#VINOS | Ni carne, ni pescado: así marida el vino con tu estado de ánimo

De todos es sabido que el vino tino sabe mejor cuando comes carne, y si toca pescado, es recomendable optar por un blanco. Pero hay otra forma de maridar un buen caldo para potenciar su sabor: cuando está alineado con tu estado de ánimo. 

JUSTIN AIKIN

Decía Séneca que el vino "lava las inquietudes, enjuaga el alma hasta el fondo y asegura la curación de la tristeza". Tal vez exageraba un pelín el eminente filósofo romano, o tal vez iba más allá de lo que todos entendemos como "una copita al día".

Sea como fuera, nadie duda de que el vino afecta a nuestro estado de ánimo, de una forma u otra. Algunos estudios, incluso lo constatan con base científica. La revista BMC Medicine publicó un artículo escrito a muchas manos por varias universidades españolas que aseguraban que el vino puede reducir el riesgo de depresión. Al menos, entre aquellos encuestados que beben de dos a siete vasos a la semana.

KYM ELLIS

Desde Vinissimus, red de venta online a escala europea, le dan la vuelta a esta idea. Aseguran que, igual que "es habitual maridar comida y vino, y se sabe que este sabe distinto dependiendo del momento del día, la compañía o el estado de ánimo; no es descabellado maridar vinos y emociones". Y añaden: "Si eliges el vino adecuado dependiendo del humor o del estado de ánimo, lo vas a disfrutar más".

Los enólogos de la empresa dan las siguientes recomendaciones al respecto. Por lo que parece, lo de "vino blanco para el pescado y vino tinto para la carne", ya no es suficiente. Así se debería maridar en función de cómo se sienta uno.

Triste

Cuando uno se siente más decaído lo mejor es recibir una buena dosis de energía que ensalce el ánimo, para eso, lo mejor es escoger un tinto de Toro, un syrah australiano o un buen Priorat de garnacha y cariñena. ¡El ánimo sube como la espuma!

Estresado

¿Ha sido un día duro y se necesitan sensaciones reconfortantes? Nada mejor que una copa de vino dulce o generoso. Un tokaji ligero (3 puttonyos), una garnacha del Empordà o una copita de un Ruby Port pueden ser la solución.

Feliz

Burbujas. No existe ningún otro vino que se asocie de manera tan inmediata a un estado de ánimo. Podría ser Champagne, pero el Cava ofrece también excelentes posibilidades.

Fatigado

Vinos blancos de buena acidez pueden ayudar a recuperar la chispa. Sauvignon blanc de Nueva Zelanda, un riesling del Mosel o incluso un buen Chablis son un acierto seguro.

MATTHIEU JOANNON

Pensativo

En esos días en los que la cabeza no para de dar vueltas a lo mismo necesitamos complejidad y sensaciones reconfortantes para que nuestra mente encuentre las mejores ideas. Para eso, nada mejor que un vino blanco de chardonnay con madera, Borgoña si prefieren la sutileza, California si buscan intensidad.

Desatado

Si el cuerpo pide ritmo, hay que buscar la energía de la juventud en el vino. Un tinto del Beaujolais, un vino joven de la Rioja o incluso un tinto gallego sin madera mantendrá a cualquiera activo siempre que se sea comedido.

Aventurero

¿Harto de la monotonía? ¿con ganas de nuevas sensaciones? Para estos momentos, lo mejor es buscar un buen vino natural y disfrutar con su seductora expresividad. España, Italia y Francia elaboran algunos de los mejores.

KELSEY KNIGHT

Desafiado

Pocos vinos pueden hacer tanto por aumentar la confianza como un buen cabernet sauvignon. La nobleza de los mejores, sus notas de madera y grafito envolviendo una fruta de gran carácter, puede dar ese empujoncito necesario para hacer frente a cualquier desafío.

Fuente: El Periódico