El puré de patatas es una guarnición idónea para muchos tipos de alimentos.GETTY IMAGES |
Si no es cremoso y rico al paladar, no lo estás haciendo bien. Te contamos cómo hacerlo y te sugerimos algunos accesorios que te serán de gran utilidad
Nutritivo, sabroso y de textura suave: así debería ser un verdadero puré de patatas, o mashed potatoes, como se conoce a este plato en Estados Unidos. Y si lo primero que te ha venido a la cabeza es una marca de preparado en polvo, sigue leyendo, porque lo necesitas. Y es que, con una buena receta, resulta un acompañamiento perfecto para una enorme variedad de platos que van desde un pollo asado hasta salmón a la plancha, costillas a la barbacoa, chuletas de cerdo, carnes o verduras asadas, albóndigas, pescado blanco o estofados. Para que luego no digas que no tienes ideas.
Nutricionalmente, una ración de puré de patatas es una gran fuente de carbohidratos (lo que aporta energía para el cuerpo); pero también de fibra dietética (especialmente si se deja la piel), calcio, vitaminas (B y C) y minerales como el potasio. Puede ser, incluso, bajo en grasas si limitas la cantidad de mantequilla o aceite añadido.
Un kilo de patatas, una taza de leche o nata caliente, media taza de mantequilla, ajo picado al gusto, sal, pimienta y hierbas frescas de tu elección serán suficientes para elaborar un rico puré de patatas para cuatro personas. Pero antes de empezar, apúntate estos trucos:
Consejos para conseguir un buen puré
Hacer un puré de patatas no es precisamente la más complicada de las elaboraciones: precisamente por ello, es necesario prestar atención a los detalles, porque serán ellos los que marquen la diferencia en el resultado final:
- Asegúrate de emplear ingredientes de primera calidad, especialmente en lo que respecta a la mantequilla y las patatas. Para obtener una mayor cremosidad, opta por una variedad con poco almidón, como la patata roja o la Rudolph.
- Cocina las patatas en agua con sal (o al horno) hasta que estén tiernas, pero ten cuidado de no sobrecocinarlas, para que no absorban demasiada agua.
- Escurre bien las patatas después de cocinarlas. Una buena idea es dejarlas unos minutos en la olla caliente, para que se sequen antes de aplastarlas.
- Calienta la leche o la nata antes de agregarla al puré, para mantener la temperatura y evitar que el puré se enfríe. Entonces incorpórala gradualmente, a fin de controlar la consistencia.
- Agrega ajo finamente picado para darle un extra de sabor. También puedes incorporar hierbas como perejil, cebollín o romero.
- Si usas una batidora eléctrica, asegúrate de no batir la mezcla en exceso, ya que esto puede hacer que las patatas se vuelvan pegajosas.
- De forma opcional, puedes experimentar con otros ingredientes como el queso, crema agria o cebolla caramelizada. Al final, añade un poco más de mantequilla y mézclalo todo bien.
NACHO MENESES
Fuente: El País
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