Estimados Lectores:
La semana pasada les presentamos un interesante blog que, si bien habla de la música clásica, tiene una sección muy interesante para nosotros, los Gourmets Urbanos, que siempre buscamos una armonía gastronómica en todos los sentidos. Aquí les dejamos una segunda entrega para el deleite de todos. ¡Disfrútenla!
El fascinante mundo de las salsas constituye una de las más preciadas herramientas para hacer un plato delicioso y, por ende, hacer felices a nuestros invitados.
Modestos ingredientes, bien elegidos, cocinados con cariño y aderezados por una de estas maravillosas salsas pueden llegar a alcanzar las más altas cotas del placer.
Como todo en la vida, y las salsas no son ajenas a ello, hay siempre una cara y un envés. En este último caso se encuentra la utilización que de manera despiadada y dolosa se ha hecho, tantas y tantas veces, de las salsas para enmascarar productos defectuosos, mal cocinados, o simplemente vergonzantes.
En estas ocasiones la salsa corre la misma suerte que el conjunto y se degrada dejándonos un mal recuerdo. Una asociación que siempre perjudica a la salsa.
También es cierto que maravillosas salsas y maravillosos platos no siempre combinan bien. En ese caso se matan entre sí y la culpa se la lleva la salsa. La pobre y deliciosa salsa.
Por todo ello las salsas bien elegidas son compañeras entrañables y agradecidas de carnes, pescados, verduras, huevos, y todo aquello que a pesar de su excelente calidad es susceptible de ser potenciado.
Hoy, en esta sección de Música Gourmet, voy a proporcionaros una facilísima receta de una delicada y sugerente salsa que marida maravillosamente bien con carnes rojas, caza, pechugas de pollo o simplemente con unos humildes y deliciosos huevos duros laminados con una guarnición de alcachofas
troceadas en cuartos, trocitos de jamón o bacón, y manzana Golden, finamente cortada en lascas.
troceadas en cuartos, trocitos de jamón o bacón, y manzana Golden, finamente cortada en lascas.
INGREDIENTES PARA 4 Ó 5 PERSONAS
1 cucharada colmada de harina. 1 cucharada de almendra molida. 3 tacitas de caldo (Si es hecho por vosotros con huesos de caña, retales de carne de ternera, vacío, aguja, falda, mejor). 1 copa de vino blanco. ½ copa de jerez ó ½ copa de vermouth blanco. 1 cebolla. Nuez moscada, aceite y sal.
PREPARACIÓN
Freír la cebolla, muy finamente picada, en una sartén con un chorrito de aceite. Cuando observéis que se pone transparente, retirar del fuego y, después de dejar que se enfríe un poco, añadir la harina y la nuez moscada. (Si añadís la harina sobre el aceite hirviendo se os puede quemar, y la hemos hecho buena).
Poner de nuevo la sartén en el fuego, no muy vivo, y remover con la ayuda de una cuchara de palo hasta que ligue un poco. Entonces añadir el caldo caliente, el vino blanco y el jerez o el vermouth blanco. Remover para evitar los grumos y que se pegue al fondo. (Muy importante esto de que no se os pegue. Si queréis en lugar de una sartén utilizar una tartera, puede ayudar).
Tras 5 minutos aproximadamente de cocción a fuego lento, añadir la almendra picada y dejar cocer otros 8-10 minutos, una vez más a fuego lento. Otra cosa importantísima: la almendra debe estar recién molida. La que se vende ya molida ha perdido el 80% de sus propiedades. Pedir que os las muelan o hacerlo vosotros.
Finalmente sazonar a vuestro gusto. La salsa la pasáis por un pasapurés y la servís caliente en una salsera.
Modo de uso (Importante): En mi modesta opinión las salsas son acompañantes de los platos, no las piscinas en los que estos se sumergen. Es decir, servir poca cantidad que siempre habrá tiempo de repetir.
AUDICIÓN DE MÚSICA CLÁSICA
Para disfrutar de esta excelente salsa de almendras con una buena carne roja o similar, nada como escuchar música clásica. Por si la receta la utilizáis para una cena romántica, con velas, en una atmósfera cuidada, y con luz indirecta, además de la receta os recomiendo que pongáis esta página musical de Franz Schubert: suImpromptu Op. 90 nº 3 D.899. Vosotros sólo tenéis que colaborar eligiendo la compañía. ¡Ya me contaréis....! ¡De la salsa, obviamente!
Fuente: clasica2.com
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