La leche puede aprovecharse en múltiples platos del día a día. Foto: composición de Fabrizio Oviedo/La República
La leche es un alimento muy importante en la cocina, pues la usamos en múltiples sopas, guisos y postres. Revisa qué tipo de leche es mejor para cada ocasión.
La leche es un alimento muy importante para el ser humano, tanto en sus primeros años, cuando se alimenta con leche materna, como después, cuando consume la de animales como la vaca. Este nutritivo producto viene en muchas variedades y es usado en recetas de comida criolla, postres y otras, pero ¿qué tipo de leche debes usar en la cocina?
Para responder a esta pregunta, es importante entender que cada variedad de leche en específico tiene uno o varios usos particulares según sus características. Este es el caso para la leche evaporada, entera, condensada y muchas otras. A continuación, te explicamos más sobre cada una de ellas y las formas en que podrás aprovecharlas para tu comida.
9 tipos de leche: ¿cuál debes usar para cocinar?
Entre los distintos tipos de leche existentes podemos mencionar la leche cruda, fresca, entera, evaporada, descremada y semidescremada, condensada, en polvo, deslactosada y sin lactosa, y crema de leche.
Leche cruda
La leche cruda es la que sale directamente de la vaca (u otro animal), sin ningún tipo de tratamiento. Los principales organismos de salud pública, como la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), recomiendan no consumirla.
El motivo de esta advertencia es que esta leche puede contener patógenos que provocan enfermedades como la tifoidea, la salmonelosis, la brucelosis o fiebre de Malta y otras. El mayor riesgo lo corren los niños, personas embarazadas y adultos mayores, de acuerdo con la Agencia Europea en Materia de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Se recomienda no tomar leche cruda, sino sometida a tratamientos como la pasteurización. Foto: La República
Leche fresca
La leche fresca es aquella en que los patógenos han sido eliminados a través de la pasteurización, en la cual el producto es calentado por un tiempo y luego enfriado (debe mantenerse refrigerada). Mantiene las grasas que componen la nata y, por ello, tiene un sabor agradable, aunque esto también la hace no adecuada para quienes tienen el colesterol alto.
La leche fresca es sometida a procesos para eliminar los patógenos que pueda contener. Foto: Andina
Leche entera
Una de las más comunes para beber y en la cocina. La leche entera pasa por la ultrapasteurización (UHT), en la cual es calentada hasta los 138 °C por unos segundos y luego enfriada rápidamente; ello le permite permanecer meses en su empaque sin refrigerar, aunque debe ser refrigerada una vez ha sido abierta. Es también rica en grasas saturadas.
La leche entera es sometida a un proceso de ultrapasteurización o UHT. Foto: El Mercurio
Leche evaporada
La leche evaporada tiene una amplia presencia en las bodegas y mercados de todo el Perú. El nombre corresponde a las leches enteras a las que se ha extraído el 50% de agua, aunque también se usa para designar a productos a base de leche en polvo con agregados como miel, azúcar y lecitina de soya.
Este tipo de leche es fuente importante de vitaminas como la A y la B, así como de minerales y grasas Omega 3.
La leche evaporada es una de las más comunes en el Perú. Foto: La República
Leche descremada y semidescremada
Estas leches tienen un cuerpo y color más ligero debido a que se les retira la grasa en un proceso llamado centrifugado, tras el cual se les añade el porcentaje requerido. Son recomendadas para personas con regímenes de control de peso, según indica el portal Buenazo!
La leche descremada es una opción para quienes buscan controlar su peso. Foto: AFP
Leche condensada
La leche condensada pasa por un proceso de deshidratación, como la leche evaporada, aunque menor; y se le ha añadido una cantidad mucho mayor de azúcar (55%), lo cual la hace espesa y bastante dulce, por lo que suele consumirse sola con cuchara, pero también se la vierte sobre frutas o se la incluye en la preparación de postres.
La leche condensada se caracteriza por ser más espesa y dulce. Foto: Karen Zubiaurre / Cookpad
Crema de leche
La crema de leche o nata se elabora con la grasa de la leche fresca y se obtiene con el centrifugado. Tiene un alto contenido de grasas saturadas y es muy empleada en la cocina para hacer salsas y dulces cremosos.
La crema de leche se obtiene de la grasa de la leche fresca. Foto: Cele Castañeda / Cookpad
Leche en polvo
La leche en polvo es una leche entera, evaporada o de algún otro tipo a la que se ha retirado el 100% del agua. Para consumirla, se debe restituir el agua según las indicaciones que da el productor, pero el producto final diferirá del original en términos de textura y sabor.
La leche en polvo se obtiene al retirar toda el agua de la leche. Foto: captura de Onyx Food Hill / YouTube
Leche deslactosada y sin lactosa
A medida que el ser humano crece, su cuerpo deja de producir progresivamente la enzima que descompone la lactosa y, por ello, tiene dificultad para digerir la leche (intolerancia a la lactosa).
De esta forma, surgen la variedad deslactosada, que contiene menos lactosa, y otra leche con lactasa, nombre de la enzima mencionada. Tiene los mismos usos que la leche común.
La leche sin lactosa es una alternativa para quienes son intolerantes a dicha sustancia. Foto: Kaiku Sin Lactosa
¿Qué tipos de leche son los ideales para cocinar?
Ahora que repasamos los distintos tipos de leche, veremos cuáles son las más apropiadas para los distintos platos que desees cocinar:
- Leche fresca: Es cremosa y altamente recomendada para hacer la salsa blanca, además de distintas clases de postres, como el manjar blanco de olla.
- Leche entera: Es una excelente opción para distintas sopas y cremas que se consumen calientes, así como para postres como el arroz con leche, el flan, la leche asada y distintas tortas.
La leche entera es una buena opción para postres como el flan. Foto: Grupo La República
- Leche evaporada: La leche más tradicional para preparar platos de comida criolla como la sopa a la minuta o el ají de gallina. Es también la mejor opción para postres cremosos como el suspiro a la limeña y la torta tres leches.
- Lecha descremada y semidescremada: Al no tener mucho cuerpo como las leches entera o fresca, no puede reemplazarlas realmente. Puede emplearse en preparaciones ligeras (light).
El ají de gallina se prepara con leche evaporada. Foto: Buenazo!
- Leche condensada: Es muy recomendada para los pyes, como el de limón y el de naranja. Asimismo, es buena para hacer helados artesanales y es una de las tres leches del pastel de dicho nombre (junto con la fresca o la evaporada y la crema de leche). Incluso puede ser usada en el café y los tragos.
- Crema de leche: Ingrediente fundamental de la crema Chantilly y de salsas, como la blanca que se utiliza en las pastas. En general, es muy recomendable para postres cremosos y helados.
La torta tres leches lleva leche condensada, crema de leche y leche evaporada o fresca. Foto: Buenazo!
- Leche en polvo: Cuando está seca, puede aprovecharse para mejorar la textura de quesos, yogures y galletas. Cuando está líquida, se puede usar en flanes, en la crema volteada e, incluso, en la salsa bechamel.
- Leche deslactosada y sin lactosa: Puede emplearse para las mismas recetas que la leche común, es decir, para cremas, postres y guisos. También hay leches condensadas sin lactosa, pero son algo más difíciles de encontrar.
La salsa bechamel, usada en platos como la lasagna, puede hacerse con leche en polvo o sin lactosa. Foto: Delish
Fuente: La República
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