Su creador, Rodrigo Córdoba, nació en una familia de inventores. Quiso ser cura, desistió y terminó inventando Tigoût, la codiciada Nespresso de patisserie que lanza su preventa a UDD 600
Rodrigo Córdoba es un emprendedor, pero también es un inventor. No podía ser de otra manera, se crió en una casa donde su abuelo inventó un sellador de tanques de nafta mezclando dulce de membrillo y cenizas.
Rodrigo Córdoba, nació en una familia de inventores y creó Tigoût
Su papá Miguel Ángel lo profesionalizó y se convirtió en el creador del cemento de tanques de nafta y el tapagoteras de radiador Verónica y creó la empresa Silisol. Con la curiosidad a flor de piel, se declara inventor de Tigoût una máquina que a través de cápsulas hace patisserie en pocos minutos.
Estudió para ser cura, pero abandonó. Siguió con informática, pero se aburrió. Comenzó Relaciones Públicas y abandonó. Un sacerdote lo definió: “Sos un experto en generalidades”. Trabajó con su padre hasta que se enfermó y decidieron vender la empresa. Luego incursionó en la venta de accesorios y cascos para motos, luego vendió la empresa y hace cuatro años que cocinando miró su Nespresso y soñó con hacer una máquina que haga cupcakes. Se rodeó de un buen equipo de gente y arrancó.
Tigoût, pastelería en casa en minutos
Hoy que cumplió su sueño y su producto Tigoût es un hecho, mira para atrás y dice: “Ser un experto en generalidades, lejos de ser una debilidad es una fortaleza. Se trata de tener la sensibilidad y la capacidad para entender todo. Me permitió liderar una empresa desde cero, firmando contratos de producción, ventas, marketing y atendiendo todas las cuestiones técnicas”. Ahora que está ansioso por venderlas, comprendió a su padre que apenas se casó con su mamá se fue de luna de miel llevando cajas de cemento Verónica, porque con cada cajita que vendía se pagaban una semana de hotel.
La increíble historia del creador de Tigoût
Creó una máquina de cápsulas que hornea pastelería y tarda de cuatro a doce minutos, un dispositivo de control remoto se encarga de todo. No falta estar atento para evitar que se queme. El creador Rodrigo Córdoba contó a BAE Negocios: “El año pasado desarrollamos las primeras 50 máquinas de manera artesanal que nos costaron U$D1000 cada una, pero prevendimos 25 a U$D400 y los compradores tuvieron que esperar hasta siete meses para tenerlas. En mayo de este año se nos ocurrió la idea de ofrecerlas para probar el producto por 14 días sin cargo, sólo requieren la compra de 30 cápsulas. Tenemos lista de espera para primeros días de septiembre para los que quieran probarlas”.
El fundador de Tigoût confesó: “ El negocio son las cápsulas, no la máquina. Ofrecemos cápsulas de volcán de chocolate y dulce de leche, otra opción de chocolates con nueces y cacao, blondy de chocolate blanco con pistacho y coco rallao, cookies de avenas con pasas y avellanas y hace poco, lanzamos un chipá salado. Cada cápsula cuesta $95 y el pack de 30 cuesta $2880”. La idea funciona y ya consiguieron inversores que aportaron dos millones de dólares.
Tigoût busca distribuidores
Con todo encaminado, Rodrigo Córdoba se decidió por lanzar la primera producción masiva a través de una campaña de crowdfunding: “Firmamos contrato con una empresa alemana que tiene fábrica en China. Esta todo listo para la primera producción que será de 3000 máquinas, esperamos enamorar a la gente. El precio de venta es de U$D600 a cambio oficial, estará para junio, pero les daremos de regalo 60 cápsulas. Garantía de un año y servicio técnico. Este es un proyecto global, la venderemos también en España. Las cápsulas se producen en la Argentina. Estoy en busca de distribuidores de alimento y electrodomésticos y dialogando con importadores. Quiero venderla en todo el mundo, a donde haya una máquina de café, quiero estar al lado”.
Graciela Moreno
Fuente: BAE Negocios
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