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¿Cansado de probar siempre los mismos estilos de cerveza? ¿Quieres darle un respiro a las lager y las IPA? Aquí tienes unos cuantos estilos, muy distintos entre ellos, y que probablemente no has probado:
Gose
Una buena opción para iniciarse en ella es la Thai Dye Gose de Basqueland (en colaboración con North Brewing), con jengibre, coco, lima y cilantro; toda una explosión de sabor.
Gruit
Así, el Instituto de la Cerveza Artesana fabrica por ejemplo la Encantada, una cerveza llamada “neolítica”, con miel y frutas del bosque (y bastante alcohol, por cierto: 7,8 %), y que está destinada a financiar el yacimiento de la cueva de Can Sadurní de Begues, donde se han descubierto los restos de cerveza más antiguos de Europa (6.300 años de antigüedad).
Sour
En el estilo alemán Berliner Weisse, La Grúa hace la Sour City, que es menos ácida de lo habitual y con 4% de alcohol. Si quieres algo aún más original, prueba la Sangría Sour de Edge Brewing; o la Passiflora Sour de Nómada, con avena y zumo de maracuyá.
Baltic Porter
Alhambra se ha fijado en este estilo bastante desconocido en España para actualizarlo de acuerdo a los nuevos códigos cerveceros. La creación resultante, Alhambra Baltic Porter, inauguró una nueva gama, Las Lentas (como su nombre indica, elaboradas para degustar lentamente), y en la reinterpretación se han intensificado los aromas ahumados, a chocolate y café, y se ha suavizado la textura, equilibrando los matices y haciéndola más sedosa en el paladar. La verdadera definición de una cerveza larga y profunda.
Scotch Ale
La más popular ahora mismo no viene de Escocia, sino de Estados Unidos: la Dirty Bastard, de Founders. Tiene siete maltas diferentes y notas a turba, caramelo y humo, como el mejor whisky escocés, aunque se elabore en Michigan.
Milk Stout
Se empezaron a comercializar en Inglaterra a finales del siglo XIX como complemento nutritivo sustitutivo de la leche, lo que provocó conflictos con los autoridades, que demandaban que se retirara el “Milk” de la etiqueta. Hoy en día vuelven a ser producidas y vendidas por varias marcas, como la Coffee bomb de la cántabra La Grúa, elaborada con café de Nueva Guinea, o la Sr. Lobo de Barcelona Beer Company, una sweet stout con naranja y chocolate.
Lager sin filtrar
Más tarde entró en juego el factor estético/psicológico: a medida que la filtración de cerveza se estandarizó, el consumidor medio se acostumbró a las pintas con aspecto limpio y cristalino. Algunos estilos ancestrales de cerveza sin filtrar sin embargo sobrevivieron –especialmente en Alemania– como kellerbier o zwickelbier (también llamada cerveza de bodega), y han llegado a nuestros días. Y sí, como has adivinado, en ello ha tenido que ver el boom de la cerveza artesana que llegó con el cambio de milenio y la aparición de un cliente cervecero que demanda sabores más intensos y complejos (la sin filtrar suele tener más textura, más cuerpo, y más matices en el aroma y en el sabor; además de que puede evolucionar en botella o barril, aumentando la capacidad de experimentación).
En España estamos de enhorabuena, porque El Águila, esa cerveza que nació en el madrileño barrio de Delicias en 1900, ha resucitado de la mano del grupo Heineken, con una versión adicional de la lager sin filtrar que recupera los métodos de elaboración primigenios. De acuerdo a su creador, el maestro cervecero José Miguel González , “el resultado es que puedes disfrutar de la cerveza como recién salida del tanque de fermentación”. Para valorar mejor de su intensidad, González recomienda darle la vuelta a la botella –sin agitarla– antes de servirla: “De esa manera despertamos a la levadura presente dentro de la cerveza, testimonio de su carácter puro, sin filtro”.
Juan Claudio Matossian
Fuente: Revista GQ
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