“Ambar Trufada está pegada a la tierra. De ella extrae los aromas con que la trufa negra expande su territorio, y pegada a la tierra se elabora su malta de cebada”, explica uno de los maestros cerveceros de Ambar, Antonio Fumanal.
Para su elaboración, se ha contado con trufa negra procedente de las tres provincias de Aragón, el mayor productor y exportador de este hongo del mundo. La explosión de matices olfativos terrosos, herbales e incluso a frutos secos que ofrece la trufa, se expresan en esta cerveza, tras un lento proceso de extracción y maduración que ha durado siete meses.
El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón ha sido clave en la investigación y desarrollo de esta cerveza, a nivel de asesoramiento científico y desarrollo de la tecnología necesaria para conseguir trasladar la organolepsia de la trufa a la cerveza. “Ha sido necesario inventar nuevas técnicas para este desarrollo que podrán ser utilizadas por otros en la industria agroalimentaria demostrando la versatilidad y riqueza de este cultivo” explica Pedro Marco, uno de los investigadores que ha participado en el proyecto.
Fuente: Financial Food
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