Definitivamente, el café es una de las bebidas más ingeridas a nivel mundial, y Venezuela no es la excepción. A pesar de que no ocupamos los primeros puestos en consumo de café en el mundo, los venezolanos tomamos aproximadamente unos 2 Kg. de café per cápita al año, lo cual no es despreciable.
En los últimos diez años hemos visto como nuestro paladar se ha vuelto más exigente a la hora de degustar un rico café en los diversos lugares donde se expende esta deliciosa bebida: un espresso, un guayoyo, un marroncito, un macchiato, un con leche, son apenas unas pocas maneras que tenemos para solicitar nuestro cafecito mañanero o vespertino.
Lamentablemente, no en todas partes tenemos la suerte de contar con personas entrenadas para preparar esta infusión y es por esto que nos atrevemos a mencionarles unos pequeños “tips” para reconocer si la persona que está al frente de una máquina de café espresso, sabe lo que está haciendo:
- El café debe estar recién molido, por lo tanto si usted no ve un molino al lado de la máquina de café, es probable que lo estén haciendo con café molido ya “viejo” como para sacar una buena extracción.
- Exija que su café sea extraído al momento. Usted está pagando para que su café sea “hecho” al instante y no que tenga varios minutos reposando en un envase para ser “recalentado”.
- Si el que está al frente de la máquina da varios golpes de palanca al molino, para extraer el café molido, probablemente no sabe lo que está haciendo. El molino es una de las piezas fundamentales para una buena extracción de café y su dosificador debe estar graduado para suministrar aproximadamente 7 gramos de café para una dosis o golpe de palanca (para un café pequeño por ejemplo) y 14 gramos para dos dosis (para un marrón grande por ejemplo).
- El café, en cualquiera de sus preparaciones, debe ser vertido directamente de la máquina a la taza. Evite lugares donde vea el típico vaso plástico o jarrita metálica llena de café que será seguramente vertido en varias tazas para que “rinda”.
- Si se va a tomar un “espresso” , la taza debe estar caliente, bien sea porque se encuentra almacenada en la parte superior de la máquina de café, o bien sea porque previamente el “barista” la calentó vertiéndole agua caliente durante algunos segundos. Esto evitará el choque térmico entre el café caliente y la taza, y la infusión se mantendrá por más tiempo a una temperatura adecuada.
- Dispénsele una mirada al “pico” que tienen las máquinas de café para calentar y vaporizar la leche. Si éste tiene incrustaciones blancuzcas en su extremo, es indicativo de una higiene inadecuada, ya que este pico debería ser limpiado con un paño húmedo dedicado para tal fin, luego de cada “calentada” de leche. Lo contrario producirá bacterias dañinas al organismo y sabores y olores desagradables a su preparación.
- La limpieza general de la estación de trabajo es un importante indicativo que nos dirá si estamos en frente de verdaderos profesionales de este arte que cada día conquista mas adeptos.
Hoy en día existen varios lugares donde poder asistir a tomar cursos de “barismo”, con distintos grados de profundidad y que se adaptan a todos los presupuestos. Es importante que los dueños de locales donde se sirve café tomen conciencia de esto y faciliten el entrenamiento a su personal. Esto redundará en mayor afluencia de clientes a sus negocios y mejorará seguramente las ventas.
Escrito por: Máximo Santelmo (El café de la cuadra)
Teléfono: +58 (212) 285.4262
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