Foto: Justin Leibow (Unsplash)
Es una cuestión de solubilidad. El azúcar no se disuelve bién en líquidos fríos. Esa es la razón por la que en coctelería los cafés con hielo se suelen endulzar con siropes, no con azúcar. Si le echas mucho azúcar al café, necesitas que este esté muy caliente. Por eso lo mejor es echar el azúcar en el café caliente, y después echar la leche o crema.
Si lo quieres en términos más precisos, hice la prueba de disolver un azucarillo en una taza de café puro caliente, y en el mismo café tras añadir leche fría en una proporción de 3/4 de café y 1/4 de leche. El azucarillo en el café con leche tardó 26 segundos más en disolverse (removiendo constantemente con una cucharilla).
Por supuesto, este cálculo varía mucho en función de la proporción entre azúcar y café caliente, pero en general es mejor hacerlo en este orden. Si solo le echas un chorrito de leche probablemente no haya mucha diferencia porque apenas cambias la temperatura. Igualmente, si le echas poco azúcar se disolverá mucho antes y más fácilmente.
Si eres un fan del azúcar cristalizado en fragmentos más gruesos necesitarás más tiempo para disolverlo completamente. Si bebes el café negro y sin azúcar nada de esto debería preocuparte. Tan solo recuerda el orden si te molesta encontrarte todo el azúcar en el fondo.
Claire Lower
Fuente: Gizmodo
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