Sabemos lo difícil que puede ser incursionar en el mundo de la cocina para muchas personas, sin embargo, realizar esta tarea, generará importantes ahorros en el hogar.
Además de poder tener una mejor salud financiera, preparar tus propios alimentos garantiza la ingesta de productos de calidad y lo más importante, controlas la cantidad de grasas y sodio con el que estarán elaborados tus platillos.
Mantener una dieta balanceada, acompañada de ejercicio es fundamental para un estilo de vida sano. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta saludable previene una malnutrición y enfermedades no trasmisibles como la diabetes, cardiopatías y accidentes cerebrovasculares, además, la ingesta calórica debe ser proporcional al gasto calórico de las personas.
Alrededor del mundo, uno de los productos preferidos de origen vegetal para elaborar deliciosos desayunos que te ayudarán a iniciar con energía suficiente tu día, son los huevos.
El huevo es un producto con gran valor nutricional, contando con proteínas y vitaminas que tu cuerpo necesita, entre las cuales se encuentran vitamina A, B, D y E. Además, es un alimento rico en minerales como el fósforo, hierro, zinc, entre otros.
La versatilidad de platillos que puedes elaborar con este alimento lo posiciona en el puesto número uno en desayunos que encontrarás en el menú de los diferentes restaurantes del mundo.
A pesar de ser un alimento tan popular para iniciar con todo un buen día, ciertamente, prepararlo tiene su grado de dificultad.
Ya sea un rico omelette (tortilla francesa), revueltos o frito, el huevo es una proteína con una consistencia muy diferente a otras provenientes de origen animal, y es aquí es donde radica la dificultad para elaborar un platillo con un aspecto de restaurante.
Normalmente, para conseguir la textura y presentación perfecta y evitar que el huevo se quede adherido a la sartén o espátula, recurrimos a usar grandes cantidades de aceite y aunque, ciertamente esta sustancia grasosa le da un sabor delicioso, esto hace que el platillo ya no sea tan saludable como lo deseamos.
Es por eso que te dejamos este sencillo truco para realizar un huevo frito (también conocido como estrellado) sin usar aceite y lo más importante, evitando que se pegue a la sartén.
Sartén antiadherente.
Una buena sartén antiadherente será la clave para obtener un excelente resultado, así que, decide en invertir en un objeto de calidad, el cual tienes que poner a calentar y una vez que tenga una optima temperatura, coloca los huevos y disminuye al mínimo la temperatura. Coloca una tapa encima para propiciar que los blaquillos se cocinen con el vapor y una vez que tengan la consistencia deseada, apaga y emplata, verás que no se habrá pegado.
Microondas
Si no cuentas con una sartén antiadherente y además tu tiempo para cocinar se ve limitado por tus actividades, puedes optar por realizar este delicioso desayuno en el microondas. Coloca el huevo en un recipiente adecuado para meter al electrodoméstico, agrega los condimentos de tu preferencia y marca 40 segundos a potencia media.
Si lo deseas más o menos cocido puedes variar el tiempo de 35 a 45 segundos, de acuerdo a tu preferencia.
Agua
Otra forma de cocinar tu huevo en una sartén que no cuente con teflón es colocando un poco de agua y dejando calentar, cuando el agua empiece a hervir, coloca con cuidado el huevo y salpimienta. Usa una tapa para mantener el vapor y deja durante 2 a 3 minutos (de acuerdo a la consistencia que desees); el agua evitará que se pegue y así podrás degustar de una forma sencilla y saludable tu desayuno.
Escalfado
Por último, decide cambiar la forma de cocinar tu huevo por una presentación que se ha popularizado en redes sociales. Lo único que tienes que hacer es poner a calentar agua y antes de que empiece a hervir, menea con ayuda de una espátula o cuchara, logrando que se forme un pequeño remolino. Una vez que hayas logrado esto, coloca tu huevo y verás cómo poco a poco se va cociendo de la parte exterior, puedes ayudarte del mismo utensilio para que el blanquillo no toque el fondo y siga dando vueltas en el líquido.
Pasados 3 minutos, puedes retirarlo del agua y salpimienta a tu gusto, así de fácil obtendrás unos deliciosos huevos «poché».
Aura Ramírez
Fuente: Enséñame de ciencia
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