“Auxilio”, me escribió Juliana, por mensaje de texto: “Tengo invitados, comida, vinos, estamos de fiesta, ¡pero no tengo sacacorchos!”
Mi “compra uno” no le simpatizó, no tenía tiempo, no quería, no podía dejar sola la visita ni quedar mal.
- “¿Empujo el corcho hacia adentro, con un cuchillo o un destornillador?”, propuso en medio del desespero.
- “No, mejor tomen otra cosa”, le respondí.
Bien lo dice Karen MacNeil en su libro The Wine Bible, “además del perro, el mejor amigo del hombre es un sacacorchos efectivo, uno que no implique que el usuario tenga sus bíceps súper desarrollados”.
Como a Juliana, que terminó empujando el corcho, a muchos nos ha ocurrido que se nos caiga la fiesta por la falta de la herramienta clave. Porque a falta de copas buenos son vasos, así sean para whisky o para jugo. “No es tan grave, si no estamos en una cata profesional, no hay mayor problema en usar recipientes diferentes a las copas. Hay momentos en que lo importante es que disfrutemos de los amigos, la conversación, la comida, sin ser tan puristas con el vino”, dice el sommelier Carlos Andrés Ramírez.
Comprar uno, ojalá el denominado sacacorchos del mesero (leer nota en esta misma página), es la salida obvia, pero ya entrados en fiestas, con el vino a temperatura óptima y los invitados con ganas ¿qué más queda por hacer?
Alejandra Naranjo, también sommelier, dice que las opciones restantes son todas “a la brava”: desmenuzar el corcho con unas tijeras o incluso degollar la botella con un cuchillo poderoso. “Como hay maltrato, es adecuado dejar reposar el vino antes de servir”, sugiere.
¿Y los zapatazos?
Pedro Nel Restrepo, chef colombiano con amplia trayectoria en España y ahora de regreso a Colombia, opina que sin sacacorchos no hay vino, salvo si se trata de los sistemas de sellado que se valen de tapas roscas, cuyo contenido también debe ser considerado de calidad, o de champañas y espumantes, que se abren con la mano.
“Para disfrutar el vino es mejor aperarnos como se debe antes del servicio: copas, acompañantes y sacacorchos”. A Restrepo la alternativa de empujar el corcho poco le gusta: “Perdemos contenido en el vino y sobre todo estética, presentación”. Pero el que menos le anima es el sistema de golpe, tal cual lo presenta un hombre no identificado, en el video. También es “a la brava”, como dice Alejandra Naranjo.
En asunto de segundos el corcho sale, completo, sin uso de sacacorchos, con una facilidad increíble. Como se puede ver en YouTube, la base de la botella se debe ubicar en el lugar del talón y mediante golpes contra la pared el corcho va dejando su posición. Hay otro video, también en internet, en el que un hombre golpea el zapato, con la botella adentro, contra un árbol. El resultado es el mismo.
A Pedro no le gusta porque los golpes pueden modificar la composición del vino, “incluso hasta matarlo”, dice. De hecho, una recomendación clave para disfrutar como se debe es tener el líquido en reposo tanto en la guarda como antes del servicio.En esos sacudones puede aparecer gas carbónico en la copa, entonces altera los sabores, y se pueden revolver sedimentos y afectar tanto el paladeo como la fase visual.
Alejandra, quien también dice que para el vino es mejor estar preparados con todos los accesorios y quien elige como su favorito el sacacorchos de dos tiempos y cinco vueltas, en otras palabras el denominado del mesero, ha visto el video de los zapatazos y dice que no se anima a ensayar.
A mí, sin haber golpeado botellas contra la pared, me aparece un factor adicional: el del riesgo. Un mal movimiento, un uso de fuerza exagerada, podrían hacer volar la botella en pedazos de vidrio, justo tan cerca de la mano.
Mejor no intenten este truco en casa, apérense con los accesorios debidos, sin entrar en grandes gastos porque el vino no es de ostentaciones, y cuiden un protocolo y una estética básicos. Háganme caso, no sean como Juliana.
Los tipos de sacacorchos
Tipo mesero, el recomendado: incluye navaja, para cortar la cápsula protectora del corcho, y dos apoyos para ayudar a tirar.
Dispositivo en forma de te. A favor tiene el espiral, que penetra el corcho, el problema aparece en el momento de tirar: exige mucha fuerza.
Sacacorchos moderno. No pide uso de la fuerza; sin embargo, puede ser aparatoso y su tamaño no lo hace práctico para guardar.
Juan Felipe Quintero
Periodista de Vinos
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