El Gourmet Urbano: #VINOS 🍷| 7 cosas básicas que hay que saber de vinos para empezar a beber mejor

jueves, 18 de mayo de 2023

#VINOS 🍷| 7 cosas básicas que hay que saber de vinos para empezar a beber mejor



Probás una copa de buen vino y te preguntás: ¿por qué no sé nada de esto? ¿qué es un Malbec? ¿Por qué nombran una región en la etiqueta? Si eso alguna vez te pasó, estos puntos sencillos son la guía básica para empezar a descubrir el mundo del vino.

  1. El varietal. En las etiquetas de vino figura casi siempre una variedad de uva: Malbec, Cabernet Sauvignon, Chardonnay. El varietal explica buena parte del sabor del vino. Por eso importante conocerlos y conocer también cuándo pueden estar en la etiqueta. Un vino varietal es al menos 85% de una variedad y el resto puede ser una o varias, siempre que no estén más allá del 15%. La idea es que así se garantiza que el sabor del varietal esté reflejado en el vino. Un ejemplo: el Malbec es frutado, con paladar amable y cierto paso envolvente en la mayoría de los casos. ¿Cuándo se modifica? Cuando no está al menos al 85% o cuando la región de origen le imprime otro carácter.
  2. Blends, cuvées o assemblages. Así se llama a los vinos en los que ninguna variedad está al 85%. La idea de estos vinos es que la suma de los sabores haga a un sabor diferente y atractivo. Las combinaciones más clásicas son las Malbec con Cabernet Sauvignon, pero también Malbec y Syrah, Malbec y Bonarda. Aunque abundan otras como Cabernet Sauvignon y Merlot. No van mencionadas en las etiquetas, aunque casi siempre están detalladas en la contraetiqueta. En estos vinos la gracia es la singularidad que ofrecen.
  3. El origen o el terroir. Hay lugares que también están mencionados en las etiquetas como Luján de Cuyo, San Patricio del Chañar, Gualtallary por citar algunos. El asunto es que el lugar donde se cultiva la uva también limita las posibilidades de expresión de su sabor. Volvamos al Malbec: en una región fría y luminosa tendrá mucho color, pero será ágil y de frescura vibrante, como sucede con Valle de Uco; en una región con suelos especiales, sumará texturas como de tiza. Y así. Si el varietal es clave en el sabor del vino, la región es igual de clave para la expresión última del varietal. Por eso se la menciona en la etiqueta como un índice posible de estilos.
  4. El estilo del vino. Una analogía es más explicativa que cualquier manual de vinos: un vacío se puede comer a punto o jugoso y serán dos expresiones diferentes de un mismo corte definidos por el trabajo del parrillero. Con el vino pasa lo mismo. Un Malbec cosechado más verde o muy maduro son dos vinos distintos y ahí la decisión de cosecha es determinante. Si además en la elaboración se emplean técnicas como la maceración pre o post fermentativa se le quita o suma enjundia al paladar. Ni hablar si se cría o no en barrica. De eso dependerá el estilo, que es en última instancia la interpretación de la bodega. No hay muchos índices para el estilo hasta que no se abre la botella.
  5. Roble vs barricas. La distinción no es caprichosa. Hay vinos que no llevan nada de crianza, por lo que expresan el sabor de la uva. En general no dicen más que el varietal en la etiqueta. Los que tienen crianza en roble o barrica, en cambio, lo declaran en las etiquetas: roble se aplica a las maderas alternativas –astillas o tablas que se usan para dar sabor–, mientras que barricas y toneles, son recipientes que dan sabor además de modificar el estilo del vino. Del tiempo de crianza dependerá buena parte de este asunto. En general los vinos con crianzas son llamados reservas y gran reserva, pero aquí no aplica directamente al tiempo de crianza en barriles, como sí sucede en otras parte del mundo.
  6. Blancos, tintos, espumosos y dulces. Con una misma uva y una misma región se pueden elaborar varios tipos de vino. Un Malbec, por ejemplo, puede hacerse como vino tinto –si fermenta con las pieles–, como rosado si es sólo contacto breve; blanco si no se emplean las pieles en el proceso. También se pueden elaborar espumoso, si además se los refermenta y embotella con el gas que se desarrolló, así como otras rezas como vinos fortificados –con agregado de alcohol durante el proceso de elaboración, de forma que conservan dulzor y energía etílica–; inclusos hasta vinos tardíos o dulces, en la medida en que la uva se coseche tarde y/o no se fermente todo el azúcar.
  7. La cosecha. En la mayoría de las etiquetas de vino hay un año. Ese año corresponde al año en el que la uva fue cosechada. Como el clima incide sobre el sabor del vino, para quienes están duchos les puede dar un índice de sabor o calidad. Para los que no, sólo suma para explicar la edad del vino, que no es poco dato: los tintos, a más viejos, más sosegados, aunque a veces se pasan a categoría seniles y ya pierden la gracia; los blancos, en general, a más jóvenes más expresivos, aunque hay blancos luminosos cuando son añosos. Pero para quienes sepan leer el año, porque conocen el detalle de cada uno, pueden deducir si el vino será maduro, flaco o robusto, combinando el dato con la variedad y el origen. Pero como se dice ahora, ese es un nivel Dios de consumidor.
Joaquín Hidalgo

Fuente: lmneuquen

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