- Cada variedad de vino tiene un proceso de elaboración, pero también de conservación. En uno y otro, el tono del vidrio juega un papel fundamental y, por ello, no es casualidad el color de las botellas
- Vino en lata contra los prejuicios
Transparente o verde, pero también color ámbar o incluso negro. Quizá nunca hayas caído en la cuenta, pero las botellas de vino tienen diferentes tonalidades y colores, y el uso de uno u otro no es en ningún caso casualidad.
Cada tipo de vino tiene un proceso de elaboración muy definido, pero, una vez en botella, este sigue haciéndose, por lo que la evolución y la conservación marcan también la calidad de cada caldo. En todos estos casos, el color del vidrio tiene mucho que decir.
Y es que no podemos obviar que el tono de la botella determinará el grado de protección del vino ante la luz exterior y los rayos ultravioleta. La luz, o la ausencia de ella, es determinante en la evolución del vino en botella y de su conservación y, por ello, dependiendo de las necesidades que tenga el vino, se utilizará un vidrio u otro.
Vinos blancos y rosados
Por ejemplo, los vinos blancos y los rosados jóvenes, así como los rosados espumosos, suelen estar embotellados en un cristal transparente, que tiene un grado de protección muy bajo y que únicamente evita el paso de la luz ultravioleta. Son vinos de consumo rápido y, por ello, no importa que estén expuestos a la luz exterior.
Vinos tintos
Las botellas verdes son quizás las más habituales en el mundo del vino y se utilizan, sobre todo, para el tinto, ya que a través de este color de vidrio no pasan los rayos ultravioletas, violetas ni azules. Los vinos más jóvenes suelen ir en botella de color verde claro, mientras que los crianza suelen estar embotellados en un verde más oscuro.
El color de la botella va íntimamente relacionado con las necesidades de evolución y conservación del vino
Vinos blancos con crianza, tintos crianza y reservas
El color ámbar protege de la luz en un 90 %, por lo que son ideales para aquellos vinos de guarda y de cierta evolución, como blancos con crianza, tintos crianza y reservas. Las botellas negras, por su parte, se utilizan para los vinos tintos más especiales, como los reserva, pero también para otros tipos como el Jerez. ¿El motivo? El vidrio protege, pero también aporta un toque de elegancia y distinción.
El marketing, también decisivo
Además de estas explicaciones exclusivamente relacionadas con la enología y la elaboración de los diferentes tipos de vino, no se puede olvidar tampoco que, sobre todo de un tiempo a esta parte, el marketing también tiene mucho que decir en este sentido. En unos tiempos en los que cada vez resulta más sencillo modelar el vidrio en forma, grosor y, por supuesto, tono, una botella llamativa puede ser una herramienta clave como argumento de venta
Fuente: Diario Vasco
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