Hoy nos centramos en el pescado frito, o pescaíto frito, una tradición que se remonta a la época romana y que no puede ser más del sur.
Toma nota de estos consejos para disfrutar de un pescado frito perfecto, igual o incluso mejor que el que podemos encontrar en las freidurías.
- Seca muy bien el pescado. Así sea fresco o congelado, es importante que esté bien seco antes de cocinarlo. Ya sabes que cualquier resto de agua puede hacer que el aceite salte cuando lo preparemos.
- Utiliza trozos de pescado no muy grandes. De este modo controlaremos mejor la cocción y evitaremos que la temperatura del aceite baje cuando lo cocinemos.
- Usa harina para el rebozado. Para hacer pescado frito, lo mejor es usar harina. Si es de garbanzos, mucho mejor. Cubre bien el pescado que vayas a preparar con harina y retira el excedente. Esta actuará como una costra, haciendo que el pescado quede sabroso por dentro y crujiente por fuera. Ya sabes, olvida el huevo y pan rallado. Estos nos vendrán bien para otras preparaciones, pero nunca para hacer pescaíto frito. El huevo hará que nuestro rebozado no quede crujiente.
- Fríe con aceite de oliva, virgen o de girasol. Cualquiera de ellos es válido para hacer pescado frito. Todo dependerá de si queremos que nuestro pescado tenga un sabor más o menos acentuado. Si quieres un sabor suave, puedes usar nuestros aceites Masiasol (de semillas), Clásico (de oliva suave) o Excelencia (virgen extra).
- ¡Ojo con el aceite! Debe estar muy limpio. Es vital usar aceite limpio para freír el pescado. De lo contrario, alteraremos su sabor. Tan importante como esto es utilizarlo en cantidad. El pescado se ha de sumergir bien en aceite para que la fritura quede perfecta.
- Fríe el pescado a temperatura alta y durante poco tiempo. Para que el pescado quede crujiente por fuera y sabroso por dentro, debemos asegurarnos de que el aceite esté a una temperatura alta (180 – 210ºC). Igualmente, no te pases con el tiempo de cocinado. Entre 30 y 60 segundos está bien.
- Elimina el exceso de aceite después de freír. Inmediatamente después de cocinar el pescado, resérvalo en papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
Y tú, ¿tienes algún otro truco para que el pescado frito te quede perfecto?
Fuente: La Masía
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