Pero como barista, como operador de una máquina de café, es cuando logro conversaciones realmente profundas con mis clientes (ahora amigos). Logro pasar a sus recuerdos, a sus gustos, a sus sentimientos, incluso a sus problemas personales. No hay nada como una buena taza de café.
El café es la bebida más consumida en el mundo, y en realidad ya hemos hablado de gran cantidad de mitos acerca de su consumo. Pero considero que el café, es de las bebidas más “inocentes” que hay.
Normalmente, cuando queremos reunirnos con alguien le decimos: “vamos a tomarnos un café”, un inocente café que no implica mayor compromiso. Después veremos si vale la pena seguir tomando café, o pasar a otra bebida.
A pocas personas no les gusta el café, y culturalmente está permitido, no hay discriminación en sexo, religión o clase social. Es un inocente café.
Hoy en día veo con agrado que se está retomando una pasión por el café, para que ese rito tan íntimo, sea llevado a cabo con toda la perfección. Es un verdadero fenómeno lo que está pasando con el café en nuestro país; aunque a nivel del campo siga marginado, ya estamos creando paladares más exquisitos e inquisidores, ya se están organizando catas y grupos de conocedores.
La mayor satisfacción la recibí hace pocos días, cuando fui invitado al auditorio del diario El Nacional, en el marco del Salón Internacional de Gastronomía 2011, para realizar una cata de café. Los mismos organizadores se quedaron sorprendidos. Un inocente café superó las expectativas; incluso en otro tipo de actividades del área gastronómicas. El café volvió a ser un fenómeno cada día más social, cada día más difundido, cada día más apreciado, y cada día más valorado por los consumidores.
Y otro fenómeno social que noto en estas catas de café, es que logramos interactuar con jóvenes principiantes aprendices de cafeteros, doctores, abogados, ingenieros, diseñadores gráficos, arquitectos, contadores públicos, economistas, dueños de restaurantes, apasionados del café, amas de casa, todos juntos alrededor de una inocente taza de café.
Díganme ustedes si esto no es un fenómeno social digno de estudio, ¿o será que se nos había olvidado lo rica que era una taza de café?
Hasta la próxima.
¡Café y vida!
Pietro Carbone
Barista
http://carbonespresso.blogspot.com
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