¿El café soluble es café? Descubre cómo se hace Foto: iStock
Amo el café, lo digo en serio. No sólo porque me ha acompañado en desveladas y me ayuda a seguir adelante con mi día, sino porque su sabor y aroma son perfectos.
Sin embargo, debo confesar que rara vez tomo café de grano; sí, ya sé que puede parecer una aberración si me nombro amante del café, pero a pesar de mis sentimientos, nuestra relación es tóxica, pues él me hace daño.
Así es, si bien no siempre pasa, hay algunos cafés y ciertos momentos, en que una taza de “café de verdad”, puede hacerme retorcer de dolor por gastritis. Y aunque no sea un culpable directo de este padecimiento, sí puede irritar el estómago, provocando que las molestias de ésta aumenten. Por eso es que para mi dosis diaria de cafeína recurro al café instantáneo (además de que es más práctico), aunque yo misma lo he acusado de no ser café y sólo ayudarme a no extrañar.
Estrictamente, sí, pero dependerá mucho a qué te refieras con café. Si quieres decir granos de café tostados y molidos, no, pues lo que viene en el frasco no es el grano como tal, sino el resultado de un proceso donde se infusiona el café y posteriormente se deshidrata o congela para obtener un polvo fácil de preparar, sin embargo, sí está hecho a partir de granos de café, no es un invento químico de laboratorio ni mucho menos.
De acuerdo a la organización Fórum Cultural del Café, se fabrica a partir de la mezcla del café verde, cuyos granos (tipo robusta o arábica) dependerán del producto que se quiera obtener. Posteriormente se somete a un proceso, para obtener un café capaz de ser preparado sólo con vertir un líquido frío o caliente; existen dos tipos de sistemas: deshidratato y liofilizado.
También llamado spray dry, consiste en tostar el café para obtener el color requerido según el gusto que se desea, posteriormente se muele (con una textura más gruesa de lo habitual) y se extrae.
De acuerdo a FórumCafé, la extracción puede considerarse la parte más importante y consiste en poner el café molido dentro de una batería de cilindros verticales donde se hace circular agua caliente a baja presión. Puede hacerse con o sin recuperación posterior de los aromas, es decir, se separan los aromas con un sistema de destilación para posteriormente incorporarlos al café soluble.
Una vez obtenida esta “infusión”, se seca inyectando el café extraido como una especie de regadera muy fina en una torre de deshidratación; al entrar en contacto con el vapor, las gotas se van secando. Transcurrido un tiempo de secado, ya están listas para el envasado.
Algunos lo consideran un método más natural y capaz de conservar mejor el aroma y sabor del café, al ser más respetuoso, aunque también suele se más caro el producto obtenido.
En este caso, el café líquido y concentrado se congela a -50°C. Al aportarle las calorías necesarias se logra el fenómeno de la liofilización o paso del estado líquido a vapor sin fundir el líquido y conservando las pequeñas partículas sólidas de café, obteniendo gran parte de los aromas, pues su evaporación es casi nula.
En conclusión, podríamos decir que es más un producto del café que café café, refiriéndonos a éste como el grano. Claro, su sabor y aroma también tiene que ver con el que elijas, pues hay de café soluble a café soluble, estarás de acuerdo conmigo en que hay unos que hacen honor al apodo “agua de calcetín”, porque realmente ni “pintan” ni saben.
Obviamente, por mucho que estemos casados con la versión instantánea no podrá tener el mismo lugar que el de grano, pues éste siempre tendrá un sabor, textura y aroma diferentes, sin embargo, puede ser una buena opción para quienes viven de prisa y no son tan exigentes con todas las características que debe cumplir un café para un barista.
A un flojo, dirás tú, pero en realidad no. Según algunos datos, su invención data de 1901 por el químico japones-americano, Satori Kato, quien vivía en Chicago, Estados Unidos, pero su comercialización no ocurrió hasta años después, pero en manos de otro químico, el británico radicado en Guatemala, George Constant, quien realizó su primera producción de café soluble en 1906 y puso en venta en 1909.
Posteriormente, la elaboración de café instantáneo fue una opción para regular las acumulaciones de café en Brasil durante las buenas cosechas, para evitar la caída de los precios del mercado. Asimismo, fue utilizado durante la segunda guerra mundial por los soldados americanos, lo cual contribuyó a su difusión. Por lo que se podría decir que su creación fue una mezcla entre curiosidad y necesidad, aunque su conservación responda a la practicidad.
La gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica que se ubica al interior del estómago y se caracteriza por dolor, malestar estomacal e incluso náuseas o vómitos, según señala el Manual MSD. Pero, aunque las causas son variadas e incluyen las infecciones, estrés por enfermedades graves o lesiones, fármacos, trastornos del sistema inmunológico e incluso el consumo excesivo de alcohol, no se le relaciona directamente al consumo de café.
Sin embargo, éste sí puede aumentar tus síntomas cuando ya la padeces o presentas un cuadro, dependiendo, claro, del paciente. La razón es que el café se relaciona con una mayor producción de ácido en el estómago, algo que no queremos cuando hay gastritis. De hecho, una de las recomendaciones para aliviar los síntomas de gastritis, es evitar los alimentos irritantes o ácidos.
Otra buena idea es evitar tomarlo en ayunas... así que si sólo desayunas café o, peor, café con cigarro, es momento de cambiar ese hábito. De hecho, la hora ideal para tomar café no es a las 7 a.m., sino entre las 9:30 y 11:30 a.m., cuando tus niveles de cortisol comienzan a bajar. Aquí te contamos más sobre ese tema.
Espero haber aclarado tus dudas sobre si el café soluble es café. Yo diría que es un café ligero para las emergencias, pero sin duda, un buen café hecho con granos recién molidos o elegidos especialmente por ti, no tiene comparación. De cualquier forma, no dejes de disfrutar tu deliciosa taza de café... eso sí, no te excedas.
Así es, si bien no siempre pasa, hay algunos cafés y ciertos momentos, en que una taza de “café de verdad”, puede hacerme retorcer de dolor por gastritis. Y aunque no sea un culpable directo de este padecimiento, sí puede irritar el estómago, provocando que las molestias de ésta aumenten. Por eso es que para mi dosis diaria de cafeína recurro al café instantáneo (además de que es más práctico), aunque yo misma lo he acusado de no ser café y sólo ayudarme a no extrañar.
¿El café soluble es café?
Estrictamente, sí, pero dependerá mucho a qué te refieras con café. Si quieres decir granos de café tostados y molidos, no, pues lo que viene en el frasco no es el grano como tal, sino el resultado de un proceso donde se infusiona el café y posteriormente se deshidrata o congela para obtener un polvo fácil de preparar, sin embargo, sí está hecho a partir de granos de café, no es un invento químico de laboratorio ni mucho menos.
¿Cómo se hace el café soluble?
De acuerdo a la organización Fórum Cultural del Café, se fabrica a partir de la mezcla del café verde, cuyos granos (tipo robusta o arábica) dependerán del producto que se quiera obtener. Posteriormente se somete a un proceso, para obtener un café capaz de ser preparado sólo con vertir un líquido frío o caliente; existen dos tipos de sistemas: deshidratato y liofilizado.
Sistema de deshidratado
También llamado spray dry, consiste en tostar el café para obtener el color requerido según el gusto que se desea, posteriormente se muele (con una textura más gruesa de lo habitual) y se extrae.
De acuerdo a FórumCafé, la extracción puede considerarse la parte más importante y consiste en poner el café molido dentro de una batería de cilindros verticales donde se hace circular agua caliente a baja presión. Puede hacerse con o sin recuperación posterior de los aromas, es decir, se separan los aromas con un sistema de destilación para posteriormente incorporarlos al café soluble.
Una vez obtenida esta “infusión”, se seca inyectando el café extraido como una especie de regadera muy fina en una torre de deshidratación; al entrar en contacto con el vapor, las gotas se van secando. Transcurrido un tiempo de secado, ya están listas para el envasado.
Sistema liofilizado... o freezy dry
Algunos lo consideran un método más natural y capaz de conservar mejor el aroma y sabor del café, al ser más respetuoso, aunque también suele se más caro el producto obtenido.
En este caso, el café líquido y concentrado se congela a -50°C. Al aportarle las calorías necesarias se logra el fenómeno de la liofilización o paso del estado líquido a vapor sin fundir el líquido y conservando las pequeñas partículas sólidas de café, obteniendo gran parte de los aromas, pues su evaporación es casi nula.
En conclusión, podríamos decir que es más un producto del café que café café, refiriéndonos a éste como el grano. Claro, su sabor y aroma también tiene que ver con el que elijas, pues hay de café soluble a café soluble, estarás de acuerdo conmigo en que hay unos que hacen honor al apodo “agua de calcetín”, porque realmente ni “pintan” ni saben.
Obviamente, por mucho que estemos casados con la versión instantánea no podrá tener el mismo lugar que el de grano, pues éste siempre tendrá un sabor, textura y aroma diferentes, sin embargo, puede ser una buena opción para quienes viven de prisa y no son tan exigentes con todas las características que debe cumplir un café para un barista.
¿A quién se le ocurrió crear el café soluble?
A un flojo, dirás tú, pero en realidad no. Según algunos datos, su invención data de 1901 por el químico japones-americano, Satori Kato, quien vivía en Chicago, Estados Unidos, pero su comercialización no ocurrió hasta años después, pero en manos de otro químico, el británico radicado en Guatemala, George Constant, quien realizó su primera producción de café soluble en 1906 y puso en venta en 1909.
Posteriormente, la elaboración de café instantáneo fue una opción para regular las acumulaciones de café en Brasil durante las buenas cosechas, para evitar la caída de los precios del mercado. Asimismo, fue utilizado durante la segunda guerra mundial por los soldados americanos, lo cual contribuyó a su difusión. Por lo que se podría decir que su creación fue una mezcla entre curiosidad y necesidad, aunque su conservación responda a la practicidad.
Foto: Getty Images
Café y gastritis
La gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica que se ubica al interior del estómago y se caracteriza por dolor, malestar estomacal e incluso náuseas o vómitos, según señala el Manual MSD. Pero, aunque las causas son variadas e incluyen las infecciones, estrés por enfermedades graves o lesiones, fármacos, trastornos del sistema inmunológico e incluso el consumo excesivo de alcohol, no se le relaciona directamente al consumo de café.
Sin embargo, éste sí puede aumentar tus síntomas cuando ya la padeces o presentas un cuadro, dependiendo, claro, del paciente. La razón es que el café se relaciona con una mayor producción de ácido en el estómago, algo que no queremos cuando hay gastritis. De hecho, una de las recomendaciones para aliviar los síntomas de gastritis, es evitar los alimentos irritantes o ácidos.
Otra buena idea es evitar tomarlo en ayunas... así que si sólo desayunas café o, peor, café con cigarro, es momento de cambiar ese hábito. De hecho, la hora ideal para tomar café no es a las 7 a.m., sino entre las 9:30 y 11:30 a.m., cuando tus niveles de cortisol comienzan a bajar. Aquí te contamos más sobre ese tema.
Espero haber aclarado tus dudas sobre si el café soluble es café. Yo diría que es un café ligero para las emergencias, pero sin duda, un buen café hecho con granos recién molidos o elegidos especialmente por ti, no tiene comparación. De cualquier forma, no dejes de disfrutar tu deliciosa taza de café... eso sí, no te excedas.
Fuente: Salud180
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