PONQUECITOS DE PARCHITA @pochove

 

 

Ingredientes:

2 tazas de harina

1 cucharada de polvo de hornear

¼ cucharadita de sal

½ taza de azúcar

2 huevos grandes, ligeramente batidos

½ taza de leche

½ taza (o una barrita) de mantequilla derretida

1 taza de jugo concentrado de parchita (o menos, depende del gusto)

Semillas de parchita

Preparación:

Antes de comenzar a preparar la receta, vamos a extraer el jugo de diez parchitas con un colador, no con licuadora. Una vez que tenemos el jugo, separamos parte de las semillas en una taza con agua tibia. La mitad del jugo extraído lo vamos a colocar en una ollita, a fuego intermedio, con 2 ó 3 cucharadas de azúcar (sin revolver) hasta dejar que se reduzca a una consistencia más espesa. La otra mitad del jugo la conservamos a un lado para usar luego en la mezcla de los ponquecitos.

Precalentamos el horno a 375°. Enmantequillamos y enharinamos una bandeja de 12 moldecitos para ponquecitos

Cernimos la harina, el polvo de hornear, y la sal en un envase grande. Luego le agregamos el azúcar. Mezclamos y hacemos un hueco en el centro para ir colocando y mezclando los huevos, el jugo de parchita, la leche y la mantequilla.

Una vez que todo está bien mezclado, colocamos la mezcla en los moldecitos, sin llenarlos completamente. Incorporamos la reducción de parchita en el centro del ponquecito utilizando una inyectadora. Las semillas de parchita, que se encuentran en agua tibia, las secamos con una servilleta y las colocamos para decorar la cubierta del ponquecito.

Horneamos por 15 a 25 minutos, o hasta que hayan subido y estén suaves al toque.

Enfriamos y ¡buen apetito!

La idea de incorporar una fruta como la parchita en esta receta se debe a que uno de sus componentes más destacados es la provitamina A o beta caroteno, precursor de la vitamina A. Esta vitamina es de gran influencia en la vista del ser humano. Se asocia con el retineno que también es un carotenoide ubicado en la retina, el cual ayuda a la adaptación de la retina a las diferentes intensidades de luz. La vitamina C también está presente en esta fruta que, como ya sabemos, favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. Las semillas contienen aceite con una interesante composición de ácidos grasos. Este aceite ayuda a la restauración de la capa lipídica de la piel, lo cual nos brinda una piel sedosa.

Nelson A. Suárez N.

 

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