El Gourmet Urbano: Descorchando una historia con Paola Vásquez (@paola_wine): Un recorrido de viñas y vida en Chile.

jueves, 12 de enero de 2012

Descorchando una historia con Paola Vásquez (@paola_wine): Un recorrido de viñas y vida en Chile.


Descorchando esta historia



Gracias a mi trabajo como encargada de la promoción internacional del vino chileno he tenido el placer de conocer mi país, visitando una gran cantidad de viñas, localizadas en diversos valles vitivinícolas. Si bien muchas de las bodegas visitadas podrían llegar a ser similares en sus construcciones, siendo de diseño clásico o moderno, o pueden también compartir ciertos tópicos de calidad o imagen, hay un sello que diferencia claramente a una de otra y confirma el hecho de que el mundo del vino despierta todos nuestros sentidos y hace que cada lugar, cada viña y cada vino se asocie a una experiencia única.
 
Sirvámonos una copa
 

Hoy en día quien se dice amante del vino y visita Chile sin ir a una viña es simplemente porque no quiere… Ya les he comentado antes, que mi país es una larga y angosta faja de tierra que concentra la producción vitivinícola en las regiones centrales. Pues bien, para quien viene a Chile vía vuelos internacionales, es parada obligada aterrizar en Santiago y quedarse ahí unos días o hacer conexión a otra ciudad.
Desde el aeropuerto o desde el centro de Santiago, sólo hay minutos de distancia, cuando mucho una hora, para estar disfrutando del paisaje de las viñas más clásicas de nuestra oferta, muchas de ellas con tours que incluyen sus casonas patronales, museos, restaurantes, puntos de venta, además de los viñedos y las instalaciones propias para la producción de sus vinos. Todo esto rodeado por montañas, ya que hacia donde dirijan su mirada se van a encontrar con cerros, muchos de ellos nevados, si su visita es en período invernal.
 
Si su intención es visitar la playa, pueden emprender un viaje que durará poco más de una hora  y que le permitirá conocer las bondades de los valles y vinos de Casablanca, San Antonio y Aconcagua. Esto a muy poca distancia del principal puerto de Chile (Valparaíso) y de las playas de Viña del Mar, ciudad conocida internacionalmente por su Festival de la canción. Podrán complementar su paseo a esta región con una visita al Museo de Pablo Neruda en la localidad de Isla Negra, y por supuesto, degustar nuestros vinos con unos frescos pescados y mariscos de la zona.
 
Siempre tomando como punto de partida Santiago, pueden también hacer una visita a la región de Coquimbo, ubicada hacia el norte, y que alberga los valles de Elqui, Limarí y Choapa. Para llegar a esta zona tienen la opción por tierra, lo que tardará unas 5 horas; también pueden volar hasta La Serena en un vuelo de 50 minutos. Las alternativas acá son muchísimas, las playas son preciosas y hay muchas para elegir. Los más espirituales pueden visitar el Valle de Elqui, famoso por sus energías místicas, la presencia de observatorios donde podrán aprender y disfrutar de la vista de las estrellas; y para que no todo sea beber vino, también podrán visitar el Museo de Gabriela Mistral (Premio Nobel de Literatura 1945) y disfrutar de nuestro pisco.
 
Para comer especialidades de la zona hay varias opciones de mariscos, destacando los ostiones, y como fruta no se pueden ir de ahí sin probar la papaya (Chilean Carica en mercados de habla inglesa); pero ojo, es una papaya muy distinta a la que se conoce en otros mercados: es pequeña, dulce y en general se come cocida o confitada.
 
Para quienes disfrutan del campo, la opción es tomar un viaje al sur de Santiago. Para llegar a los valles de Colchagua o Cachapoal, el viaje es por tierra y, dependiendo del sector, les tomará unas dos horas llegar a recorrer cualquiera de sus viñas. Muchas de las bodegas acá se han esforzado por hacer la visita muy turística y ofrecen paseos en bicicleta, en caballo, en carruajes antiguos y hasta en funicular para poder recorrer una muestra con los tipos de casas que habitaban las diversas culturas originarias de nuestro país. El desarrollo hotelero y de restaurantes de esta región, sin duda hará de su recorrido una grata experiencia.
 
Más al sur (3 a 4 horas de Santiago), se encontrarán con los valles de Curicó y Maule; este último, zona de viejas parras de Carignan entre otras tantas variedades. Ambas regiones ofrecen el carácter típico del campo chileno y donde se concentra la mayor cantidad de viñas de nuestro país. Termas, museos históricos, artesanía y disfrutar de la naturaleza serán una gran opción en esta región.
 
Si seguimos hacia el sur, nos espera la región de Bio-Bío que alberga a una de las importantes ciudades de Chile: Concepción, y a la que llegan en un vuelo de 45 minutos desde Santiago, para poder visitar, entre otras cosas, su gran campus universitario que tiene un hermoso mural de la cultura latinoamericana. Acá, además de recorrer los valles de Itata y Bío-Bío, podrán disfrutar de los deportes y paisajes de montaña, pues está muy cerca del Centro de Ski Termas de Chillán.
 
En este tour por el Chile vitivinícola, la última parada es el valle de Malleco, que pertenece a la región de La Araucanía. Este nuevo valle, en la producción de vinos, ofrece sólo un par de viñas, pero que los sorprenderán con sus novedades. Deben recorrer esta región y disfrutar de todos sus contrastes naturales, volcanes, lagos, montañas, ríos, etc.; además de conocer un poco sobre el pasado con la visita a las agrupaciones mapuches que aún se encuentran en esta zona.
 
Espero que este breve recorrido por las zonas vitivinícolas de Chile y todos sus atributos naturales, culturales y gastronómicos, los motiven para una próxima visita, para que puedan vivir su propia experiencia acompañados de una copa de vino en la mano.
 
¡Salud!, y hasta la próxima…
 
Paola Vásquez
Coordinadora Nacional de Vinos
Prochile - Chile

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