El Gourmet Urbano: #CAFE ☕ | Para qué sirve el café verde

martes, 13 de abril de 2021

#CAFE ☕ | Para qué sirve el café verde



Para qué sirve el café verde. El café verde provoca efectos muy beneficiosos en el organismo y nuestra salud general. Es más, es un perfecto aliado de las dietas adelgazantes.

Cada vez es más amplia la cultura que tenemos del café. No solo es un hábito extendido en nuestro país. Si no que en todo el mundo hay un gran interés por conocer otras variedades y usos que nos aportan nuevos sabores, nuevos aromas y también nuevas experiencias.

Es el caso del café verde. Para muchos un gran desconocido, y para otros un perfecto aliado en el día a día por sus efectos en el organismo y sus beneficios para nuestra salud. ¿Para qué sirve el café verde?

El café tostado, el que consumimos habitualmente -ya sea tueste natural, torrefacto, o mezcla- aporta unos aromas y matices muy característicos y tiene un color oscuro. En cambio, el café verde, no pasa por un proceso de tostado.

Esa diferencia es la causa de que el café verde, además del color, tenga sabor y propiedades diferentes.

Se trata, básicamente, del grano de café sin madurar ni tostar. El arbusto del cafeto, planta original, produce un tipo de fruto en forma de cereza en cuyo interior guarda dos semillas de café.

Cuando aún no han madurado, todavía conservan el color verde, momento en el que se recolecta para su consumo sin tostado.
El café verde, perfecto aliado de las dietas

Al margen de tendencias y modas en el ámbito de la salud y la nutrición, hay estudios que demuestran que el café verde es un perfecto aliado de las dietas, ya que tiene propiedades saciantes, quemagrasas y diuréticas.

Además, favorece la circulación, disminuye los niveles de glucosa en sangre y ayuda a mejorar el especto de nuestra piel.

El principal componente del café verde es el ácido clorogénico, un polifenol con triple efecto adelgazante sobre nuestro organismo.

Por un lado provoca efecto saciante, por otro lado bloquea el mecanismo de liberación de glucosa en sangre y, por último, sus propiedades diuréticas nos ayudan a eliminar líquidos y reducir la celulitis.

Formas de preparar una infusión de café verde




La forma más natural de tomar café verde es optar por una infusión a la manera tradicional a partir de los granos sin tostar: pon 2 cucharadas de granos de café verde en un cazo pequeño y añade agua hasta cubrirlos un centímetro por encima.

Llévalo a ebullición y deja que cueza entre 15 y 30 minutos hasta que los granos se hinchen. Añade una taza más de agua y deja hervir la infusión 5 minutos a fuego lento. Deja reposar y cuélalo. Y ya lo tienes listo para tomar.

Otra forma de preparar tu infusión de café verde es moliendo el grano y usando una cafetera de émbolo.

En este caso, las proporciones recomendadas son 2 cucharadas soperas de café verde molido para que salgan 2 tazas de infusión. Ponemos agua a hervir, añadimos el café molido, colamos y servimos en taza.

Recomendaciones para el consumo de té verde


Ahora que ya sabes para qué sirve el café verde vamos a darte unas recomendaciones de consumo. A pesar de que su contenido en cafeína es inferior al del café tostado, no es recomendable tomar más de dos tazas al día.

Tampoco deben tomarlo los niños pequeños, embarazadas, personas con problemas de riñón y quienes sigan una dieta baja en hidratos de carbono, ya que reduce la absorción de azúcar de los carbohidratos.

Algunas marcas ya lo comercializan en cápsulas, pero también es posible encontrarlo en comprimidos. En este caso, tal y como aseguran los especialistas, para que el café verde haga efecto deseado, debemos tomarlo en suplementos que contengan al menos un 45% de ácido clorogénico.

La mayoría de formulaciones que se comercializan recomiendan 2 comprimidos al día. No obstante, debes revisar siempre las indicaciones del producto que adquieras, ya que entre distintas marcas pueden variar los porcentajes de composición.

Para terminar, una cuestión que debe quedar clara. Se le suele llamar café verde a cualquier tipo de grano sin tostar. Aunque lo oficialmente correcto, según la Federación Española del Café, es que la semilla aún no haya madurado.

Natalia Fuentes

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