El Gourmet Urbano: #CERVEZAS 🍻 | ¿A qué temperatura se debe tomar la cerveza?

viernes, 16 de julio de 2021

#CERVEZAS 🍻 | ¿A qué temperatura se debe tomar la cerveza?



La caña de cerveza rubia se toma muy fría, pero las cervezas tostadas y negras ganan con más grados

España es el país de las cervezas rubias heladas. Algo lógico, teniendo en cuenta nuestros cálidos veranos y el sol. Ahora bien, ni en todos los lugares del mundo se toma la cerveza a la misma temperatura, ni todas las cervezas son iguales. Unas agradecen el servicio a una temperatura cercana al punto de congelación, y otras deben servirse a más temperatura.

En la temperatura a la que se toma la cerveza se pueden destacar dos factores: geográfico e histórico, explica Estrella Galicia. Cuanto más al norte vayamos, es más posible que tomemos la cerveza a una mayor temperatura. Y en la parte histórica, Alemania es un país con mucha tradición cervecera y con muchos estilos de cerveza tradicionales. Uno de ellos es la kellerbier, que significa literalmente cerveza de bodega, y que es una cerveza que se maduraba en la sala más fría del bar (una cueva o una bodega) y se servía a la misma temperatura a la que sale de esa sala. Por eso, cuando viajamos a Alemania tenemos la sensación de que muchas cervezas las sirven ‘calientes’.

Entonces, ¿a qué temperatura se debe servir la cerveza?


No hay una única respuesta para esta pregunta. Todo depende de la cerveza, del tipo de cerveza, concretamente. La mayor parte de las cervezas que tomamos en España (la cerveza rubia que tomamos en la tradicional caña) están pensadas para tomarse bien frías, entre o y 4°C. Se trata de las cervezas Lager, que fermentan a más baja temperatura que las Ale. En general, estas cervezas siempre se servirán a más temperatura que las cervezas de más alta graduación.

Cuanto más oscuras sean las cervezas, la temperatura de servicio debe ser mayor. Así, las cervezas tostadas se tomarán a más temperatura que las rubias, y las negras, aún más.

Lo mismo que con el color de la cerveza podemos decir de la graduación. Las cervezas de menor graduación alcohólica se deben servir más frías que las de alta graduación.

También conviene recordar que siempre es mejor servir una cerveza uno o dos grados más fría que su temperatura de servicio ideal. Pensemos que a media que pasan los minutos, la temperatura ambiental y nuestras propias manos al coger el vaso o jarra, pondrán la cerveza en su punto.



Según la obra ‘Cómo catar cerveza’ (Ediciones Omega) de Randy Mosher, recogida por Forbeerplanet, estas son las temperaturas a las que debe servirse cada tipo de cerverza:

1-4ºC


American Mainstream Lager, Light, Sin Alcohol.

4-7ºC


Pilsner, Hefeweizen, German Helles, Berliner Weisse, Belgian Blanche o Witbier, Fruit Lambics y Gueuzes.

7-10ºC


Pale Ale, Amber Ale, APA, IPA, Dunkelweizen, Stout, Dry Stout, Porter, Fruit Lambics y Gueuzes secas, Faro, Belgian Ale, Dunkel, Schwarzbier, Smoked, Altbier, Abbey o Trappist Tripel, Irish Ale.

10-14°C


Bitter, Extra Special Bitter, Brown Ale, India Pale Ale, English Pale Ale, English Strong Ale, Old Ale, Saison, Baltic Porter, Abbey Dubbel, Belgian Strong Ale, Weizen Bock, Bock, Foreign Stout, Scotch Strong Ale, Imperial IPA.

14-16°C


Barley Wine, Abbey o Trappist Quadrupel, Imperial Stout, Doppelbock, Eisbock.

Nada de copas heladas



En pleno verano, y cuando estamos asfixiados de calor, sentados en una terraza o un chiringuito, la idea de ver llegar una cerveza en una copa helada o una jarra de barro blanco bien helada nos puede parecer una excelente idea. ¡Es un error!. Las jarras o vasos congelados son el peor aliado para una cerveza. El hielo de la copa altera la textura de la espuma. Las partículas congeladas del vaso entran en contacto con el líquido, y lo que hace es romper la armonía de la cerveza, darle más agua de la que ya lleva la cerveza y bajar el nivel de cremosidad del trago. Vamos, que nos hemos cargado el sabor, la textura y el cuerpo de una cerveza en décimas de segundo. Además, hay que tener en cuenta que el hielo de la copa absorbe indeseables olores y sabores de los arcones congeladores, donde en ocasiones hay otras cosas además de las jarras.

BEATRIZ TORIJA

Fuente: 65 y más

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