Ingredientes
- Tres cuartos Kg. de harina de esponja.
- Un vaso y medio de azúcar blanca.
- Tres huevos.
- Un vaso de aceite de oliva.
- La ralladura de un limón.
- Dos cucharas tamaño de postre de anís en grano.
- El zumo de media naranja.
- Dos chorritos de leche.
- Aceite de oliva para freírlos.
- Azúcar glass para espolvorear al final.
Modo de prepararlo.
- En un recipiente ancho y hondo, batiremos bien los tres huevos e incorporaremos el vaso de azúcar blanca y volveremos a batir hasta que el azúcar quede completamente incorporada.
- Una vez lo tengamos, añadiremos el vaso de aceite de oliva y volveremos a batir.
- Seguidamente iremos incorporando la harina de esponja pero esta operación la iremos haciendo por partes: Utilizaremos en total tres cuartos de kilo de harina de esponja, pero la iremos incorporando de tres veces, así que lo ideal es separarla inicialmente en tres partes iguales, por lo que haremos tres montones de un cuarto de kilo.
- A la mezcla anterior le añadiremos el primer cuarto de harina de esponja y batiremos bien con las varillas hasta integrarla.
- Una vez conseguido, añadiremos un segundo cuatro y volveremos a batir y a integrar. El cuarto kilo restante lo reservaremos para más adelante.
- Al batir esta segunda tanda apreciaremos que costará integrarla, para suavizarlo iremos añadiendo chorros de leche. Nos deberá ir quedando una masa firme, no cremosa pero si pegajosa.
- Una vez lo tengamos todo integrado, echaremos el anís en grano y seguidamente incorporaremos el zumo de media naranja.
- Volveremos a mezclar integrándolo todo.
- Rallaremos el limón sin la parte blanca y mezclaremos de nuevo de manera que quede bien repartida en toda la masa la ralladura.
- Prepararemos la superficie sobre donde vamos a dar forma a los bollos, así que limpiaremos y secaremos bien la zona que debe de ser amplia y plana. Sobre la misma espolvorearemos un poco de harina y colocaremos sobre esta la masa a la que le iremos incorporando el cuarto kilo de harina de esponja que teníamos reservado. Cada que vez que volquemos harina, amasaremos con las manos. Al principio notaremos que será difícil pero a medida que vayamos incorporándola, la masa se irá compactando y se volverá más manejable.
- Cuando ya tengamos incorporada toda la harina, empezaremos a cortarla en pedazos para ir formando los bollos.
- Con cada trozo, iremos haciendo una bola que luego estiraremos y haremos una especie de gusano. Uniremos sobreponiendo ambos extremos y así daremos forma a el bollo.
- Una vez los tengamos todos formados, pondremos una sartén con abundante aceite de oliva al fuego y cuando el aceite esté bien caliente, iremos dorando los bollos. En cuanto empiezan a recibir calor, notaremos que se inflan y crecen un poco de tamaño.
- Una vez fritos, los colocaremos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite . Una vez fríos, espolvorearemos azúcar glass por encima.
VANESA DELGADO
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