Cuando me hacen la pregunta ¿Por qué comes cosas raras? Se me ocurren muchas respuestas, algunas de ellas destempladas y cónsonas con la cara puesta por el interlocutor. Pero hay razones simples y menos ofensivas con las que pretendo convertir a quien pregunta, como por por ejemplo,
- Que la oferta alimenticia va más allá que la pechuga de pollo, el bistec de solomo, o el filete de pescado indefinido y que, por respeto al sentido del gusto, hay que variar el menú. En la variedad está el gusto;
- Que cuando se está de visita en un lugar extraño debe probar la gastronomía local porque es una forma de conocer sus costumbres y cultura y participar de ellas. Si los naturales no mueren envenenados uno tampoco morirá, a menos que seamos alérgicos (eso se arregla con el medicamento apropiado);
- Para que nadie le venga a uno con cuentos chinos. Es mejor conocer por uno mismo, que por referencias de terceros. ¿Cómo puedo decir que una cosa no me gusta si no la he probado? Es frecuente escuchar "No me gusta X o Z; me da asco" o "¡Puaj! nunca comería eso, no me gusta"... y cuando les preguntas si lo han probado te dicen que NO. Entonces ¿Cómo sabes que no te gusta si no lo has probado? Hay que probar. Si no te gusta, entonces tienes razones para no comerla;
- El espíritu de aventura. Esta no es una aventura peligrosa sino placentera. Mejor no privarse de algo que puede ser una gran experiencia.
Hay muchas otras razones por las que hay que probar este tipo de comidas. A lo largo de mi vida he sido afortunado de probar alimentos "exóticos" (en el sentido coloquial, porque una manzana es exótica y una parchita no, si hablamos desde Venezuela; pero si nos vamos a Europa es todo lo opuesto. -Hay que tener cuidado con ese término). La principal fuente de "comidas raras" es la cacería y la cría de especies silvestres con fines comerciales. Otra es la recolección de insectos para el consumo humano (los mexicanos tienen una amplia variedad de invertebrados que comen como golosina) Por otro lado están las especies vegetales raras o exóticas, sobre las que comentaremos en otra ocasión, sin embargo, no está demás decir que el reino vegetal nos provee de todas las hierbas y especias que dan vida a la preparación de los alimentos.
Lo más raro que he llegado a comer es el gusano Mopane, que no es ni gusano, ni es mopane. Este animalito es la oruga de la Gonimbrasia belina, una especie de mariposa emperador de color pardo, que se alimenta de las hojas del árbol mopane del cual toma su nombre. Por muchas generaciones esta oruga ha sido fuente de proteína para los habitantes de un amplio territorio del África austral (Sudáfrica, Zimbabue, Botsuana y Zambia). En Namibia se consigue seca y limpia, lista para preparar (es un gusto exótico introducido luego de la independencia). Fue dos veces que lo comí para asegurarme de su sabor y experimentar. La primera fue en una cena ofrecida en ocasión del día de la Unidad Africana en la que entre las especialidades de Zimbabue estaba una bandeja con los mopane fritos, (tomé dos o tres). La segunda vez los comí guisados en un almuerzo ofrecido por el gobierno namibio en ocasión del 15° aniversario de la Independencia Nacional, esta vez eran guisados en una salsa de cebolla, tomate y un punto de picante (tomé dos).
Ahora puedo hablar con propiedad:
- En primer lugar es un gusto adquirido; fritos tienen consistencia de caucho y es completamente insípido, a excepción de un interesante retrogusto al tragarlos. Guisados saben a la salsa en la que están preparados. Los prefiero fritos.
- No son asquerosos, ni babosos. La textura es interesante una vez que a fuerza de masticar se abre.
- No me morí, ni sufrí de alergia.
No me arrepiento de haberlos comido, pero tampoco me volvería loco por comerlos de nuevo. Prefiero las otras especies que he probado y si repetiría gustoso: lapa, danta, venado, rabipelao, caribú, cocodrilo, gacela, kudu, orix, cebra, jabalí, caballo, medusa, erizos de mar, "sarcelle", etc. El límite que me impongo no es gastronómico sino ético. Las especies silvestres en peligro de extinción deben cuidarse y mantenerse el equilibrio ecológico; también monos y primates están excluidos porque me recuerdan a la antropofagia.
En Venezuela practicamos poco la entomofagia. El estado Amazonas destaca por su rica Catara, salsa que tiene entre otros ingredientes bachaco culón y yare de yuca amarga. También se consume el gusano del moriche, que es una golosina del interior del país.
Abraham Quintero
Foto de gusano mopane:
http://lodges.safari.co.za/African_Travel_Articles-travel/mopane-worms.html
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