El Gourmet Urbano: Ana Gutiérrez (@medianagg): ¿El vino nos hace más jóvenes?

miércoles, 11 de mayo de 2011

Ana Gutiérrez (@medianagg): ¿El vino nos hace más jóvenes?

 
Ana GutierrezHay pocos productos que generan tantas controversias como el vino; como el dios griego que le da origen, es extraño y ambiguo. ¿Es un alimento o una bebida?, ¿te cura o te mata lentamente?
 
Un médico del siglo IV a.C., Mnesiteo, guiado por un oráculo de Pitia, aconsejaba a los atenienses llamar a Dioniso dispensador de salud.
 
Se le reconocen a la vid un cúmulo de propiedades rejuvenecedoras que han dado origen a todo un movimiento en el mundo de la estética y que día tras día ofrece diversos productos. Y bajo esta óptica analizaremos una de las propiedades que se le atribuyen a la vid por su contenido de una sustancia llamada Resveratrol.
Esta molécula fue aislada por primera vez en 1940 por un investigador japonés, y en 1977 los ingleses Langcake y Pryce describieron su estructura. Bajo el microscopio es el verdadero elixir de la juventud, y la encontramos en la uva y también en el vino. Es una especie de fungicida natural, producido por la cáscara de la Vitis vinífera cuando es atacada por Botrytis cinerea, un hongo microscópico que da lugar a la podredumbre noble de la uva; también, habitualmente, cuando la vid se encuentra bajo condiciones de estrés, como la pérdida de la hoja, ya que es una fitoalexina. Actualmente solo hay rastros de resveratrol en el vino tinto, debido al uso de pesticidas.
 
El resveratrol, en altas concentraciones, activa el gen SIRT1, llamado el gen de la longevidad que alarga la vida de las células. La molécula que utilizan los laboratorios para hacer los productos se extrae de la raíz del Polygonum Cuspidatum, una planta que procede de China.
 
Se ha visto, in vitro, que el uso de altas dosis de resveratrol producen un dramático efecto sobre las células cancerosas al volverse sensibles a un compuesto llamado Factor de Necrosis Tumoral Alfa (TNFa), que hace que las células se autodestruyan en un proceso llamado apoptosis. Es un estrógeno vegetal, y algunas veces es un antiestrógeno, por lo cual puede favorecer o eliminar ciertas neoplasias dependientes de estos factores.
 
Es un antioxidante, antitrombótico y antiagregante plaquetario, por lo que puede ayudar a proteger contra enfermedades cardiovasculares; pero esto no ha sido demostrado de manera clara. Es por esta propiedad que se ha hablado de la “paradoja francesa” y se le ha dado luz verde a los bebedores moderados y regulares de vino que parecieran estar más protegidos que los abstemios.

Es antiinflamatorio y tiene acción contra las prostaglandinas, por lo cual podría mitigar el dolor.
 
Es un neuroprotector, por lo que podría ayudar a prevenir algunas enfermedades degenerativas asociadas con el envejecimiento.
 
Muchas instituciones de investigación de diversas partes del mundo lo están probando como tratamiento para ciertas afecciones como la diabetes, el síndrome metabólico, y la enfermedad de Alzheimer, por su efecto activador de las sirtuinas, así como para prevenir el cáncer.
 
Estos hallazgos son usados como argumentos válidos para afirmar que son ciertos y contundentes los efectos beneficiosos de algunos suplementos antienvejecimiento introducidos en el mercado. Sus propiedades están siendo estudiadas por muchos científicos, entre ellos Leonard Guarente y David Sinclair, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) de EEUU y la Universidad de Harvard, respectivamente.
 
Con todo esto, ¿qué podríamos pensar? Tal vez si tomamos una cápsula de resveratrol diariamente podríamos vivir hasta los 100 años sin visitar al médico. Pero las cosas no son tan sencillas.
 
No existe hoy en día ninguna prueba bioquímica que apoye sólidamente la hipótesis de la correlación entre los efectos beneficiosos del consumo moderado de vino con respecto al resveratrol, ya que se requiere establecer una relación entre la tasa plasmática de la molécula y la cantidad realmente absorbida por las células. Según los investigadores, la dosis terapéutica necesaria para un humano equivaldría a 10.000 botellas de vino. Una botella de vino contiene una cantidad variable entre 0,2 y 5,8 mg, insuficiente, según los últimos estudios, para justificar su ingesta por motivos de salud.
 
Las sensibilidades genéticas individuales pueden modificar los valores de resveratrol presentes en la célula, lo cual no es fácil de determinar. Los estudios se han realizado principalmente sobre una sustancia aislada, y es esencial tomar en cuenta la complejidad del vino que no permite la simplificación a la hora de estudiar el comportamiento de las variables.
 
Todo esto nos invita a la prudencia y a la reflexión a la hora de interpretar los avisos publicitarios engañosos y la información “pseudocientífica” con la que nos bombardean en la web.
 
No cabe duda de las propiedades beneficiosas del vino. Estudios epidemiológicos revelan una curva en J tanto para las enfermedades cardiovasculares como para el cáncer, con una reducción significativa para cantidades de 2 ó 3 vasos diarios; seguida, por el contrario, de un rápido aumento de la mortalidad al aumentar el consumo, pero siempre se ha tenido certeza de ello a través de pruebas indirectas e in vitro y por las implicaciones éticas que tiene el estudio directo en humanos.
 
Hay que seguir trabajando arduamente en la búsqueda del elixir de la juventud, la complejidad del organismo humano y la del vino hacen la tarea cuesta arriba. Mientras, podemos contribuir a las investigaciones tomando con prudencia nuestra pequeña dosis de resveratrol y animando a los que puedan a hacerlo, ya que se ha comprobado a lo largo de la historia que los humanos han podido sobrevivir bien con su habitual dosis de vino.
 
Hasta una próxima oportunidad.
 
Ana Gutiérrez
Médico – Sommelier
 
Bitacoras. com: , ,

Blogalaxia: , ,

del.icio.us Tags: ,,

No hay comentarios. :