El Gourmet Urbano: Vanessa Barradas (@vanesommelier): La uva como materia prima.

jueves, 7 de abril de 2011

Vanessa Barradas (@vanesommelier): La uva como materia prima.

 

vanessa barradas foto de eduardo arveloTodavía es muy común encontrar personas en una degustación que no saben qué quiere decir cabernet sauvignon. Siempre he opinado que ninguna pregunta es imprudente; al contrario, lo imprudente es no preguntar y aclarar información tan fundamental como ésta. Hoy conoceremos la materia prima que le da vida al vino, ya que sin ella todos los demás factores que intervienen en la calidad del mismo no tendrían ningún sentido. Hoy indagaremos un poco sobre el mundo de la uva.
 
La uva es una fruta que proviene de la vid, que a su vez es una planta leñosa de porte rastrero y que se ha sembrado prácticamente desde el inicio de la humanidad; no hay texto o documento antiguo que deje de hablar en algún punto de la historia sobre su cosecha.
 
Pero, ¿se hace vino con cualquier tipo de uva? Definitivamente no. Aunque existe una gran variedad de tipos de vid (Vitis Labrusca, Vitis Rotundifolia, Vitis Amurensis, Vitis Vulpina, entre otras), la uva que se utiliza en su gran mayoría para procesar como vino es la que proviene de la Vitis Vinífera.
No se sabe a ciencia cierta cuantos tipos de uva cosechada de Vitis Vinífera están registradas a nivel mundial. Las cifras rondan entre 5.000 y 10.000 variedades, aunque en muchísimos casos una sola puede tener cientos de nombres distintos dependiendo de la zona, región y/o país en donde se siembre.
 
Un ejemplo clásico lo da la uva tempranillo que siendo originaria de España posee muchos sinónimos: tinta del país se le llama en la D.O Ribera del Duero, cencibel en la Mancha, chinchillana se le dice en Extremadura, tinto fino en Madrid y además, traspasa fronteras denominándose tinta roriz en algunas zonas de Portugal. Se puede decir que esta uva tiene tantos nombres como regiones del mundo en donde se cosecha y los citados anteriormente no representan ni el 1% de su totalidad.
 
En Venezuela se inició la cultura del vino, de consumo popular, con las blancas chardonnay y sauvignon blanc, al mismo tiempo que las tintas cabernet sauvignon y merlot; todo esto llevado de la mano con los vinos del Nuevo Mundo que son los que normalmente identifican sus productos con el nombre de la variedad.
 
Luego de unos años y en la actualidad, podemos leer en los anaqueles que las botellas de vino tinto identifican uvas como la malbec (usualmente de Argentina), carmenere (redescubierta en Chile), shiraz o syrah (todavía de origen confuso) y, una de las más nuevas, la tannat (bandera de Uruguay); en el vino blanco -aunque se tardó un poco más- se pueden encontrar uvas como la gewurztraminer, riesling y viognier como variedades nuevas y hasta exóticas en nuestro mercado.
 
Este año cumpliré 15 años, casi ininterrumpidos, ejerciendo el oficio de sommelier y me es muy difícil enumerar cuantas variedades de uvas he probado. En algún momento me senté a contarlas y, según iba recordando, llegué a anotar casi 100, en donde incluí hasta las que venían mezcladas en algunos vinos. Por eso creo que desde ya, todas las personas que nos consideremos amantes del vino, debemos prestar siempre atención al tipo de caldo que estamos degustando y procurar conocer la uva que lo compone; eso si nuestra meta llegara a ser probar todos los tipos de viduños (uvas) que existen en el mundo.
 
Vanessa Barradas
Sommelier

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