Cuando niña, recuerdo que lo que más esperaba con ansias, luego de la Misa y la comida con la familia, eran los dulces y los juegos alusivos a la Pascua (que también incluían dulces). Disfrutaba de comer un gran trozo de una ala de La Colomba, típico dulce italiano representativo de estas fechas.
La Colomba está hecha con harina, mantequilla, huevo, azúcar y ralladura de naranjas y naranjas confitadas, todo esto cubierto con una pasta de almendras y frutos secos. ¿Pero por qué este postre es el más representativo y tiene forma de paloma?
Son varias las historias que surgen alrededor de su creación; se dice que la Colomba proviene de tiempos muy remotos, como signo recordatorio de la esperanza, cuando Noé soltó una paloma y a los días esta regresó con una rama de olivo indicando que el diluvio Universal había llegado a su fin. También se dice que este dulce se hizo en honor al Espíritu Santo y en forma de paloma por ser el animal que lo representa. Otros dicen que este dulce tiene su origen en la edad medieval, específicamente en la época Lombarda, cuando las conquistas significaban muerte y destrucción. Los habitantes de Pavía (al noreste de Italia), ya agotados de una larga resistencia contra el Rey Alboino, le presentaron un dulce hecho en forma de paloma como signo de paz. El dulce logró aplacar la furia de Alboino y respetó la ciudad y la vida de los habitantes.
Por última y no menos importante, esta la historia de Dino Villani, quien en los años 30, queriendo sacarle provecho a las maquinarias de la reconocida empresa Motta -famosa por sus panetones- , en otras épocas del año que no fuera diciembre, convirtió estas historias en una excelente campaña publicitaria para vender este dulce. 80 años después, no sólo se le sacó provecho a las maquinarias, sino que dejó, sin imaginarlo, un legado cultural-religioso-gastronómico. Otro dulce de este día, que no es conocido por una gran mayoría, pero que tiene una historia interesante es la famosa Mona de Pascua.
Esta torta, que se come sobre todo en Aragón, Cataluña, Valencia y Murcia, es una tradición que fue impuesta en el siglo XV, para que los padrinos cumplieran con su misión y tuvieran un detalle con sus ahijados. El regalo consistía en una torta adornada con huevos donde el padrino le explicaba a su ahijado que la Semana Santa (y la abstinencia) había finalizado. Con el pasar del tiempo, se mantuvo la tradición y el dulce tomó un significado más cultural, una manera de celebrar el renacer y la abundancia luego de una semana de recogimiento, ayuno y reflexión. Al igual que la Colomba, la Mona fue evolucionando en su preparación: al comienzo era una torta adornada con huevos cocidos, ahora podemos encontrar desde la torta con huevos hechos de chocolate hasta figuras esculpidas de chocolate.
Y hablando de chocolate, vienen a mi mente los famosos Huevos de Chocolate (que aún siguen siendo la alegría de grandes y chicos) y la historia del famoso Conejo de Pascua. Los huevos de chocolate no tiene una base religiosa, es una costumbre muy norteamericana, pero sus raíces son germánicas. Los germanos celebraban el final del invierno y el renacer de la vida con la primavera, este renacer lo representaba el conejo, como símbolo también de la fecundidad. En Europa no caló mucho esta tradición por ser pagana, pero en América logró calar sin poner en riesgo la Pascua Religiosa . Más se convirtió en un juego infantil o en un premio dulce y sabroso para los más pequeños. Aquí sólo les ofrezco 3 ejemplos de la gran cantidad de dulces que les podría nombrar y que se consumen este día.
El sabor y los ingredientes representan los sabores del país de donde nacen, pero surjan por razones religiosas o paganas, celebran lo mismo. Hoy, Día de la Resurrección de Cristo, es el día de nuestro resurgir, la oportunidad que tenemos de dejar atrás aquello que nos detiene, que no nos permite crecer, de romper miedos y renacer. Religioso o pagano, es un derecho y un deber que, como humanos, todos tenemos y debemos ejecutar cada año.
Walezca Barrios
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