miércoles, 5 de enero de 2011
Erika Silva @erisofi: La necesidad de innovar en el pensamiento de un restaurador.
En un curso que daba sobre Innovación en los Restaurantes en Florida Universitaria - Universidad Española en la cual trabajo- pregunté a mis alumnos qué expectativas tenían sobre el curso, qué querían lograr y con qué conocimiento se irían felices a casa. La mayoría se centraron en estos 3 pensamientos:
· Quiero sorprenderme con cosas nuevas,
· Con cosas que no conozco,
· Estoy a la expectativa.
Los miré a todos y les dije “¿Y ninguno quiere aprender a innovar? ¿Quieren salir de aquí como simples espectadores o quieren terminar un curso donde han aprendido a ser innovadores?” Me miraron con una mezcla de “¡vaya, cómo hemos arrancado! y de “tiene razón: debería haber dicho que quería aprender a innovar”, o al menos eso es lo que quiero creer.
Una vez que pasaron los minutos les dije: “El que pensó que vendría a este curso a sentarse cómodamente y escuchar, se equivocó de curso, ya que aquí vamos a aprender jugando y haciendo” (otras miradas dudosas de parte de ellos, todo hay que decirlo)
Pero al pasar las sesiones, se fueron dando cuenta que innovar no es más que crear o modificar algo para mejorar un producto, proceso o servicio. Que esta innovación no tiene que ser tecnológica, y un simple cambio de montaje de un plato o el cambio de una textura ya era innovar.
Vimos muchos Ejemplos de Innovación en los Restaurantes, como por ejemplo:
· El futuro del sector servicios-Anywhere-Everywhere.
· Mobile Marketing
· Comercialización- Marketing 2.0.
· Estudios de Mercado-Lead Users.
· Tendencias Innovadoras.
En estas tendencias, estudiamos los 10 mejores Restaurantes del Mundo, porque pienso que es importante ver cómo es su cocina y cuál es su montaje de platos. En resumidas cuentas, había que ver por qué eran los mejores. Aunque algún alumno insinuó que mucho tenía que ver el marketing que había detrás, vimos un denominador común en los 10 Restaurantes, que no era otro que el montaje de los platos, utilizando la Gastronomía Molecular, pasando por mucho color, cambio de texturas y presentaciones que invitaban a contemplarlo, a deleitarse con su presentación para finalmente vivir la experiencia.
Aunque los ejemplos que veremos a continuación son del gran chef francés Joel Robuchon, me gustaría poder transmitir que la innovación no tiene por qué ser cara ni difícil, ni menos imposible. Cambiar la manera de mostrar nuestro producto, saber cubrir las expectativas del cliente de una manera novedosa, realizar un cambio de vajilla y/o jugar con los colores atreviéndose a mezclar lo inimaginable son una de las tantas ideas que invitan a innovar. De verdad que se pueden hacer grandes cosas, sólo hay que tener el deseo que mueve todos los pasos de nuestra vida: hay que tener pasión y motivación por querer hacer algo distinto.
Al ver estos platos se dibuja una sonrisa en mi cara, ya siento felicidad de ver estas maravillas. Esto es lo que hay que lograr transmitir al cliente en nuestros Hoteles y Restaurantes: ¡emociones!
¿Seremos capaces?
Erika Silva.
http://marketinggastronomico.com
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