MIXA
A lo ancho y largo del globo existen numerosos productos que, aún siendo comestibles, hay que saber cómo tratarlos para hacer apto su consumo. Algunos son muy conocidos y nos ponemos en guardia en cuanto escuchamos su nombre, y otros son muy habituales en nuestra dieta pero no sabemos lo dañinos que pueden ser si no los tomamos de la manera correcta. Puede que muchos de ellos estén muy alejados de nosotros, pero otros no tanto, y no lo sabemos. Y es todo un mundo.
Existen alimentos que son tóxicos en crudo, otros que dependen de la dosis que se ingiera y algunos que requieren de unas técnicas de manipulación concretas y exhaustivas para poder consumirse sin riesgos. De uno de los quesos prohibidos más conocidos de Cerdeña a la toxicidad de la cáscara verde de las nueces, pasando por el pez globo o el tiburón peregrino, este es el listado de los productos más curiosos y peligrosos de la gastronomía.
Pez globo
Corea, China y Japón son tres de los países en donde más se come fugu, un plato cuyo nombre homónimo hace referencia en japonés a su ingrediente principal, el pez globo. En todo el mundo existen alrededor de 350 tipos de pez globo, muchos de ellos altamente venenosos, sin embargo, la cultura culinaria asiática sigue considerando este tipo de pescado una de las grandes delicias de los mares, esa es la razón por la que los gobiernos de estos países controlan exhaustivamente los restaurantes en donde se sirven este tipo de pescados, así como las personas que los trabajan, restringiendo su manejo única y exclusivamente a cocineros expertos entrenados para la preparación de este plato.
TOMONO KENICHI / EYEEM
Su veneno, la tetrodotoxina, es 1000 veces más fuerte que el cianuro de potasio y las partes en donde se encuentra depende de la especie de fugu (pez globo) de la que se trate. Este es el motivo por el que los chefs se especializan en su manipulación. Rico en proteínas, colágeno, vitaminas y minerales y bajo en calorías, solo en Japón existen 22 tipos de pez globo que se encuentran en las cartas de los restaurantes. Probarlo entraña una prueba de valor y atrevimiento hasta el punto de dar lugar a un dicho japonés que dice “Fugu wa kuitashi inochi wa oshishi” (quiero comer fugu, pero no quiero morir), como frase hecha para todos aquellos que se lanzan a realizar una acción que puede ser peligrosa.
Una vez limpio y eliminadas las partes contenedoras del veneno, el fugu se sirve en sashimi -una forma de preparación japonesa de los pescados crudos en la que el pez globo se corta en pedazos finos y alargados y se acompaña de un aderezo simple-. También se encuentra en otras preparaciones como en un estofado llamado tecchiri, en una crema de arroz sazonada o frito con rebozado de panko crujiente. Además, también se puede comer su piel, gelatinosa, crujiente y firme, hervida o frita y untada en salsa de ponzu.
Sannakji
Un plato solo apto para valientes, así es el sannakji coreano, una (aparentemente) delicia del país que entraña un gran riesgo al comerlo. Se trata de una elaboración que se prepara con nakji, un pulpo pequeño endémico de sus aguas que se consume crudo acompañado de aceite y semillas de sésamo. Servido entero o en pedazos, el animal sigue retorciéndose en el plato haciendo que su consumo pueda ser peligroso pudiéndose pegar en el paladar o la lengua y llegando a asfixiar al comensal. Es por eso que, los amantes de este plato, tienen como regla masticar repetidamente cada uno de los trozos que se llevan a la boca con el fin de evitar este riesgo.
D.R.
Yuca
Son dos los tipos de yuca que existen en el mercado: la dulce, que pertenece a la familia de la especie Manihot utilissima y se consume habitualmente en países de Latinoamérica, África y Oceanía como verdura; y la amarga, Manhiot esculenta, de donde se extrae el almidón o tapicoa y cuya manipulación de no hacerse de la forma correcta es tóxica. Conocida también como mandioca o casava, este tubérculo consumido en -literalmente- medio mundo, es especialmente rico en hidratos de carbono, en minerales como el potasio y el calcio y en vitaminas C, B1, B2 y B5.
RODRIGO RUIZ CIANCIA
En sus dos variedades, la yuca es un alimento que necesita ser cocinada para eliminar su toxicidad causada por los glucósidos cianogénicos que, en su descomposición dan lugar a los compuestos tóxicos de acetona y cianuro. Para evitar su toxicidad, la variedad dulce únicamente precisa de ser cocinada mientras la amarga necesita de un procesado previo para hacerla comestible. Esa técnica varía en función de la parte del mundo pues mientras en África pelan la yuca amarga y la dejan fermentar en agua durante tres días, en Latinoamérica, preparan la masa de harina de yuca y la dejan reposar estirándola en capas finas para que el gas del ácido cianhídrico escape de la masa dejándola 100% comestible.
Casu marzu
Si bien el casu marzu no es un alimento que pueda provocar la muerte, la historia de cómo se elabora sí que puede levantar ampollas. Se trata de un queso tradicional de la isla Italia de Cerdeña -prohibida su comercialización oficial por las autoridades italianas desde 1962- cuyo nombre hace referencia en lengua sarda a “queso podrido”. La razón de esta prohibición se encuentra en que su elaboración se realiza con leche de oveja y larvas de la mosca del queso (Piophila casei), las cuales ponen sus huevos en las grietas que se forman en su superficie eclosionando y abriéndose paso hacia el interior a través de la pasta. Su labor es digerir las proteínas de la leche mientras la fermentan y transforman su interior en una pasta cremosa. Pasados 90 días, el queso está listo para comer, larvas incluidas, pero el peligro viene si los gusanos una vez consumidos sobreviven al ácido del estómago pudiendo causar vómitos, dolor abdominal y gastroenteritis. Este es el motivo por el que en 2009 el Libro Guinness de los Récords lo nombrase el queso más peligroso del mundo.
@WIKIPEDIA
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Alimentos en verde
¿Sabías que existen algunos alimentos de los que se encuentran en nuestras despensas que, de no haber sido procesados -es decir, si se consumen en “verde” o crudos- serían dañinos para nuestra salud? Así es, pero cabe aclarar que todos los productos que se encuentran en el mercado son aptos para su consumo, y que cuando hablamos de alimento “verde” nos referimos a recién extraído de la planta, como en el caso de los anacardos. Y es que la toxicidad de este fruto proviene de su cáscara, donde se encuentra un ácido especialmente irritante llamado ácido anacárdico y usushiol, un aceite que puede provocar reacciones alérgicas leves cuando entra en contacto con la piel.
Algo parecido sucede con los nogales y las nueces y el dicho “a la sombra de un nogal no te sientes a descansar”, puesto que la cáscara de sus frutos emana cierta cantidad de cianuro que pueden provocar dolores de cabeza, vómitos y malestar. Este es le motivo por el que las nueces se secan antes de consumir.
JOSE A. BERNAT BACETE
Otro de los alimentos más habituales de las despensas españolas es la nuez moscada, un fruto que sirve para realzar el sabor de platos y recetas. Su utilización se realiza rallada y en pequeñas dosis puesto que en grandes cantidades su consumo es especialmente tóxico debido a las propiedades alucinógenas que se le atribuyen. De hecho, la Federación Española de Nutrición (FEN) dice que con más de diez gramos de nuez moscada se pueden sufrir alucinaciones, taquicardia y la llamada “psicosis de la nuez moscada”.
Por sorprendente que parezca, las alubias rojas también entran dentro de los alimentos tóxicos en crudo (y, en este caso, en seco). Si bien es cierto que nadie come alubias sin cocinar, cabe mencionar que éstas contienen una lecitina llamada fitohemaglutinina, que provoca náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. Sin embargo, con el simple hecho de cocerlas, su toxicidad desciende hasta hacerlas comestibles, por lo que comerse un plato de alubias pasa de ser un riesgo a todo un placer.
Hákarl
La cocina islandesa tiene uno de los grandes manjares dentro de la gastronomía más peligrosa del mundo, el hákarl o tiburón peregrino. Es uno de los grandes platos tradicionales del país y uno de los más complicados de probar, especialmente por su sabor intenso. El tiburón peregrino o de Groenlandia comenzó a introducirse en su dieta hace siglos cuando la necesidad de alimento encontrar estaba en los mares, un dato que no sorprende si no fuera porque su carne es tóxica.
PAM SUSEMIEHL
Dado que su carne fresca tiene un alto contenido en urea y óxido de trimetilamina, la preparación tradicional del tiburón de Groenlandia se basa en dejar pudrir su carne hasta que ambos componentes se evaporan. Sin embargo, hoy en día, existen secaderos especializados donde el hákarl fermenta de forma controlada y se envasa para ser comercializada. Su sabor y su olor son especialmente fuertes debido a los componentes químicos que contiene la carne de tiburón y su forma tradicional de consumo es en sándwich acompañado de queso. ¿Te atreves a probarlo?
LUCÍA DÍAZ MADURGA
Fuente: Elle
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