¡Mis queridos amigos! ¿Cómo están?
Espero la hayan pasado deliciosamente en las vacaciones, y al encontrarnos por aquí es como encontrarnos en la panadería ya de vuelta a casa. Volvimos a casa, y nos esperan nuestras actividades, nuestros hijos vuelven al colegio. La vuelta a la rutina, a veces, nos pone irritables o tristes, estresados y dispersos. Gústele a quien le guste, opinen lo que opinen, está científicamente comprobado que es así, y a más del 80% de la población le afecta la vuelta a la rutina. Por ello, hoy deseo darles la bienvenida, deseo acompañarlos y ayudarlos en su ponerse al día.
Sueño con que el regreso a casa, a clase y al trabajo, sea tan suave, cálido, y restablecedor como la crema de vegetales que nos repone saliendo del dengue, alguna gripe o fiesta prolongada. Simplemente me encantaría hoy ser la abuelita que los recibe con comida caliente, cama tendida y mucho consentimiento. Resulta que soy una psicóloga, cocinera, joven y activa, y es desde aquí, desde estas líneas en las que los puedo acompañar, siempre deseando de acortar el período de adaptación y que pronto se sientan como pez en el agua. Se me ocurrió ir con ustedes al supermercado y ayudarlos a idear algunas comidas que les simplifiquen la semana, lo haremos velozmente cual programa de tv, ¡Vamos a resolver!
Comenzaremos el artículo como arrancamos los lunes, a empujones dentro del carro, entre dormidos y despiertos. Esta semana mami, seamos condescendientes y la franela de nuestro gordo no está impecablemente planchada, dejémosla pasar, al igual que al olvido del diario en casa o en la escuela, es solo por esta semana mientras nos acomodamos. Los niños están dispersos, como desorbitados, déjale sus actividades deportivas. El deporte, a grandes y a chicos ayuda a poner el cuerpo y la mente a tono, y a ti te dan chance de trabajar e ir al mercado.
Entonces bajémonos en el súper, hagamos compras prácticas, vegetales y algunas frutas ya picadas. Los vegetales los pensamos como para cocerlos en la vaporera, mientras montamos un rollo de pollo o pavo (tipo roast beef), que después de aliñado vamos a meter directo al horno.
Regresemos mentalmente al mercado y compremos tapa-huecos, esta vez galletas tipo honey bran, barras de granola, y yogurt natural, cereales. Dirijámonos al departamento de frutas y legumbres, las frutas enteras como la manzana, mandarina y durazno nos ayudan porque las podemos meter en la cartera y en una lonchera con facilidad. Nuestra lechuguita, berro en bolsa, nos permite hacer una ensalada velozmente. No olvidemos nuestra cebollita, papas, una zanahoria, pimentón ají dulce, ajo, algo de célery, ajo porro y escojamos entre auyama, apio, calabacín para hacer una cremita.
Pasemos por los congelados, compremos la masita para hacer empanada (abajo les explico), espinaca congelada (fresca también puede ser), claras de huevo congeladas, y hagámonos una tortilla, un poco más grande de lo que necesitemos, cenemos con ella, y al día siguiente nos sacará las patas del barro sin necesidad ni de recalentar.
Pasemos por la carnicería, y en nuestro habitual pedido, busquemos una pulpa negra o alguna carne de nuestro gusto para moler. Medio kilo alcanza para una familia de 4 a 5 o más personas. Haremos unas mini albóndigas. Esta semana, aprovecharemos cada impulso para hacer más de todo, para luego hacer un delicioso plato con nuestros exquisitos refritos. Con estas albóndigas, nuestros chamos nos pueden ayudar a darle forma y quizá se torne en un momento de disfrute familiar; si no, si nos estresa porque nos desordenan y andamos apurados, déjelos en lo que andaba y siga adelante.
Hagamos una sabrosa salsa de tomate, salteando una cebollita picadita, incorporamos un pimentón rojo y ají dulce picadito, diente de ajo, y una lata de tomates pelados (mediana 750grs) previamente triturados, si tenemos albahaca y orégano, ¡adelante!. Dejemos cocer a fuego lento y a los 40 minutos, revisamos cocción, ajustamos sazón con sal, pimienta y algo de azúcar. Si nuestros niños le huyen a los vegetales, la licuamos; si nos gusta encontrarnos los tropezones de vegetales, la dejamos así, yo la amo. Tenemos entonces una salsa lista para pizza de pan pita, para pasta o para las albóndigas, y el plato de refrito especial que está al final. Compren pasta al huevo o integral (más baja en índice glicémico)
En los lácteos, lo habitual, más la mozarela para nuestra pizza y una ricotta, preferiblemente sin sal. Agarramos nuestra espinaca, la salteamos con cebollita, un poquito de sal y pimienta, ajo si nos provoca, tomamos un poco de ricota, le damos algo de sabor con sal y pimienta, mezclamos con las espinacas -que bien también podrían se champiñones-, hacemos unas empanaditas, pero éstas van al horno, sanitas, ricas, las puedes pintar por encima antes de hornear con yema de huevo, para que se doren, o también, sin el huevo. Se pueden almacenar crudas, bien envueltas, una a una en envoplast, directo al congelador y sacarlas cuando se necesiten.
Para las cremitas de vegetales hay espléndidas en recetas. Siempre nos piden un caldo, hagamos de más: agua, zanahoria, cebolla, célery, ajoporro y granos de pimienta entera, 50 minutos a fuego medio bajo, y colamos reservando el líquido, el caldito que nos sobra de la crema, lo dejamos que se enfríe, almacenamos y congelamos.
El día del exquisito refrito es de una de mis recetas favoritas. Es una sopa que comen en Italia con retacitos de albóndigas, caldito, salsa de tomate, pasta y espinaca cortada. La llaman, si hacemos su traducción literal, sopa de boda italiana, pero no porque las usen en las bodas, sino porque sus ingredientes maridan bien: tomate, carne, y espinaca. ¡Feliz semana!
¡Los quiero! Hasta la próxima.
Anabella Barrios Matthies
Psicóloga de profesión – pastelera de corazón – cocinera en acción
1 comentario :
Excelente Anabella!!! Un resumen perfecto de cómo una cocina sin complicaciones puede convertirse en el punto de encuentro de nuestra familia y con auténticos sabores caseros!!!
Un éxito total este artículo!!!
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