- una temperatura adecuada y
- todos los alimentos deben estar suficientemente protegidos.
Por ello si un individuo joven o no tan joven, hombre o mujer, decide independizarse de sus padres o de su pareja, y en principio no lo hace de manera transitoria, si no que tiene más o menos un programa de vida futura, si está concienciado de lo importante que es una alimentación saludable para tener una buena salud, lo primero que necesita es una buena nevera, preferiblemente con congelador, que es lo que se llama vulgarmente un combi.
Desde la alimentación se pueden no solo prevenir muchas enfermedades y otras aliviarse, sino incluso curarse.
Los modelos modernos y de primera fila de nevera, sea un elemento único de nevera y otro elemento separado solo de congelador, lo que se llama “side by side” o formando parte de un combi, con dos motores independientes, llevan acoplado un termómetro que nos indica, con la puerta cerrada, la temperatura del interior en sus dos compartimentos.
Pero si la nevera tiene unos cuantos años, conocer la temperatura en sus varios pisos será toda una incógnita ya que antes los programadores de las neveras solo llevaban cifras, del 1 al 6, normalmente. Sabíamos que al girar la ruedecita del programador, pasándola al 2 o al 4 bajábamos la temperatura, pero ¿cuánto?
Adquiriendo un termómetro de nevera-congelador en una buena ferretería, que no son nada caros, sabremos a qué temperatura estaremos trabajando en cualquier zona de la nevera y del congelador. ¡Y esto es fundamental para una buena conservación!
Según estudios recientes un tercio de los alimentos que se producen en el mundo se tiran por haberse estropeado, y una gran parte de éstos se producen en el hogar por no haberse conservado bien. De hecho hay gente que tira montones de cosas, y otras que no tiran nada. Aun así, más de la mitad de las infecciones alimentarías que se producen cada año en nuestro país suceden en los hogares.
Si los alimentos, tanto frescos como cocinados, se conservan bien desde el principio de su manipulación hasta el final, durarán en perfecto estado varios días dependiendo de lo perecederos que sean.
Como norma general, la nevera tiene que estar entre 2º y 4º. Cifras por encima de éstas son peligrosísimas y no os asegurarán en ningún momento la salubridad de vuestros alimentos. Los alimentos más perecederos deberán colocarse en la zona más fría, y los más duraderos en las menos.
Si la nevera está entre 6º y 7º, como a veces sucede, los platos cocinados y los alimentos frescos perecederos se estropearán probablemente de un día para otro.
Las neveras no frost en las que no se produce nunca escarcha tienen la ventaja sobre las tradicionales que alcanzan temperaturas más bajas y más uniformes puesto que un ventilador interior se encarga de repartir el aire frío por todo el aparato. Se dice que resecan, y efectivamente en su interior hay una corriente de aire frío, pero habrá que partir de la base de que casi todos los alimentos deben estar en la nevera envueltos o protegidos, algo que desgraciadamente no se hace. Por eso, un resto de un plato cocinado mal guardado en la nevera, al día siguiente o a los dos días muestra un aspecto horroroso y reseco… y se tira.
Como los alimentos no se tapan como se deben, la nevera adquiere olores y sabores extraños que luego pretenden eliminar con desodorantes especiales o carbón vegetal. Si se envasan bien todos nuestros alimentos como ya veremos, comprobarán que permanecen intactos durante bastante tiempo y su nevera no olerá absolutamente a nada.
También el aire de la atmósfera reseca, aunque en menor proporción que el aire frío. Dejar encima de la mesa de la cocina un trozo de carne o algún plato cocinado y verán el aspecto que presenta a las dos o tres horas, dependiendo de la temperatura de la cocina.
Lo mismo que para tener los armarios ordenados disponemos de perchas y cajones, para usar correctamente la nevera también necesitamos este tipo de “complementos o perchas” que son los tuppers herméticos de los cuales hablaremos otro día.
Así que ya lo saben: para conservar bien nuestros alimentos en la nevera necesitamos:
- una temperatura adecuada, entre 2º y 4º y
- unos recipientes o envoltorios adecuados totalmente herméticos o impermeables.
Fuente: CRISTINA GALIANO
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