El Slow Food considera que la alimentación está relacionada con la cultura, la política, la agricultura y el medio ambiente, ¿Conoces de qué se trata?
Slow Food es una organización global de base que se fundación en 1989 para prevenir la desaparición de culturas y tradiciones alimentarias locales, para contrarrestar el auge de los ritmos de vida acelerados y para combatir el desinterés general sobre los alimentos que se consumen, su procedencia y la forma en la que nuestras decisiones alimentarias afectan el mundo que nos rodea.
Desde sus comienzos, Slow Food se ha convertido en un movimiento mundial.
Slow Food considera que la alimentación estuvo relacionada con muchos otros aspectos de la vida, incluidos la cultura, la política, la agricultura y el medio ambiente. A través de nuestras elecciones relacionadas con el consumo de alimentos podemos ejercer una influencia colectiva sobre la forma en la que estos se cultivan, se producen y se distribuyen generando, en consecuencia, un gran cambio.
Los tres principios de la filosofía de Slow Food sobre la alimentación y sobre la producción alimentaria:
BUENA: una dieta con alimentos de temporada, frescos y sabrosos que satisfagan los sentidos y que forme parte de nuestra cultura local;
LIMPIA: una producción alimentaria y un consumo que no dañe el medio ambiente, el bienestar animal ni nuestra salud;
JUSTA: unos precios accesibles para los consumidores, una retribuciv=n y unas condiciones justas para los productores a pequeñaa escala.
Todos tenemos el derecho a la comida de calidad y por lo tanto todos tenemos también la responsabilidad de salvaguardar el patrimonio de biodiversidad, cultura y conocimientos trasmitidos.
* Conservar la diversidad biológica y cultural es indispensable para asegurar la seguridad y soberanía alimentaria del país:
* Aprender la riqueza del territorio, descubrir hortalizas, frutas, razas de animales locales , panes, quesos, embutidos, dulces tradicionales.
* Apoyar a productores locales que trabajan respetando el ambiente: comprar y cocinar sus productos.
* Consumir menos carne, me mejor calidad, proveniente de ganaderías que cuidan el bienestar animal y la calidad de alimentación del ganado.
* Comprar productos de temporada y que no hayan recorrido muchos kilómetros para llegar a la tú mesa,
* Utilizar los excedentes de comidas, transformando las preparaciones.
* Cultivar los alimentos creando un huerto. Esto es bueno para el ambiente y también para la propia persona.
Cristina Avelar Soltero
Fuente: Gastrolab
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