pero... ¿Sabemos realmente de cerveza? ¿Sabemos cuáles son sus ingredientes y en qué proporciones? ¿Cómo se fabrica?¿O la historia que hay detrás uno de los diferentes estilos que hay?
A todas estas preguntas (y muchas más), trata de responder Cerveza para Dummies, escrito por Marty Natchel y Steve Ettlinger y adaptado al mercado español y latinoamericano por el periodista especializado Aitor Labrador. "En España consumimos un sólo estilo mayoritariamente [lager] y ahí entra el desconocimiento de esta bebida", explica Labrador. Ingredientes, historia, elaboración o países con larga tradición cervecera son algunos de los puntos más desconocidos que intenta aclarar este libro "de forma didáctica". Labrador explica cinco puntos clave "de un sector que no para de crecer".
LO QUE DEBES SABER DE LA CERVEZA
El principal factor de desconocimiento son los ingredientes que la componen. Básicamente son agua, malta de cebada (u otros cereales), lúpulo y levadura. "Existe un desconocimiento general sobre los ingredientes y el proceso de elaboración", según Labrador. El lúpulo, uno de los ingredientes clave, es uno de las más desconocidos, a pesar de que cada vez se oye hablar más de ellos.
La fabricación de la cerveza, tal y como la conocemos actualmente, no sería posible sin esta planta trepadora. Pero pocos saben que es de la misma familia que el cannabis. "Guarda relación con esta planta, pero no tiene ninguna traza de THC ni otra sustancia tóxica", explica Labrador. Entre sus propiedades, "potenciar el aroma, el amargor y conservar la cerveza", explica. Además, es una planta con cientos de variedades. "Cada una aporta unos matices distintos", añade.
Pero antes de añadir el lúpulo hay que usar agua, mucha agua. Y aunque algunos puedan desdeñar su importancia, o crean que vale cualquiera, no es así. "En una cerveza el 90% como mínimo es agua", explica Labrador. De ahí su trascendencia. "Cuanto más pura y más cerca de la fuente de agua se esté mejor será la cerveza", señala Labrador.
En el libro también se aborda otro de los ingredientes menos conocidos: la levadura. Este pequeño bicho es el que se encarga de convertir el azúcar de los cereales en alcohol. Aislada hace decenas de años, cada tipo de cerveza tiene una levadura concreta. Hay levaduras que fermentan a una temperatura alta, como las Ale (18-25 grados) y otras a menor temperatura, como las Lager (8-15 grados). Lo que quizá es más desconocido son las cervezas de fermentación espontánea. "Se fermentan con las levaduras presentes en el ambiente que en algunos casos, como en Ales Agullons, se ha conseguido aislar", explica Labrador.
Con todos estos ingredientes se elaboran cientos de estilos de cerveza. Otra de las grandes rasgos desconocidos de esta bebida. "Se desconoce que hay infinidad de estilos y tipos y que cada uno tiene su momento", añade Labrador, que ha adaptado los ejemplos de la versión americana a cervezas europeas fáciles de conseguir en nuestro país.
Algunas de estas cervezas representan algo parecido a las denominaciones de origen del vino. Bruselas, Colonia o Santa Caterina en Brasil, tienen algo en común. En esas tres regiones han nacido estilos propios de cerveza. "Alemania y Bélgica son los países que más ejemplos presentan de esta peculiaridad", señala. Alguna región, como Pajottenland, en Bélgica, es la única zona donde se elaboran cervezas Lámbicas -ácidas y afrutadas- como las Gueze.
CERVEZA Y VINO, ALGO MÁS QUE UN PARECIDO
Las cervezas tienen más puntos en común con otra bebida fermentada como es el vino. Varios estilos también se añejan en toneles. "Se envejecen en barricas de whisky o bourbon, lo que les da mucho carácter", añade Labrador. Algunas, incluso, duermen una temporada en barricas de vinos.
Varios tipos de cervezas comparten con el vino una característica típica de los de Jerez. Al igual que estos, las cervezas Gueze también se mezclan por añadas, algo parecido a la labor de solera y criadera típica de los vinos de Jerez (y de destilados como el brandy). Incluso este tipo de cervezas cuenta con su propia profesión. "El oficio de blender (mezclador, en español) en Bélgica cuenta con auténticos expertos. Ellos no elaboran, sólo se encargan de la fermentación, jugando con los porcentajes de cada añada", explica.
El libro también aborda otros aspectos poco conocidos para los legos en la materia, como los festivales cerveceros más importantes del mundo, las ciudades más atractivas para hacer turismo o las anécdotas que provocaron la creación de un estilo. Labrador lo ejemplifica con las conocidas Radler, creadas a partir de la carestía de cerveza de un tabernero bávaro que, ante la avalancha de ciclistas sedientos, mezcló sus escasas provisiones de cerveza con limonada, creando así las famosas Radler (ciclista en alemán). "Un ejemplo de que la historia de la cerveza está plagada de anécdotas", añade.
LUIS BLASCO
Fuente: El Mundo
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