viernes, 15 de abril de 2011
Paola Vásquez (@paola_wine): Descorchando una historia para la Semana Mayor
Ya vamos en el cuarto mes del año 2011 y los ciclos de la luna han determinado que estemos próximos a celebrar una nueva Semana Santa.
Muchos reconocerán en esta celebración una serie de ritos vinculados con las creencias religiosas, otros verán en estos días la extensión de un fin de semana, y la oportunidad de descansar o viajar a algún lugar para compartir con la familia o amigos.
Ya sea que participemos en la eucaristía y compartamos el vino de misa con la comunión, o bien que compartamos con nuestros seres queridos, sin duda terminaremos degustando una botella de vino, chileno espero.
Sirvámonos una copa.
Nuestro apreciado vino, tiene vinculaciones muy directas con muchos temas culturales y religiosos. Hoy, en el contexto de la Semana Santa, quise estudiar un poco sobre esto para darles a conocer algunos aspectos de esta relación.
El inicio de la vinificación y el vino tienden a no tener una frontera clara, ya que el vino no fue una creación del hombre, siempre estuvo ahí a nuestra disposición. Quien ha leído la Biblia, diversas narraciones o libros históricos, se ha topado con múltiples ocasiones en las que el vino jugó un rol protagónico en celebraciones, culto a los muertos, ofrendas, sacrificios y actos solemnes.
La primera referencia bíblica está en el Antiguo Testamento y relaciona a Noé con el cultivo de la vid. Del mismo modo, diversas culturas como la griega y romana habían contado entre sus filas con dioses directamente relacionados con la vid y el vino: Dionisios, Osiris, Vesta, Baco a quienes se rindió culto y homenaje. Chamanes, hechiceros y brujos descubrieron en el vino, además de las alteraciones de conciencia y sus “poderes mágicos” o terapéuticos, efectos antisépticos.
Hay tanto que contar en este matrimonio del vino con los aspectos culturales y religiosos de la humanidad, pero podríamos resumirlo así, indistintamente de las creencias que cada uno tenga: En cada lugar el vino es un regalo de los dioses a los mortales, pero al mismo tiempo el hombre, que cuida la tierra y permite la elaboración de este producto, lo entrega como ofrenda a sus dioses y finalmente también disfruta de este regalo; algunos, a los que se les pasa la mano, quedan con una realidad alterada e incluso podrían creerse seres superiores.
¿Alguien ha escuchado la frase “Hay de todo en la viña del Señor”? Si es así, ¿de qué cepa cree usted que es?
¡Salud, y hasta la próxima!
Paola Vásquez
Coordinadora Nacional de Vinos
Prochile - Chile
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