Foto: Lindt & Sprüngli |
- Evitar en lo posible guardarlo en la nevera, conservarlo sin que le de directamente la luz solar, procurar que se encuentre a una temperatura ambiente entre los 14 ºC y los 20 ºC y que no supere el 60 % de humedad…
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El verano es una época en la que más cuidado debemos tener a la hora de conservar el chocolate, ya que las altas temperaturas pueden afectar a su sabor y calidad. Por ello, desde la compañía chocolatera Lindt & Sprüngli han querido compartir algunas claves para seguir disfrutando del mejor chocolate durante estos meses, los más calurosos del año.
Cómo conservar el chocolate en verano
Las habas de cacao provienen de árboles que crecen a veinte grados al sur y al norte del ecuador, lo que sin duda determina las características de su sabor. Y es precisamente por este motivo que la temperatura en la que se conserve el cacao afecta y altera el paladar.
El chocolate debe conservarse alejado de la luz solar, a una temperatura ambiente que oscile entre los 14 ºC y los 20 ºC y que no supere el 60 % de humedad. Se trata de unas condiciones difíciles de mantener en esta época del año, pero la mejor solución para consumirlo en perfecto estado es ubicarlo en un sitio fresco y seco como, por ejemplo, la despensa, o incluso una vinoteca.
Guardar el chocolate en la nevera altera el sabor, con lo que no sería la opción más recomendable si queremos disfrutar de la autenticidad del producto. Aun así, si en casa no disponemos de ningún un lugar fresco y nos decidimos por el refrigerador, es importante guardarlo siempre en los estantes superiores, en los que la temperatura es un poco más alta.
También debemos tener en cuenta que el cacao es higroscópico, es decir que absorbe todos los olores de su alrededor, por lo que si finalmente lo guardamos en la nevera, lo más apropiado es metido en un recipiente hermético.
Y, sobre todo, si queremos disfrutarlo en las mejores condiciones, no tenemos que olvidarnos de sacarlo de la nevera 15 minutos antes de consumirlo.
Por tipo de chocolate, el negro es el que mejor se conserva durante los meses de verano, y el blanco, debido a su alto contenido de manteca de cacao, es al que más le afecta el calor de esta época del año. Para consumirlo en las mejores condiciones, debemos conservarlo en un ambiente fresco. Esto facilitará que no se derrita, adquiera olores o pierda sus características y sabor irresistible.
El fat bloom, también conocido como afloramiento o blooming, es la alteración del sabor y la textura del chocolate debido a la variación de altas y bajas temperaturas. Concretamente, la grasa propia de la manteca de cacao se vuelve líquida a causa del calor y migra a la superficie de la tableta, cristalizándose otra vez con el frío y presentando una fina capa de color blanquecino. En cualquier caso, es importante saber que el chocolate con esta apariencia es perfectamente apto para ser consumido, aunque habrá perdido algo de su sabor original. Para evitarlo, es fundamental conservarlo en un lugar fresco y alejado de la luz solar.
Fuente: Diario de Gstronomía
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