El vino en la cocina es un elemento que te ayudará a potencializar tus platillos y deleitarte con sus delicados aromas y sabores
El arte de la cocina es una mezcla entre alquimia y corazón. Si bien siempre existe una receta, es muy común añadir pequeños detalles y toques de personalidad a nuestros platillos. Y al menos desde mi punto de vista, son esos platillos resultantes los que transforman algo sencillo o algo conocido en una versión totalmente diferente, que te invita a reconocerlo y saludarlo como un nuevo amigo.
Para la elaboración de un platillo hay muchas bases, muchos trucos, algunos atajos, pero sobre todo algunas cosas que debes y otras que no debes de hacer.
Cuando cocinamos con vino, buscamos entre otras cosas cómo añadirle un toque afrutado, unas notas ácidas e incluso un poco de dulzura a nuestros platillos.
Pero, ¿cómo saber qué vino usar y cómo hacerlo sin morir en el intento?
Tipo de vino
El primer tip de hoy es que elijas un vino del cual beberías una copa. Es decir, un vino que sea de tu agrado, que tenga una buena calidad y características agradables, pues durante el proceso de cocción lo que más se pierde de un vino es su grado alcohólico, pero todas las características organolépticas que posee se transmitirán al platillo, así que es indispensable que sean buenas.
Cantidad de vino
No te recomiendo que abras una botella de vino exclusivamente para cocinar, pues la cantidad que utilizarás será muy poca, y salvo que decidas consumir todo el restante, el guardarlo disminuirá considerablemente su calidad. Mejor que sea al revés, si al abrir una botella de vino te queda un poquito, eso utilízalo en una receta, y no importa si es tiempo después de abierta la botella.
Calidad del vino
Si bien es deseable que la calidad del vino sea bueno, sería bueno que no consideraras una botella de vino premium para cocinar, elige una botella de vino de gama media alta y el premium utilízalo para maridaje.
Sin embargo considera que mientras más tiempo esté el vino en cocción, menos debes preocuparte por su precio o calidad, hasta puedes combinar dos vinos: uno más sencillo para todo el proceso, y uno más refinado para agregar los últimos toques y así el sabor predominante será el del vino superior aunque hayas trabajado con otro.
¿Cómo utilizarlo?
El vino puede ser utilizado de tres maneras diferentes, para marinar proteínas en cuyo caso ayudará a suavizar las fibras, como ingrediente base o mezcla, es por eso que se recomienda agregar el vino lo más pronto en la cocción y así tenga tiempo de combinarse con los demás ingredientes, que pierda el alcohol y que mantenga sus sabores, y para sazonar o remata ya que una de las principales funciones del vino a la hora de cocinar es resaltar los sabores que conforman en platillo.
¿Con qué utilizarlo?
Como en el maridaje, los vinos tintos se recomiendan para las carnes rojas y de caza. De uva Merlot para carnes más suaves como cerdo y Cabernet Sauvignon para carnes más pesadas y fuertes como jabalí o cordero. Los vinos blancos, son espectaculares para pescados y vegetales, así como aves de corral. Los mejores vinos blancos son el Pinot Grigio y el Sauvignon blanc, ambos son secos y van perfecto con estos ingredientes.
Recuerda que los vinos blancos aportarán notas de fruta fresca, como melón, piña, manzana, y pera, mientras que los tintos darán toques de ciruela, frutos rojos, chocolate, y café. Y si vas a cocinar con jitomates, un buen Chianti ,evitará un choque de acidez y que vino y tomate se cancelen mutuamente.
Alejandra Hernández
Fuente: Gastrolab
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