“Dedicado a los inmigrantes italianos y a todos los amantes del buen espresso”
En el año 1948, como muchos otros inmigrantes, arribó a Venezuela el Sr. Giovanni Tisi. Luego de algunos años en esta nueva tierra, le surgió de manera muy espontánea una idea... más que una idea, una necesidad.
Según cuenta la historia, un día, al salir del cine, quería tomarse un buen café como estaba acostumbrado a hacerlo en su país de origen; molesto por la ausencia de ese café, se le ocurrió traer una máquina de café espresso y fue así, de manera casual, como en el año 1952 (año en que llegaron mis nonnos) el Sr. Tisi entra en contacto con la fábrica Gaggia y trae a Venezuela la primera máquina de café italiana. Amigos, les puedo afirmar que a partir de ese momento cambió la manera de tomar café en Venezuela.
Poco a poco esta actividad casual se fue convirtiendo en un serio negocio para el cual se necesitaba personal profesional y capacitado; así llegaron a Venezuela los primeros técnicos especializados de este ramo, entre los cuales está el que muchos años después se convertiría en el representante de la marca Rancilio en Venezuela: El Señor Taurchini.
Esta novedad tecnológica fue presentada formalmente a la sociedad venezolana en el año 1955, en el marco de la Feria llamada Italia Produce, y que se llevó a cabo en Caracas. De forma paralela, otras marcas fueron llegando al país, tales como Faema,y poco después Cimbali; sin embargo, no hay duda de que la pionera en Venezuela fue Gaggia.
Fue en esa misma época, que surgió el Café Vomero, en La Carlota. El gran maestro Giovanni Misciagna preparaba espressos y capuccinos con una mística que aún hoy se extraña. Recuerdo los cuentos de mi nonno, me decía que los domingos se encontraban en la plaza Altamira todos los amigos llegados en el mismo barco y de allí caminaban a pie hasta La Carlota para tomarse el mejor café de Caracas.
Durante los siguientes 30 años, se llevó a cabo un proceso de consolidación de estos equipos, de la forma de consumo del café, y por ende de las marcas principales, marcas de la época: Gaggia y Faema.
En el año 1968 entra en el mercado venezolano, de manera muy sutil, la marca Rancilio, pero no fue sino hasta el año 1985 cuando una nueva gerencia asume la gestión de la misma y ésta comienza a consolidarse y posicionarse, aprovechando coyunturas y debilidades de los líderes del mercado para ese entonces.
Posteriormente, con el pasar de los años, han participado de una manera casi marginal otras marcas en el mercado venezolano, muchas de las cuales no han perdurado en el tiempo, y otras aún se mantienen. Puedo afirmar que a partir del año 1991 la marca Rancilio se ha consolidado como líder del sector hasta la fecha, compartiendo su participación con otras empresas que también comercializan este tipo de productos más no de manera exclusiva.
Como siempre lo digo en mis cursos charlas y catas, la inmigración italiana de los 40, junto con la iniciativa del Señor Tisi, permitió que en el pueblo más recóndito de Venezuela haya una máquina de café espresso. Dios bendiga esa camada de aventureros que dejaron su tierra, su familia y hasta su idioma, para llegar a estas lejanas tierras después de 40 días de viaje.
Dejaron todo, menos su cultura gastronómica.
¡Hasta la próxima!
¡Café y vida!
Pietro Carbone
Barista
http://carbonespresso.blogspot.com
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