sábado, 16 de abril de 2011
Alex Arcas (@emocionalex): Un poco de esto, un poco de aquello.
"Cuando llegue la inspiración que me sorprenda trabajando." Pablo Ruiz Picasso
Tengo escrito en la pared de mi cocina la siguiente frase “El artículo, PIENSA”. Eso hace que a cada momento se me ocurra un tema sobre el qué escribir, pero la inspiración no es alguien que la llamas y viene, pero siempre te asoma los temas sobre los que escribiré más adelante cuando llegue esa mujer caprichosa.
Dándole vueltas en mi cabeza durante toda la semana y sintiendo la presión espiritual, que no es física, de mi querida Walezca para entregar el artículo, y llega mi día de entrega y tengo 50 temas sobre los que quiero escribir, pero ninguno me parece adecuado, ¿o todos me parecen idóneos? No sé, quise escribir sobre la tortilla de patatas de mi mamá, sublime, la mejor del mundo en cuanto a sabor, el punto que le da a la cebolla es inaudito y no les cuento de la jugosidad, nunca le queda seca.
La tortilla en España es como la Hallaca en Venezuela, la mejor siempre es la de la mamá de uno. Siempre que viajo a España, mi madre me pregunta qué me apetece comer para cocinármelo, aún cuando lleve 4 días cocinando antes de mi llegada. Yo siempre tengo la misma respuesta: “Tortilla para desayunar, para almorzar y para cenar”. ¡Eso sí, con su pan con tomate (Pa amb tomaque)! -lo escribo en catalán como aviso a navegantes; por favor, pónganlo como es debido en las cartas, me horroriza ver palabras inventadas-, que es el recurso más fácil de la cocina: una rebanada de pan al cual se le restriega un tomate bien maduro y aguado -como un globo de agua ¿recuerdan?-, un poco de sal, un buen aceite de oliva y he aquí el mejor acompañamiento para unos embutidos, y sólo son 5 minutos de cocina.
Este es otro de los temas que quería escribir, pero cuando lo pensaba me estaba comiendo un gazpacho de tomate con mojama de atún (la mojama es el lomo curado del atún, como si fuera jamón serrano, los italianos le laman botarga) y se me creó la duda, ¿Por qué no escribir sobre el gazpacho? Ese plato tan versátil, también llamado sopa fría, pero que no es una sopa puesto que no lleva ninguna cocción. Yo tengo la teoría de que es un jugo de hortalizas aderezado con sal, vinagre de Jerez y aceite de oliva; y es que lo admite todo, en un principio sólo era una mezcla de pan con vinagre que lo comían las legiones romanas en campaña. Cuando llegó a Andalucía, se le añadió la cebolla y los árabes le agregaron unas almendras, dando lugar a los gazpachos blancos como el Ajo blanco. Con el Descubrimiento de América, llegó el tomate y el pimiento a los campos andaluces, dando lugar a lo que hoy conocemos como gazpacho tradicional.
Por cierto, es uno de mis platos favoritos y de los que más me gusta hacer. En mis cartas siempre hay uno, ya sea de tomate, de mango, de papaya, de aguacate, de fresa o de merey. En mi menú de esta semana estoy haciendo un gazpacho de Langosta de Los Roques, aprovechando que esta es la última semana de capturas ya que empieza la veda por seis meses, aunque tengo noticias de que la veda este año puede durar nueve meses. Si eso sirve para la recuperación de este crustáceo marino, bienvenido sea.
Este era otro de los temas del que me apetecía escribir, como de los huevos fritos de mi tía Carmen: yema líquida y caliente y la clara cuajada con “puntillita”; es decir, tostadita en la orillas. Ese es otro de los recuerdos gastronómicos de mi infancia.
Y sin quererlo, empecé este artículo contándoles mi problema para escribir esta semana y terminé hablando de todo. ¡Qué buena suerte la mía! Coman muy sabroso estas vacaciones y descubran esos lugares ocultos de la geografía donde cocinan de maravilla. Luego me cuentan.
Alex Arcas
Cocinero
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