No solo de pulpo, vieiras o tarta vive esta ciudad. Aquí los restaurantes de calidad son también un reclamo para visitarla.
Santiago de Compostela es el culmen del famoso peregrinaje al que año tras año parece animarse cada vez más y más gente. Este punto de convergencia de caminos atrae a tantas personas, caminantes o no, que goza de una amplia oferta gastronómica con la que seduce a todo tipo de paladares. Desde el mejor pescado de las lonjas vecinas hasta productos con sello de origen, estos bares y restaurantes seleccionados por Viajes National Geographic ofrecen un gran abanico de sabores gallegos y, además, una relación calidad-precio con la que convencer a los más indecisos.
FACEBOOK O DEZASEIS |
O DEZASEIS
El número 16 de la Rúa San Pedro se aparece como un refugio para aquellos que buscan resguardarse del río de peregrinos que hacen su entrada por esta parte de la ciudad. Por suerte para ellos, este lugar ofrece una cocina deliciosa basada en el producto gallego con el aire de una tradicional casa de xantar, de esas en las que la sobremesa se alarga porque es fácil sentirse como en casa. En el mantel, una canción de João Afonso que nombra a Compostela e inspira el nombre del restaurante, acompañada de una carta que hace difícil escoger.
Este es el lugar donde se reúnen muchos de los clásicos platos que busca el visitante cuando llega a la ciudad: pulpo, empanada o pimientos, todo servido en donde antaño se encontraban las caballerizas de una casona del barrio de San Pedro. Apartado del bullicio del centro, es uno de los pocos locales que sigue sirviendo caldo gallego y un menú del día que permite combinar dorada con lasaña, gallo con pulpo o unas croquetas de lacón, que tendrán que hacer hueco a la tradicional tarta de Santiago que muchos locales sirven pero que en este, sin duda, es sublime.
FACEBOOK PAMPÍN BAR |
PAMPÍN BAR
Bib Gourmand de la Guia Michelin y recomendado de la Guía Repsol, el Pampín Bar se esconde entre las estrechas calles de Santiago de Compostela como si tuviera miedo a la fama. En el número 4 de la ruela das fontiñas, en el barrio de San Pedro, esta mítica taberna de cocina tradicional firma el lleno cada día. La cuchara, cubierto estrella, será necesaria para probar platos como el guiso de pescado, el de conejo salvaje y patata o el jabalí estofado con fabas.
Aun así, no hay plato que haga sombra a otro. La empanada de maíz rellena de berberechos, el escabeche o el jarrete se sirven sin distinción en su espacio, ocupado en el centro con una gran mesa, herencia del anterior negocio y perfecta para compartir una gran comida gallega clásica, pero bien traída a la actualidad. En la pizarra de la pared, escrito en tiza, es habitual ver los pescados frescos del día recogidos en la lonja con el precio por pieza, mientras que el ambiente distendido del local invita a comer hasta con las manos.
MARI CARMEN DUARTE |
MAMÁ PEIXE
Este podría ser uno de los restaurantes con mejor relación calidad-precio de toda la ciudad, y es que Mamá Peixe, incluido en la Guía Michelin como restaurante Bib Gourmand y recomendado por la Guia Repsol, tiene un menú degustación de cinco pases por tan solo 13 euros que, sin desmerecer el resto de la carta, es un regalo para el paladar y un acierto día sí, día también. La oferta, reducida, es una mezcla entre tradición y vanguardia con pescados como el sargo, el cabracho o el rodaballo que se cocinan por piezas enteras.
Comer sin reserva es casi imposible. El restaurante, ubicado en una antigua casa del centro histórico de Santiago, está decorado como si de una taberna marinera se tratara, donde el chef, Guillermo, saluda a la decena de mesas que caben en su local mientras van desfilando platos como el sashimi de sargo, el pulpo dorado, zamburiñas con balsámico de mango o los pescados salvajes. En definitiva, un local gastronómico donde el acierto está garantizado.
BENBOA
En una de las calles más recorridas y con más encanto del casco histórico, rúa do preguntoiro, se alza la histórica droguería Pérez-Labarta reconvertida en el restaurante Benboa, un local en el que la comida atlántica es el sello de identidad. En el interior se puede observar que se ha intentado cuidar hasta el más mínimo detalle de la estructura y mobiliario antiguo, mezclando el aspecto del antiguo comercio con el actual, con una zona de mesas altas que se separan de los dos comedores interiores por la cocina, que hace las veces de escaparate de pescadería, donde puede verse qué pescado tienen ese día y sus precios.
Pescados y mariscos frescos de la lonja de Ribeira son el punto fuerte de este restaurante en el que el primer bocado ya asegura que se reincidirá en la visita. Los platos fríos, como el pastel de marisco o la ensalada rusa de centollo, son la antesala perfecta para sus chocos en tinta, el brioche de gambas al ajillo o una tostada mexicana de ventresca a la brasa, que maridan perfectamente con su oferta de vinos gallegos y del norte de Portugal.
HOTEL QUINTA DA AUGA |
FILIGRANA (HOTEL QUINTA DA AUGA)
Lejos del centro, a las afueras de la ciudad, se encuentra un hotel ecológico de lujo que ocupa el edificio y los terrenos de una antigua fábrica de papel del siglo XVIII. A Quinta da Auga Hotel Spa Relais & Chateux es un alojamiento con una interesante oferta gastronómica, que se puede disfrutar en su restaurante Filigrana, donde el chef, Federico López, hace un recorrido por los mejores sabores de la alta cocina gallega.
Con un menú del mar a la mesa pensado para los amantes del marisco y otro que se preocupa por abarcar una gran variedad y equilibrio en la dieta, este apartado gastronómico del histórico edificio tiene vistas al patio y cuenta con una chimenea y una sensación de calidez y comodidad destacables. Además de este espacio, también se puede disfrutar del QCafé, un bar bistrot francés de época donde el café, los batidos y los pequeños bocados harán las delicias de los que prefieran un ambiente íntimo y bohemio en el interior o romántico y casual en su terraza.
FACEBOOK PEPA A LOBA |
PEPA A LOBA
Cuenta una leyenda muy conocida en Galicia que Pepa a loba era una de las más famosas bandoleras del siglo XIX, una especie de Robin Hood gallega que hacía su propia justicia. Ahora su nombre es utilizado en ferias, productos e incluso locales, como este del casco antiguo de la ciudad, que podría pasar desapercibido si no fuera por la cantidad de gente que espera en su puerta y el ir y venir de los camareros hacia la pequeña terraza arrinconada en un resquicio de la estrecha calle.
Casi imposible comer sin reserva. Tan pequeña la terraza como el interior, este café bar es un lugar hogareño e informal donde la leyenda de Pepa a loba se describe en sus manteles y la carta es una oda a la tradicional tosta gallega. Aun así, también sus ensaladas y raciones, y no de pequeño tamaño, harán las delicias de los comensales con una relación calidad-precio exquisita y para repetir.
BICO DE XEADO |
BICO DE XEADO
A pesar de las largas colas que se suelen generar a su puerta, vale la pena no amedrentarse para probar uno de sus helados, sobre todo los de sabores tan diferentes y característicos de la zona como el de pimiento de Herbón, el de licor café de Gomariz o el de requesón de A Capela con higos caramelizado.
Todos sus helados están hechos con la leche de la granja O Cancelo, 100% natural y sin tratar, y su producto no lleva saborizantes ni colorantes artificiales, siendo de proximidad siempre que la demanda lo permite. Galardonada con el sello de Galicia Calidade por parte de la Xunta de Galicia, estos helados artesanales que abarcan casi 30 sabores distintos, algunos de ellos fijos y otros que rotan según la temporada, como el de calabaza o el de castaña en otoño.
FACEBOOK MERCADO LA GALICIANA |
MERCADO LA GALICIANA
Este espacio ubicado en una antigua nave de 1.200 metros cuadrados que tiene apenas cuatro años es el primer mercado gastronómico de Galicia. Alrededor de un gran patio central con grandes mesas a modo de picnic se encuentran los ocho pequeños restaurantes que dan servicio a los comensales, además de cuatro locales delicatessen y tres barras de bebidas. A pocos metros del casco histórico, este recinto decorado de forma moderna e industrial, recibe su nombre por ser este el que se le daba a las descendientes de gallegos en Cuba.
La decoración, al igual que la propuesta culinaria, es un reflejo de Galicia, aunque también hay alguna pequeña apuesta internacional. Lámparas en forma de gaitas, zuecos, hórreos e incluso un tractor se distribuyen por el lugar entre locales donde se ofrece desde opción vegana hasta una degustación de uno de los alimentos estrella del lugar, la patata, pasando por los helados artesanos y sin olvidar delicias que transportan a los visitantes hasta Perú o Japón.
Mari Carmen Duarte
Fuente: National Geographic
No hay comentarios. :
Publicar un comentario