Atendiendo a una invitación
que nos extendieron nuestros amigos de Tamayo
& Cía, asistí a una degustación y armonía de los Vinos 35
Sur Reserva
de Viña San Pedro en el restaurante Amapola, ubicado en los Palos
Grandes.
La
organización estuvo en manos de Ana María Rodríguez y Marcela
Silva, quienes presentaron, a un grupo de periodistas, comunicadores
y blogueros gastronómicos, a la chef Irina
Pedroso y a Carolina Rivera, Wine Ambassador de Viña San Pedro, en
quienes radicaba la presentación de los platos con una breve
explicación de su preparación, y los comentarios y descripción de
los vinos a degustar, respectivamente.
No
puedo dejar de expresar en esta nota el agrado de conocer a una
persona como Carolina Rivera. Suele uno encontrarse con
representantes de bodegas que te transportan a la viña y te hacen
descubrir lo que sus vinos desean transmitir; pero en el caso de
Carolina, me encontré ante una persona que lo que transmite es una
filosofía de vida aplicable a todo y a todos, y que ella transmite
por medio de los vinos 35 Sur. Carolina comenzó su conversación
explicándonos que los vinos que íbamos a degustar eran ensamblados
con el novedoso concepto de “Bi Valle”, gracias al cual se logra
el equilibro combinando un mismo tipo de cepa proveniente de valles
diferentes. Así, el terroir y el clima de cada valle proporcionan
características expresivas únicas a cada producto.
Me
llamó mucho la atención este concepto y la manera en que Carolina
lo expresaba. La escuché alabar productos de otros países, dejando
a un lado los prejuicios comerciales, lo que no significa que no
defendiera lo que se hace en su tierra. Fue este punto el que más
aplaudí. Esta valiosa manera de pensar está inmersa en los aromas
y sabores de estos vinos, y lo demostraron cuando fueron armonizados
con platos venezolanos. Nuestra comida se vio ennoblecida con estos
vinos que resaltan lo mejor de ellos, sin dejar a un lado el sabor de
la tierra chilena. El resultado: un armonía única y enaltecida por
la combinación de lo mejor de dos países.
Hablando
ya de manera formal, la combinación de dos valles y una misma cepa
dan como resultado un vino de calidad, de color intenso y aroma
clásico. Su calidad viene dada por un exhaustivo manejo de los
viñedos y una minuciosa selección de las mejores uvas de los
viñedos que San Pedro posee en Molina, exactamente en el paralelo 35
de latitud Sur, en el corazón del Valle Central de Chile.
Igualmente, la vinificación juega un papel importante, al ser
realizada en tanques más pequeños. El envejecimiento se efectúa
por seis meses en barricas de madera seleccionadas para los vinos
tintos.
“Todos
los cuidados dados durante el proceso, desde la investigación de los
valles donde cada cepa logra expresar su máximo potencial, hasta el
minucioso trabajo de vinificación, dan como resultado una calidad
que se evidencia en vinos con mayor concentración aromática y
agradable estructura en el paladar en el caso de los tintos, y vinos
blancos con gran intensidad aromática, agradable frescor y mayor
volumen en boca”, destacó Carolina
Varietales
“Bi Valle”
El
vino 35 Sur Reserva está presente en Venezuela con las cepas
Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon y Carménère.
El
35 Sur Reserva Sauvignon Blanc está elaborado completamente con uvas
de esta variedad, procedentes del Valle de Curicó y del Valle del
Elqui. El Valle de Curicó aporta fruta a este Sauvignon Blanc,
además de volumen en boca y madurez, mientras que el Valle del Elqui
le imprime frescor, mineralidad y persistencia aromática a la
mezcla. A la vista, el 35 Sur Reserva Sauvignon Blanc muestra un
color amarillo verdoso. En nariz resaltan las notas tropicales, pues
destacan aromas muy intensos a guayaba, piña y lechosa, armonizados
con suaves notas de yerbas. “Son aromas abiertos, limpios y
francos, que emanan muy fácilmente de la copa”, destacó la Wine
Ambassador de Viña San Pedro durante el proceso de degustación. En
boca se revela fresco, muy frutoso y mineral, con una atrayente
acidez.
El
35 Sur Cabernet Sauvignon está ensamblado con uvas 100% de esta
variedad, cultivadas en los Valles de Maipo y Aconcagua. Los frutos
procedentes del Valle de Maipo aportan suavidad a la mezcla, notas a
frutos rojos, concentración y taninos suaves; las uvas del Valle de
Aconcagua entregan madurez, concentración y frutos negros al vino.
Presenta un color rojo violáceo intenso, con suaves tonos
anaranjados. Es un vino con intensos aromas a fruta roja madura, con
notas de cassis y vainilla; en el paladar es muy concentrado, con
taninos dulces y elegantes, y persistente final.
En
cuanto al 35 Sur Reserva Carménère, su composición ha sido
realizada con uvas de los Valles de Maule y de Rapel. El Valle del
Maule imprime a la mezcla fruta madura, concentración y notas
especiadas; mientras que el Valle de Rapel entrega notas a frutas
rojas y negras, y suaves taninos. El Carménère 35 Sur Reserva es un
vino intenso en nariz, con aromas de chocolate y especias dulces y
notas frutales frescas. En el paladar ofrece mucho volumen y taninos
dulces, con un final suave muy agradable.
Armonías
Bi-Valle con cocina venezolana
Con
una muestra de la propuesta gastronómica de cocina venezolana de
autor, de la chef Irina Pedroso en
su restaurante “Amapola”, ubicado en Los Palos Grandes, se
realizó la sesión de armonías con las tres distintas cepas del 35
Sur Reserva.
Como
entradas se sirvieron Tequeños
de queso telita, Polenta criolla con queso planchado, Atún abrazado
con ensalada de mañoco y Pez espada ahumado,
armonizados con 35 Sur Reserva Sauvignon Blanc. Seguidamente, el
primer plato estuvo compuesto por
Lomo de cerdo prensado acompañado con frijoles y Polvorosa caraqueña
de pollo, servidos en armonía con 35 Sur Reserva
Carménère.
El
plato principal fue un Solomo
arrebatado con mousse de plátano y berro, acompañado
por 35 Sur Reserva Cabernet Sauvignon.
El
menú no sólo permitió mostrar la versatilidad de este producto de
Viña San Pedro, sino también ese convivir armónico entre mismas de
diferentes viñedos con platos de otros países. Nada tienen que
envidiarle a los vinos que no son elaborados con esta técnica.
“Los 35 Sur Reserva son vinos chilenos de la vanguardia del Nuevo
Mundo”, enfatizó Rivera durante la degustación, en la medida en
que se fueron descubriendo las armonías establecidas con la novedosa
propuesta de la chef Irina Pedroso. Una vanguardia que está a la
mano de los consumidores venezolanos, por su excelente relación
calidad/valor.
Nuevamente
agradezco, en nombre del equipo editorial del Gourmet [urbano, la
invitación que nos hiciera Tamayo & Cia, S.A. a este evento.
Seguimos augurándoles éxitos al reconfirmando nuestro apoyo para
difundir la cultura del vino en Venezuela.
Nota
Adicional
Acerca
del paralelo 35, latitud Sur
Una
coordenada geográfica que se traduce en las mejores condiciones de
tierra, agua y clima para la producción de vinos, es el paralelo 35
latitud Sur donde están ubicados los viñedos de Molina, en pleno
Valle Central de Chile, propiedad de la casa vitivinícola Viña San
Pedro.
La
longitud es determinante en el clima. En su valles existe un
privilegiado clima mediterráneo, caracterizado por días calurosos
con una radiación solar adecuada, y noches frías que permiten
obtener la amplitud térmica necesaria para uvas de calidad. Otro
aspecto importante es la pluviometría, que en el paralelo 35 latitud
Sur es de 600 milímetros anuales, concentrados en los meses de
invierno; esta condición permite que las plantas se equilibren en su
vigor y se obtengan uvas sanas.
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