En nuestra gastronomía es muy común ver el garbanzo en sopas, potajes o en platillos, de corte español, como los callos. Nuevamente nuestro panadero Nelson rompe nuestros paradigmas gastronómicos al presentarnos una receta donde los garbanzos se presentan en una textura completamente distinta a la que la mayoría está acostumbrada. Los invitamos a disfrutar de esta receta y romper esquemas.
Ingredientes:
- 100 gr. de garbanzos cocidos (50 gr. en puré y el resto reservarlo)
- 300 gr. de harina de trigo.
- 125 ml de agua.
- 1 cucharada de miel (preferiblemente de Mieles Alvearium)
- 3 cucharadas de aceite oliva.
- 1 cucharadita de sal.
- Una cuchara de perejil.
- 15 gr. de levadura instantánea.
- ½ pimentón cocido sin piel.
Preparación:
- Agregar en el agua la miel y la levadura, mezclar la harina con la sal y los 50 gramos de puré de garbanzos, unir ambas partes y amasar con fuerza hasta formar una masa suave y que despegue de la superficie de amasado. Dejarla en reposo 15 minutos tapada y luego golpearla con la mesa unas 15 a 20 veces.
- Proceder a darle forma con el rodillo y colocarla en la bandeja engrasada, hacer cortes superficiales con una hojilla, espolvorear el perejil por toda la superficie, colocar el pimentón picado y colocar unos granos de garbanzos.
- Llevarlo a fermentación por 90 a 120 minutos, hornear a 210 ºC por unos 35 minutos o hasta lograr el dorado deseado.
- Retirar del horno y dejarlo bajar un poco la temperatura antes de comerlo en familia.
Datos sobre el garbanzo.
El garbanzo es una leguminosa, rica en proteínas vegetales, bajo en grasas y con mucha fibra. También posee una cantidad importante de vitaminas como la B3 y ácido fólico. Una taza de garbanzos aporta un tercio del hierro necesario por día y de fósforo similar al aporte del yogur o la leche.
Nelson Suárez.
pochove.blogspot.com
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