A estas alturas seguramente no necesites ninguna excusa para abrirte un botellín de cerveza o quedar con los amigos en el bar para tomar unos quintos, pero por si acaso te ofrecemos una lista de muy buenas razones para beberte una cerveza ahora mismo.
Forma parte de nuestra cultura quedar a tomar cervezas con nuestros amigos de toda la vida, compartir unos tercios con nuestros compañeros de trabajo durante el afterwork, irnos de quintos y tapas o hacernos una cervecita de aperitivo con nuestros familiares antes de la paella del domingo. Muchas de nuestras reuniones sociales giran en torno a la cerveza y es lógico pensar que ésta está presente en muchos de nuestros recuerdos más felices con amigos, compañeros y familiares.
Muy relacionado con el punto anterior, debemos destacar el efecto desinhibidor de la cerveza, y de prácticamente cualquier alcohol. Obviamente, si eres un tipo algo soso tomarte una cerveza no va a convertirte en el alma de la fiesta, pero sí puede ayudarte a perder un poco esa vergüenza, aumentar la confianza en ti mismo y sacar a pasear las habilidades sociales que no sabías que tenías. Pero sin pasarse, que tampoco es cuestión de convertirse en un plasta.
Hay estudios que prueban que tomar una cerveza nos hace más alegres, abiertos a entablar conversaciones y mucho más parlanchines de lo que somos habitualmente. Incrementa nuestra capacidad para empatizar con otros, detectar personas que comparten nuestro mismo estado de ánimo y querer relacionarnos con ellas.
La cerveza es una bebida 100% natural elaborada con cuatro ingredientes básicos como son agua, cereal malteado, lúpulo y levadura. Todos estos componentes son naturales y el proceso de elaboración también lo es, por lo tanto, la cerveza no es un alimento ultraprocesado o como solemos decir hoy en día, pertenece al ámbito del realfooding, aunque ningún realfooder que se precie lo recomendará por la presencia de alcohol.
Beber cerveza (siempre con moderación) es saludable, contiene fibra soluble procedente de la cebada que favorece la digestión y evita el estreñimiento, y además es una bebida baja en grasa y en calorías (un tercio de una cerveza rubia clásica contiene alrededor de 150kcal). Es mucho más recomendable tomarse una cerveza que un refresco azucarado, una bebida energética y, por supuesto, que la combinación de cualquiera de las anteriores con un alcohol destilado. ¡Más cervezas y menos cubatas!
La cerveza es prácticamente toda agua, pues se estima que alrededor del 90 - 95% de esta bebida es H2O. Por lo tanto, muchas de las propiedades del agua también son aplicables a la cerveza, como su alto poder hidratante, por lo que es recomendable para recuperación de deportistas tras intensos esfuerzos físicos, y sus propiedades diuréticas, ayudándonos a eliminar toxinas de nuestro organismo a través de la orina.
Por otra parte, contiene una larga lista de nutrientes, vitaminas y minerales, procedentes mayoritariamente del agua usada para su elaboración, aunque también del resto de ingredientes. En una cerveza podemos encontrar en mayor o menor medida elementos como la vitamina B6, la B12, calcio, magnesio, potasio, silicio, selenio, cromo y fósforo, con todos los beneficios que estos aportan a nuestro organismo. ¡Un auténtico complejo multivitamínico!
Este no es un artículo médico ni lo pretende ser, de hecho, no sabemos nada de medicina pero basándonos en diferentes estudios e informes que han visto la luz a lo largo de los últimos años podemos decir que beber cerveza previene numerosas enfermedades. Vaya, si es cierto todo lo que se ha publicado, tomar cerveza nos haría prácticamente inmortales.
Veamos, siempre según estos estudios (a saber quién los ha pagado), beber cerveza de forma moderada y con mucha mesura pueda ayudarnos a prevenir enfermedades cardiacas, reducir nuestro nivel de colesterol malo, evitar los cálculos renales, retrasar los síntomas de la menopausia, combatir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, fortalecer nuestros huesos para espantar la osteoporosis, disminuir el riesgo de diabetes del tipo 2 o hacer desaparecer ciertos agentes cancerígenos. Casi nada...
Vaya por delante que no tenemos nada en contra de los abstemios ni de los aficionados al vino, pero los bebedores de cerveza molan más. Son gente interesante y guay que se sabe al dedillo la guía de estilos de cerveza de la BJCP, que se conoce la historia de las IPA y de las Russian Imperial Stout de pe a pa, que se ha aprendido los nombres rarunos de las diferentes variedades de lúpulos y que usa términos como dry-hopping o barrel-aged en su vocabulario habitual.
Si quieres entrar a formar parte de este selecto grupo, deberías visitar tu bar de cervezas artesanas más cercano, ponerte al día con las nuevas tendencias en el mundo del craft beer y probar las últimas referencias llegadas desde Estonia. La gente comenzará a mirarte con admiración y pronto todo el mundo te preguntará cuál es la mejor cerveza que has probado en tu vida y te pedirá consejo para elegir una cerveza decente. ¡Te convertirás en un auténtico influencer!
Londinense de nacimiento, valenciano de adopción y cervecero por devoción. Coleccionista de cervezas, vivo rodeado de IPAs, stouts, lagers, porters y ales. Lo primero que hago al llegar a cualquier nuevo destino es salir a descubrir las birras autóctonas del lugar. Amante de las cervezas artesanas, devoto de las trapenses y fiel defensor de las pilseners, tampoco desprecio una rubia de barra de bar. Cualquier momento es apropiado para catar una buena cerveza.
Eso sí, cabe recalcar lo de “una” porque es muy importante que ese consumo sea moderado si no queremos que se vayan al garete los posibles efectos beneficiosos de la bebida alcohólica más popular del mundo. Corre al frigorífico o pídele al camarero una caña...
Es una bebida social
Forma parte de nuestra cultura quedar a tomar cervezas con nuestros amigos de toda la vida, compartir unos tercios con nuestros compañeros de trabajo durante el afterwork, irnos de quintos y tapas o hacernos una cervecita de aperitivo con nuestros familiares antes de la paella del domingo. Muchas de nuestras reuniones sociales giran en torno a la cerveza y es lógico pensar que ésta está presente en muchos de nuestros recuerdos más felices con amigos, compañeros y familiares.
Además, tomarse una cerveza es la excusa perfecta para no perder el contacto con aquellos que más nos importan. Ningún colega que se precie rechazará jamás una invitación a una cerveza. En definitiva, es una bebida social alrededor de la que podemos compartir todo tipo de alegrías y penas con nuestros más allegados, y que saca a relucir nuestra naturaleza de animal social.
Produce un efecto desinhibidor
Muy relacionado con el punto anterior, debemos destacar el efecto desinhibidor de la cerveza, y de prácticamente cualquier alcohol. Obviamente, si eres un tipo algo soso tomarte una cerveza no va a convertirte en el alma de la fiesta, pero sí puede ayudarte a perder un poco esa vergüenza, aumentar la confianza en ti mismo y sacar a pasear las habilidades sociales que no sabías que tenías. Pero sin pasarse, que tampoco es cuestión de convertirse en un plasta.
Hay estudios que prueban que tomar una cerveza nos hace más alegres, abiertos a entablar conversaciones y mucho más parlanchines de lo que somos habitualmente. Incrementa nuestra capacidad para empatizar con otros, detectar personas que comparten nuestro mismo estado de ánimo y querer relacionarnos con ellas.
Es una bebida natural y saludable
La cerveza es una bebida 100% natural elaborada con cuatro ingredientes básicos como son agua, cereal malteado, lúpulo y levadura. Todos estos componentes son naturales y el proceso de elaboración también lo es, por lo tanto, la cerveza no es un alimento ultraprocesado o como solemos decir hoy en día, pertenece al ámbito del realfooding, aunque ningún realfooder que se precie lo recomendará por la presencia de alcohol.
Beber cerveza (siempre con moderación) es saludable, contiene fibra soluble procedente de la cebada que favorece la digestión y evita el estreñimiento, y además es una bebida baja en grasa y en calorías (un tercio de una cerveza rubia clásica contiene alrededor de 150kcal). Es mucho más recomendable tomarse una cerveza que un refresco azucarado, una bebida energética y, por supuesto, que la combinación de cualquiera de las anteriores con un alcohol destilado. ¡Más cervezas y menos cubatas!
Es nutritiva e hidratante
La cerveza es prácticamente toda agua, pues se estima que alrededor del 90 - 95% de esta bebida es H2O. Por lo tanto, muchas de las propiedades del agua también son aplicables a la cerveza, como su alto poder hidratante, por lo que es recomendable para recuperación de deportistas tras intensos esfuerzos físicos, y sus propiedades diuréticas, ayudándonos a eliminar toxinas de nuestro organismo a través de la orina.
Por otra parte, contiene una larga lista de nutrientes, vitaminas y minerales, procedentes mayoritariamente del agua usada para su elaboración, aunque también del resto de ingredientes. En una cerveza podemos encontrar en mayor o menor medida elementos como la vitamina B6, la B12, calcio, magnesio, potasio, silicio, selenio, cromo y fósforo, con todos los beneficios que estos aportan a nuestro organismo. ¡Un auténtico complejo multivitamínico!
Previene numerosas enfermedades
Este no es un artículo médico ni lo pretende ser, de hecho, no sabemos nada de medicina pero basándonos en diferentes estudios e informes que han visto la luz a lo largo de los últimos años podemos decir que beber cerveza previene numerosas enfermedades. Vaya, si es cierto todo lo que se ha publicado, tomar cerveza nos haría prácticamente inmortales.
Veamos, siempre según estos estudios (a saber quién los ha pagado), beber cerveza de forma moderada y con mucha mesura pueda ayudarnos a prevenir enfermedades cardiacas, reducir nuestro nivel de colesterol malo, evitar los cálculos renales, retrasar los síntomas de la menopausia, combatir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, fortalecer nuestros huesos para espantar la osteoporosis, disminuir el riesgo de diabetes del tipo 2 o hacer desaparecer ciertos agentes cancerígenos. Casi nada...
Beber cerveza (artesana) es de gente guay
Vaya por delante que no tenemos nada en contra de los abstemios ni de los aficionados al vino, pero los bebedores de cerveza molan más. Son gente interesante y guay que se sabe al dedillo la guía de estilos de cerveza de la BJCP, que se conoce la historia de las IPA y de las Russian Imperial Stout de pe a pa, que se ha aprendido los nombres rarunos de las diferentes variedades de lúpulos y que usa términos como dry-hopping o barrel-aged en su vocabulario habitual.
Si quieres entrar a formar parte de este selecto grupo, deberías visitar tu bar de cervezas artesanas más cercano, ponerte al día con las nuevas tendencias en el mundo del craft beer y probar las últimas referencias llegadas desde Estonia. La gente comenzará a mirarte con admiración y pronto todo el mundo te preguntará cuál es la mejor cerveza que has probado en tu vida y te pedirá consejo para elegir una cerveza decente. ¡Te convertirás en un auténtico influencer!
Antony Peel
Londinense de nacimiento, valenciano de adopción y cervecero por devoción. Coleccionista de cervezas, vivo rodeado de IPAs, stouts, lagers, porters y ales. Lo primero que hago al llegar a cualquier nuevo destino es salir a descubrir las birras autóctonas del lugar. Amante de las cervezas artesanas, devoto de las trapenses y fiel defensor de las pilseners, tampoco desprecio una rubia de barra de bar. Cualquier momento es apropiado para catar una buena cerveza.
Fuente: Bonviveur
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