Una vez me pasó, en casa de una amiga mía, hija de libaneses, que estábamos estudiando matemáticas financieras y su abuela me invitó a tomar café. Todos se miraron a la cara, pero yo no entendía la extrañeza de sus rostros... si apenas era una inocente taza de café.
La manera de preparar café es la del café árabe, con la salvedad que la abuela me pidió que tomara absolutamente todo el café, mientras hablábamos y descansábamos unos minutos de nuestra tarde de estudios. Hasta ese entonces, seguía siendo una inocente taza de café.
La señora espero con calma que me terminara el café, me pidió que hiciera girar 3 veces los sedimentos dentro de la taza en el sentido de las agujas del reloj, y luego, volcó el contenido en el plato de la taza y me dijo: “sigue hablando”. Ya ella sabía lo que hacía; yo, al ver ese ritual, vi la escena final de esa película, y créanme, más que miedo, sentí ansiedad en ver como terminaba todo aquello.
Esperamos justo 15 minutos, volteo la taza, y me dijo: “ya se secó, ahora sí”
Ella se colocó dándole la espalda a la luz de la habitación, se puso unos lentes que parecían más bien lupas, y comenzó a hablarme de cosas, que aún hoy en día, me pregunto si van a suceder.
Me decía: “mira, un arroyo, eso quiere decir que todo fluirá en tu vida…” Evidentemente mi cara de asombro no era normal, y comencé a hacerle miles de preguntas, no de mi destino, sino de que es lo que veía, y me dijo unos cuantos símbolos que más o menos recuerdo:
● Abeja, hay que trabajar duro para conseguir las cosas.
● Estrellitas de mar, va a suceder algo extremadamente bueno en tu vida.
● Delfines, alegría de vivir.
● Pera, en tu interior brilla mucha luz.
● Montañas, tienes ante ti un camino empinado, pero lo puedes escalar.
También pueden aparecer números:
● Número 1, significa que hay una meta que deseamos alcanzar desde hace mucho tiempo.
● Número 4, conflicto de pareja.
● Numero 6, armonía en la familia.
Mi deseo para ustedes, el número 7, se van a cumplir todos los sueños y planes.
Evidentemente es una práctica muy antigua, muy divulgada, y dejo en cada quien el hecho de creer o no en estas predicciones. Lo que si les aseguro que vale la pena es hacerlo con un buen café, y en especial, en buena compañía.
Hasta la próxima
¡Café y vida!
Pietro Carbone
Barista
http://carbonespresso.blogspot.com
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