Os facilitamos los motivos de por qué es mejor opción degustarla en una copa y a parte, también unos cuantos tips relacionados con el 'perfect serve' de esta bebida tan popular. Si bien es cierto que la elección es personal, desde HosteleriaSalamanca, ¡os mostramos todos los detalles!
El plan más veraniego de todos es el sentarte en una terraza y pedir una cerveza bien fresca, un botellín o quizás un tercio. Cuando la pides, el camarero siempre te pregunta: "¿Quieres que te traiga una copa?" Obviamente, aquí prevalece el gusto personal, peo el consejo que te damos es, que si la cerveza no es de grifo, pidas una copa, un vaso o una jarra. ¿Cuál es el motivo? Este gesto permite la liberación del gas carbónico y la formación de espuma, elementos imprescindibles para disfrutar de esta bebida, tan popular y consumida, especialmente cuando el calor aprieta.
Y una vez tienes tu botella y tu copa… ¿cómo proceder exactamente? Pues ya estés en una terraza o en tu propia casa, he aquí los pasos básicos:
El Perfect Serve
La preparación:
El primer paso es tener a punto la copa en la que sirvamos la cerveza. Ésta debe estar fría, pero no helada. El hielo descarbonata la cerveza, perjudica a la espuma y atenúa en exceso la temperatura de consumo. Debemos siempre refrescar el interior de la copa con agua fría justo antes de servir la cerveza. Si estás fuera de casa, pide que la copa esté fría (¡pero no congelada!).
La inclinación:
Escurrimos la copa y la inclinamos 45 grados acercando la botella al borde (sin que se toquen). Dejamos que la cerveza se deslice suavemente por la pared interior de la copa con un caudal lento y más o menos constante.
Escurrimos la copa y la inclinamos 45 grados acercando la botella al borde (sin que se toquen). Dejamos que la cerveza se deslice suavemente por la pared interior de la copa con un caudal lento y más o menos constante.
La precisión:
Cuando hayamos llenado la copa en sus tres cuartas partes la colocamos en posición vertical.
La coronación:
Jugamos con la altura entre la botella y la copa, vaciando la totalidad del contenido. En este caso dejamos que la cerveza golpee sobre el líquido existente en la copa. Vemos cómo se va generando una corona de espuma (conocida como 'giste').
La presentación:
Apoyamos la copa sobre un posavasos o un elemento similar (para evitar que las gotas de condensación manchen la superficie de la mesa) y… ¡a disfrutar!
Cómo saber si lo hemos hecho bien
El resultado final debe presentar una cerveza con burbujeo y con una corona de espuma de al menos dos o tres centímetros. Asimismo, la cerveza debe dejar marcas o aros de espuma adheridos a las paredes del recipiente por cada sorbo que demos (el conocido como 'encaje de Bruselas').
Hay otras maneras de servir la cerveza, dependiendo del estilo y variedad que vayamos a beber o de las recomendaciones del fabricante (es importante tener esto en cuenta), pero de manera general será difícil que te equivoques si sigues estos consejos básicos que hemos detallado.
Fuente: Hola.cocina
Vía: Hostelería Salamanca
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