De izquierda a derecha, José Olea, Montserrat Mengíbar y Vicente Inat / |
CIERTAMENTE, la inmensa mayoría, cuando piensa en vinos tranquilos piensa "de Despeñaperros para arriba" y no en vinos andaluces. Sin embargo, nuestros vinos tranquilos tienen una larguísima y fascinante historia.
Este fue el tema abordado en la ponencia 'Historia de los Vinos Andaluces' que tuvo lugar el pasado sábado 8 de octubre en el marco del Congreso de Gastroturismo celebrado en la Feria de Muestras de Armilla. Estuvo moderada por Montserrat Mengíbar, sumiller de Bodegas Tesalia y que, además, participaba en representación de la Asociación de Sumilleres de Granada. Los otros dos ponentes fueron José Olea, presidente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Vinos de Granada, y Vicente Inat, enólogo de Bodegas Descalzos Viejos en Ronda (Málaga) inscrita a la Denominación de Origen Protegida (DOP) Sierras de Málaga.
Mengíbar comenzó recordando que la historia de la viticultura y la elaboración de vinos en Andalucía se remonta a los íberos, que ya cultivaban la vid, la posterior llegada de los fenicios, los púnicos, etc., que en épocas antes de Cristo, trajeron viñas de otros lugares, sobre todo del Mediterráneo oriental y la antigua Mesopotamia para plantarlas aquí.
A renglón seguido, Olea apuntó que aún podemos remontarnos más en el tiempo y en la provincia de Granada podemos encontrar prueba de ello, por ejemplo en los yacimientos de Gorafe, uno de los mejores ejemplos del megalitismo del sur de la Península ibérica, en los que se han hallado restos de uvas de esa época, lo que prueba que la vid ya estaba presente.
Por supuesto, la conquista de la Bética por los Romanos supuso un gran impulso en este campo. De hecho, Vicente Inat recordaba la figura de Columela, nacido en Gades, provincia de la Bética, quien en su ensayo De re rustica (Los trabajos del campo), escrito hacia el año 42, ofreció la más práctica y detallada exposición de la agronomía antigua, culminación del saber agrícola grecorromano y de toda la Antigüedad. Su influencia en este campo del saber se alargará a toda la Edad Media, tanto en Al-Ándalus como en los reinos cristianos. El capítulo sobre la viticultura es especialmente importante.
También incidieron en el hecho de que la conquista musulmana no supuso un retroceso ni en el cultivo de la vid ni en la elaboración de vino. Contrariamente a lo que muchos creen, no es el Corán el que prohíbe el consumo de alcohol, sino los preceptos religiosos. Lo que prohíbe el Corán es la embriaguez. Los preceptos religiosos islámicos sí prohíben la ingesta del vino, pasando a ser una bebida tabú, o lo que es lo mismo, haram según las leyes dietéticas del Islam. Montserrat apuntó que, por ello, en ese tiempo se empezó a elaborar un 'sharab' (jarabe), menos alcohólico que el vino y muy dulce.
Con la conquista del Reino de Granada por los Reyes Católicos comienza un nuevo periodo. Dada la importancia económica de la vid y el vino en el Reino de Granada, éstos otorgaron en 1505 un Privilegio (proteccionista) a la ciudad por el cual no estaba permitido traer ni vender vino procedente de una distancia mayor a tres leguas (unos 14,5 Km). Recordemos que las actuales provincias de Jaén, Málaga o Almería formaban parte de ese Reino. Estos Privilegios estuvieron vigentes 320 años, luego durante más de tres siglos, en Granada sólo se consumía vino de aquí.
Así, el cultivo de la vid y la producción de vino no ha cesado desde hace siglos y, como decía Olea, "no tenemos memoria, y hay datos suficientes para decir que Granada y Málaga fueron potencias vitivinícolas hasta el S XIX, cuando llega la epidemia de la filoxera que acabó con el viñedo". De su importancia en el S:XIX, da testimonio el libro de Simón de Rojas Ensayo sobre las variedades de la vid común que vegetan en Andalucía. De Rojas era jefe del Jardín Botánico de Madrid, y recibió en 1807 el encargo del rey Carlos IV de hacer un inventario de las variedades de uva que se cultivaban en el entonces Reino de Granada. Estuvo años aquí e hizo inventario pueblo por pueblo, por lo que su libro es para muchos, una "Biblia de la viticultura andaluza".
Como decía, la plaga de la filoxera arrasa con el viñedo en toda Europa en el S.XIX, lo que supuso un gran golpe para la economía de nuestra región, ya que la viña y el vino eran fuertes pilares económicos de muchas zonas rurales. Esto provocó el abandono de pueblos y campos y una ingente emigración a otros lugares, no ya de España, sino del mundo. "Andalucía ha estado en el origen de muchas zonas vitivinícolas como Canarias, donde encontramos variedades como Moscatel, Pedro Ximénez, Torrontés, Listan, Vegiriega…". La posición estratégica que las islas tenían en el tránsito de navíos entre tres continentes, Europa, América y África, hicieron que allí llegaran variedades andaluzas que aún se cultivan y que han dado origen por cruces genéticos y mutaciones a algunas de las variedades llamadas "autóctonas de Canarias". Así mismo, según explicó Olea, "en parte, la vitivinicultura de Argentina y Chile viene de la emigración del S.XIX de granadinos y malagueños a América que, habiéndose dedicado al vino aquí durante toda su vida, exportaron cepas de vid y conocimientos al otro lado del Atlántico. Luego llegarían los franceses con la Malbec y la Carmenere".
Sobre el tema de este periodo de crisis para el viñedo andaluz y sobre todo granadino, José Olea ha recopilado mucha información histórica y ha editado un libro Las consecuencias de la filoxera en la decadencia económica de las Alpujarras, al que siguen otros dos en curso sobre el tema de nuestra historia vitivinícola casi olvidada.
En el mismo sentido se pronunció Vicente Imat recordando que "los vinos de Málaga, en el S.XIX, eran mundialmente conocidos, y muy caros, más que los champagnes o los borgoñas. Después de la filoxera, llegó un repunte en la zona con la inversión de alemanes y austríacos. Pero, al perder la II Guerra Mundial, lo perdieron todo y además sufrieron el estigma del nazismo. Esto supuso un duro golpe para la zona". Además, añadió Imat, "los vinos de Málaga casi murieron de éxito, ya que ante una fortísima demanda, elaboraban mucho más volumen del que el realmente el terruño podía dar y esto supuso un descenso de la calidad", algo que luego se ha subsanado con creces. Ronda fue pionera en Málaga en elaborar vinos tranquilos. Actualmente, la DOP Sierras de Málaga cuenta con casi 50 bodegas inscritas.
También nos fijamos en la zona de las Sierras interiores, por ejemplo la Sierra de Grazalema en Cádiz donde, junto con otras localidades de la provincia gaditana, hay tradición de elaboración de vinos tranquilos desde el siglo XII y XIII. Algunos de estos municipios están en el llamado Marco de Jerez, identificado tradicionalmente con vinos generosos pero donde hay una nueva tendencia emergente por apostar por los vinos tranquilos blancos, siempre muy reconocidos en la tierra, pero también por tintos de unas calidades cada vez más reconocida.
Imposible reproducir toda la ponencia pero en líneas generales, debemos recuperar esta memoria histórica y, para ello, desde el Consejo Regulador de la DOP Vinos de Granada se han propuesto realizar esta ingente labor.
Tengamos en cuenta que en siglos anteriores se bebía mucho vino, más que agua, porque no siempre se estaba seguro de que el agua fuera salubre. Bebámoslo ahora por otras razones, y apostemos por nuestros vinos.
MARGARITA LOZANO
Fuente: Granada Hoy
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