lunes, 20 de junio de 2011
Nadyra Muhammad (@nadyramm): Comer…¡pero sólo un poquito!
Como ya he comentado en otras oportunidades, comer bien no es necesariamente comer mucho, ¡nada más lejos de eso!
Comer bien significa, entre otras cosas, hacerlo en cantidades apropiadas de acuerdo a la edad y al tipo de actividad física, eso es lo que dicen los nutricionistas.
Sin embargo, por una extraña razón, los padres nos empeñamos en alegrarnos cuando nuestros hijos comen mucho y parece que perdiéramos de vista la proporción de las porciones que les servimos y que pretendemos que se coman. He visto a niñitos de 2 años con una arepa en la lonchera como la que se comería mi esposo, y quienes conocen a Leo saben del tamaño que les estoy hablando.
Si alientas a tu hijo a comer mucho y eres de los padres que los felicita cuando no dejan nada de nada en el plato (como somos la mayoría de los padres), o te entristeces o lo regañas cuando deja algo, lo que estás haciendo es crear unos hábitos inadecuados de alimentación y enseñando a su organismo a ingerir más de lo que necesita para crecer y para gastar en sus actividades cotidianas; es decir, estás criando a un futuro gordito. El mensaje no puede ser “cómete todo” sino “cómete lo que te cabe”
Cuando se trata especialmente de niñitos “mala boca” como Natalia, las grandes porciones en el plato representan un reto casi imposible de superar, te podrás imaginar lo que siente si la comida no le gusta mucho y además le presentas un plato enorme… se desanima y ni siquiera lo intenta. Eso equivale a que me obliguen a participar en el Maratón de Nueva York cuando no puedo darle dos vueltas al Parque del Este.
Entonces en estas situaciones es que vale la expresión “menos es más”. Si presentas una ración pequeña, ajustada a la capacidad de su estómago y a sus ganas, probablemente lograrás que se anime a comer, pues no ve aquello como un desafío. Adicionalmente a esto, le estarás dando la oportunidad real de tener éxito en esa tarea, pues obviamente será mucho más fácil que lo logre al tener menos alimentos en el plato, y a todas las personas nos resulta gratificante saber que hemos hecho las cosas bien.
Esto no aplica sólo para los niños, también para ti será mucho menos denso el tema de la comida si la ración es de un tamaño adecuado, adecuado al niño y a sus ganas, no a las tuyas.
Así que al final de la comida todos estarán más felices, pues se sentirán satisfechos con su propio desempeño, unos porque lograron comer y otros porque lograron que los pequeños coman. Si vas logrando que las comidas tengan un final feliz, cada uno de ustedes se enfrentará a la próxima con mejor disposición.
Ten presente que es mucho más saludable raciones pequeñas de buena calidad, que aporten los nutrientes necesarios para un adecuado desarrollo de su cuerpo y de su cerebrito, que grandes raciones de nuggets con papitas o pastina con queso crema.
El menú que les presento hoy está servido en bandejas y platicos que han ido quedando de los cumpleaños de Natalia. Es una buena opción para romper un poco con el aburrimiento de los mismos platos de siempre. Además, le imprime color y puedes jugar un poco con la expectativa de tu hijo.
El Menú:
Son unos globos aerostáticos de asado negro (las canastas) y cous cous de vegetales (los globos), ambas recetas de Kristina Wetter. Las cuerdas de los globos y el sol son de puré de plátanos con quesito rallado. Abajo hay una gramita de aguacate.
Acompañé esta comida con una cremita de auyama, zanahoria y papa que me enseñó mi suegra y que queda riquísima. También con jugo de parchita y limón, idea de mi prima Corina Fonseca.
Es un placer escribir para ustedes, ¡feliz semana!
Nadyra Muhammad
Psicopedagoga y la mamá de Natalia.
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