- El vino más caro del mundo se hace en un municipio de Cuenca.
- Se trata de un botella de 16 litros que se puso a la venta a un precio inicial de 340.000 euros, y las ofertas por él no han cesado.
- La bodega AurumRed, la artífice de esta creación, elabora este edición especial a base su colección oro, cuya botella tiene un coste de 25.000 euros.
Cuando un problema de salud apartó a Hilario García de su profesión, la asesoría de empresas, no podía imaginar que sería el artífice del vino más caro del mundo: una botella de 340.000 euros, aún sin dueño, y cuyo valor no deja de aumentar debido a las elevadas ofertas que hay encima de la mesa por hacerse con ella.
Pero si hay un culpable de esta creación es el ozono. García comenzó, a raíz de su enfermedad, a investigar y a considerar en qué ámbitos se podía aplicar. Tras varios ensayos se arrancó a probar primero con animales, luego con plantas, especialmente en cebollas, hasta que se hizo la pregunta que lo cambiaría todo: "¿Por qué no probar en mis propias viñas?".
"Cuando naces en las viñas siempre estás ligado a ellas", explica este empresario que quería hacer algo radicalmente distinto. Y así lo hizo: en 2009 veía la luz su primer vino, al tiempo que comenzaba a construir su actual bodega, AurumRed, ubicada en Las Pedroñeras, un municipio de Cuenca.
Las Pedroñeras: el paraíso conquense donde nace el vino más exclusivo del mundo
AurumRed |
"Los vinos nacieron a la vez", matiza el empresario para explicar que sus 2 series, la oro y la plata, nacieron de forma simultánea. Y desde luego, no son dos vinos al uso: el primero, y el más especial, tiene un precio actual de 25.000 euros la botella, el segundo de 1.250.
"El coste lo fija el propio mercado", insiste García, que añade que cuando vio la luz su serie oro tenía un precio de 2.000 euros y 200 la serie plata. Sin embargo, el auge del vino, sumado a la reventa, hicieron aumentar su valor de forma "exponencial".
Una vez aclarado esto se entiende mejor el porqué del elevado precio de su botella estrella: un envase de 16 litros, el equivalente a 20 botellas de su serie oro, que además está diseñada por Alberto Rodriguez, una joven promesa de la pintura que ha expuesto en la prestigiosa Accedemia di Belle Arti di Fierenze.
AurumRed |
Todas estas singularidades hicieron que la botella, que se puso a la venta a mediados de 2020, partiera de un precio inicial de 340.000 euros. Cifra que, según detalla con bastante discreción el viticultor, ha aumentado gracias a ofertas muy superiores. Por el momento, la obra está pendiente de cerrar y adjudicar propietario.
Una producción muy limitada y matices únicos están detrás del éxito de AurumRed
AurumRed |
Este tipo de vinos, al que hay que añadir uno blanco más modesto de 30 euros, tienen particularidades que inciden en su calidad, y por ende en su precio. "Mi vino no es como los demás", insiste el empresario. De hecho, no lo pretende.
"AurumRed es el único vino en el mundo que girando la copa en el sentido de las agujas del reloj tiene un sabor y aroma distinto, que si lo hacemos después en sentido contrario", cuenta el bodeguero. Además, añade que su producto jamás se avinagra y todo sin el uso de elementos químicos.
De la serie oro, cuya producción anual asciende a 300 botellas, se reserva la mitad durante años para aquellos clientes que la compraron por primera vez. Lo mismo sucede con la serie plata, de las que se obtienen de forma anual unas 6.000. De esta forma, solo el que la adquiere en un primer momento puede volver a degustar esa misma cosecha.
No obstante, esta producción anual, advierte Hilario, va a cambiar en cuestión de poco tiempo, ya que la compañía se encuentra ultimando un acuerdo, por el que buena parte de su cosecha quedará en manos de alguien "muy poderoso", cuyo nombre no puede revelar. Esta operación provocará, con toda seguridad, que el precio de sus vinos aumente significativamente de valor.
La pandemia y la fugacidad del tiempo
"Mis clientes habituales son, en general, apasionados del vino, pero es obvio que tienen un alto poder adquisitivo", explica el viticultor. Sin embargo, añade que tiene algún cliente de perfil mileurista que ha querido "darse el capricho", para lo que ha adquirido alguna de sus botellas. Eso sí, las pertenecientes a una serie más económica, de unos 210 euros.
La pandemia, como en casi todos los sectores de la alimentación, ha supuesto un cambio en los hábitos de consumo. "Si antes trabajábamos más la hostelería, con lo cierres y las restricciones de movimiento, ahora es el consumidor el que nos compra directamente y lo disfruta en casa", añade.
No obstante, su presencia en la restauración era y es escasa. Sus vinos solo se sirven en exclusivos restaurantes de Madrid, Marbella y Valencia, al tiempo que solo dispone de un par de puntos de venta en la capital.
Pero más allá de cifras económicas, la pandemia ha traído consigo una insospechada sensación de fugacidad, la cual se ha traducido en un empuje por productos exclusivos. "Esa idea de no saber qué va a pasar con nosotros, ha hecho que la gente se aferre más a ese momento de placer", concluye este empresario, al que un problema de salud le brindó, sin saberlo, la oportunidad de crear un producto genuino. Sin duda, lo hizo.
Marta Godoy
Fuente: Business Insider
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