Desde que tenemos uso de razón todos conocemos el huevo y lo hemos comido de mil formas, revuelto, estrellado, cocido o incluso crudo
Desde que tenemos uso de razón todos conocemos el huevo y lo hemos comido de mil formas, revuelto, estrellado, cocido o incluso crudo y en algunas ocasiones lo consumimos sin darnos cuenta, pero hoy te diré algunas de las muchas formas en que podemos utilizar este alimento que ha permanecido en nuestros hogares por generaciones.
El huevo es un alimento considerado como derivado de las aves de corral, está protegido por una cáscara de colágeno natural y su nombre procede del vocablo latino “ovum”, refiere a un elemento ovalado producido por las hembras de diversas especies que cobija al germen de un embrión y almacena las sustancia
De acuerdo al Instituto de Estudios del Huevo, este, está formado por tres constituyentes básicos: la cáscara, la yema y la clara, la cáscara representa en promedio alrededor del 10% del huevo, la clara cerca del 57% y la yema alrededor de un 33%.
Cáscara: La cáscara es una cubierta calcárea, de carácter poroso, revestida en su interior por dos membranas.Yema: Es una emulsión de grasa en agua y en ella se encuentra el mayor contenido de vitaminas y minerales.
Clara: Está compuesta casi en 90% por agua el resto son proteínas con vestigios de minerales, materia grasa, vitaminas y glucosa.
El huevo tiene un interés más allá de su uso alimentario en muchos otros campos, como ingrediente de cocina, jardinería, uso medicinal, cosmético, para elaborar alimentos de origen animal, así como uso esotérico y además es utilizado como bioplástico que forma películas protectoras para la conservación de alimentos.
En la cocina o industrias alimentarias se utiliza para, salsas, postres, bollería o platos preparados, mayonesas, pastas, barquillos o panes especiales, entre otros. De la yema se han obtenido bioplásticos que forman películas protectoras para usos alimentarios conservación de carnes, quesos, pescados y no alimentarios.
En la cocina o industrias alimentarias se utiliza para, salsas, postres, bollería o platos preparados, mayonesas, pastas, barquillos o panes especiales, entre otros. De la yema se han obtenido bioplásticos que forman películas protectoras para usos alimentarios conservación de carnes, quesos, pescados y no alimentarios.
Fuente: 24 horas Quitana Roo
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