El Gourmet Urbano: Anabella Barrios (@psicocina): El rebote en nuestras dietas.

lunes, 24 de octubre de 2011

Anabella Barrios (@psicocina): El rebote en nuestras dietas.

 



¡Mis queridos amigos! ¿Cómo están?
 
Hoy les escribo de una realidad tangible y contundente que tiene que ver con los hábitos alimenticios de los adultos, niños y jóvenes. Hoy abordo el tema de la obesidad, del intento recurrente por hacer dieta y no lograrlo. Así que si a usted o a su hijo lo que le gusta es comer pura comida chatarra, refresco; detesta los vegetales, lo integral y pareciera no querer hacer nada al respecto; o se ha dado por vencido, este artículo es para usted. Hoy comparto con ustedes mi aval de glotona estudiada, ése que me permite decirles algo más de lo que siempre se dice y abordar el tema de forma poco convencional.
 
Resulta que como padres, psicólogos, médicos y nutricionistas nos preocupamos un montón por la salud física inmediata de nuestros seres queridos... Los Vemos con sobre peso y ¡queremos que cambien ya! Y con razón debido a que su salud, apariencia, estima, y hasta su vida puede llegar a estar en riesgo. Y en este punto, lastimosamente me toca decirles: ¡Del apuro, del desespero angustioso solo nos queda el cansancio y la frustración!
 
Les cuento... si bien llevo mi profesión entre mis huesos, siempre he sido humana, y así, a mis 16 años visité por primera vez a una psicóloga porque notaba que me gustaba mucho comer. Desde siempre me gustó comer, pero entonces me había retirado de la natación, deporte que practicaba profesionalmente, y comencé a engordar y a engordar, me sentía horrible, fea… Decidí hacer lo que hiciera falta. Asistiendo a mi psicoterapia descubrí mi fascinación por la psicología, por la influencia de las emociones en nuestra vida, la influencia de lo que no tenemos consciente pero que determina nuestra conducta. Entonces, poco a poco, fui haciendo de mi preocupación mi profesión y forma de ser.
Tomé mi gusto por comer, y con él el camino largo, sin atajos, el que garantizara mayor profundidad e integridad en el saber y el ser, conocer hasta el último recoveco para ver de qué se trataba, resolver cabalmente. Agarré mi inquietud y, más allá de transformarla en mi profesión, la invertí en mi preparación como mujer y futura esposa, como madre para garantizar a mis, entonces futuros, seres queridos y pacientes la seguridad de ofrecerles lo mejor.
 
Aquella decisión-vocación resultó en 16 años de psicoanálisis, una carrera, dos postrados, estudios de cocina, conversaciones y reuniones con médicos, cirujanos, el desarrollo del concepto y talleres de psi-cocina, próximas pasantías y pare usted de contar.
 
Por eso sé que nos cuesta un montón comprarle aquel jugo lleno de azúcar a nuestro ser querido, que no come más nada y engorda. Sentimos que le hacemos daño, no es fácil. Y como sé de su angustia les entrego mi aval de glotona estudiada. Hoy, con toda la propiedad que me otorga integrar 19 años de experiencia y estudio, le digo: ¡No cambie sus hábitos alimenticios, evolucione en ellos!
 
Ampliemos nuestra visión, y no sólo veamos la empanada frita con la que desayuna, o el refresco que contiene 18 bolsitas de azúcar, invitémosle a que se atreva a descubrir -no gustarle- como descubrió y probó un vodka; que siga tomando su refresco regular y descubra un refresco light y tome uno de cuando en cuando. Respetemos sus hábitos pues aunque terribles son suyos, son como el amor de su vida, comida sin la cual siente que se muere, aunque en realidad le esté matando. Hagamos de ese amor un buen amor, acompañémosle en la transición, respetémosle.
 
Siga amando a quien ama, su refresco, su comida a deshora, su empanada. Eso sí, comience a hacer nuevos amigos. Sabe que la tal fulana no le cae tan mal, que la manzana se la puede comer antes de la empanada. De cuando en cuando, dé una oportunidad “al gallo del salón” y verá que en su conversación de galleta integral algo raro y novedoso en la merienda tienen que aportar.
 
Me explico, la distancia entre lo que a usted o a su ser querido le gusta y acostumbra a consumir y lo ideal o recomendado médicamente es tan grande que requiere de un plan de transición para llegar a disfrutar y hacer sustentable un plan de alimentación ideal que le otorgue una vida digna y saludable. Hagámoslo posible. Nada hace con someterse a los parámetros “estrictos e ideales”, si lo que se le pide es tan distante. Durará un tiempo haciendo la dieta, y pronto se encontrará tomado dos six-pack de refresco y subiendo el triple de peso, empeorando su salud.
 
En pocas palabras, mientras usted pide la cita con un equipo interdisciplinario de especialistas que le ofrezca atención integral (Internista, cirujano, nutricionista y psicólogo), adelante su plan de transición. Día a día llene su vida de lo que ama y la nueva amistad, de diversidad y posibilidad, pues su voluntad a su medida comienza a ejercitar.
 
Este es un tema que nos da mucho de que hablar, es algo que día a día se ha de desarrollar, acercar.
 
Se les quiere, hasta la próxima
 
Anabella Barrios Matthies
Psicóloga de profesión – pastelera de corazón – cocinera en acción
 
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