En el inmenso mundo de los vinagres se encuentran muchos tipos de este aliño, teniendo cada tipo una aplicación culinaria recomendada
El vinagre es uno de los productos imprescindibles en la cocina, gracias a sus numerosos usos entre los que, sin duda, destacan los aliños. Pero también se emplea para la conservación de alimentos en procesos como escabeches o encurtidos.
El origen del vinagre se remonta unos cinco mil años atrás y su elaboración se ha ido perfeccionando. El vinagre surge de la fermentación y la oxidación de un alimento base, logrando como resultado un líquido ácido -debido a su PH bajo-, idóneo para matizar otros sabores.
El mundo de los vinagres es inmenso, ya que en él se incluyen decenas de variedades. Algunas más populares y otras más desconocidas, a continuación vamos a detallar cuáles son los tipos de vinagres disponibles y cuál es su uso culinario indicado.
¿Qué es el vinagre?
El vinagre es, como su nombre indica, un «vino agrio» que proviene de la fermentación acética del alcohol y que se emplea en cocina desde que existe el alcohol. Y es que hay que tener en cuenta que no sólo es un perfecto condimento que puede dar un toque especial a cualquier plato, sino que también se puede emplear como conservante. No obstante, en los últimos años ha proliferado una amplia gama de tipos de vinagres que pueden hacernos dudar de cuál es el más adecuado para cada plato. Aquí va una breve guía sobre qué vinagres maridan mejor con cada plato:
Vinagre de vino tinto. Procedente de la uva, el vinagre de vino se ha convertido en la variedad más común en nuestras cocinas. Su sabor es fuerte al elaborarse a partir de vino envejecido. Se suele utilizar para aliñar ensaladas y para guisos de pollo y otro tipo de carnes. También funciona con carnes, estofados y guisos, así como para preparar vinagretas intensas.
Vinagre de Jerez. Originario de España y distinguido con Denominación de Origen, cuenta con un sabor dulzón por el que suele emplearse en ensaladas, gazpachos y salmorejos. Este vinagre envejece en barriles de roble que hayan contenido vino de Jerez.
Vinagre de vino blanco. más suave, es el indicado para pescados, ensaladas y para la elaboración de salsas como la mayonesa y de conservas. Por su parte, el vinagre tinto
Vinagre de manzana (o de sidra). Es otra de las variedades más populares que proviene de la manzana, concretamente de la fermentación alcohólica de la sidra. De sabor afrutado y tintes dulces, suele emplearse para aliñar ensaladas y pescados, aunque también queda bien con las carnes blancas y en la preparación de vinagretas. Lejos de tener un sabor amargo, tiene un toque más dulce gracias a la manzana.
Vinagre blanco. El vinagre blanco se logra de la fermentación de la caña de azúcar o la melaza y es la variedad más ácida. Por ello es la más indicada para la preparación de encurtidos.
Vinagre de módena. También conocido como vinagre balsámico. Nació en una región italiana, el vinagre balsámico de Módena se elabora a partir del mosto y ha ido ganando protagonismo gracias a su gran versatilidad y a que puede encontrarse tanto en líquido como en espeso. Su potente sabor casa muy bien con ensaladas o carnes de sabor fuerte como la caza. Es importante moderar su uso porque, además de ser la opción más calórica, su potente sabor puede enmascarar el resto de ingredientes el plato.
Vinagre de arroz. Procede de Asia, donde su consumo está muy extendido para acompañar a las especialidades de la gastronomía nipona. Se obtiene de la fermentación del arroz y es muy usado en elaboraciones que contienen arroz, como el sushi, y para aliñar algas. Tiene gran poder aromatizante que lo hace idóneo para postres o verduras cocidas al vapor. Su sabor es dulce y, por ello, también se suele utilizar con las verduras cuando éstas se comen cocidas o a la plancha.
Vinagre de frutas. No gozan de mucha popularidad, pero los vinagres de frutas, que se obtienen mediante la fermentación de su zumo natural, son una opción ideal para usar en toda elaboración donde podríamos incluir la fruta. Existen de diversas variedades (de frambuesa, piña, hígado, coco, etc.) que nos ayudarán a dar a nuestras ensaladas un toque extra de frescor, aunque las opciones que brindan este tipo de vinagres son infinitas. Tanmbién van bien con las carnes más blancas hechas al horno o a la plancha.
Vinagre de hierbas aromáticas. Además, también se puede aromatizar un vinagre haciéndole fermentar junto a algunas hierbas, como pueden ser el romero, el tomillo o la albahaca, por ejemplo.
Fuente: Diario Vasco
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